VALÈNCIA. Titular la exposición que celebra tres lustros de vida como 15 años no es nada es la constatación, en realidad, de que el pasado ha estado bien pero pesa menos que todo el futuro que queda por recorrer. Con esa vitalidad presenta la Fundación Chirivella Soriano una exposición que recorre la trayectoria del primer centro de arte contemporáneo privado de València, fundado en 2005.
La muestra resume literalmente la vida de la fundación con una obra que representa cada una del medio centenar de exposiciones que han tenido lugar durante estos 15 años. Una manera de repasar una década y media de divulgación de arte contemporáneo con una y señalar "el compromiso de la fundación con los artistas valencianos y españoles", según ha explicado la fundación en un comunicado.
La exposición, que podrá visitarse hasta el 18 de abril en el Palau Joan de Valeriola, reúne piezas de autores claves de nuestra historia reciente como Luis Gordillo, Carmen Calvo, Equipo Realidad, Joan Castejón, Artur Heras, José María Yturralde (Premio Nacional de Artes Plásticas 2020), Vicente Castellano o Salvador Montesa, entre otros. Y en los nombres de las exposiciones colectivas, que han sido un pilar fundamental para la labor expositiva de la fundación, algunos de los nombres que resuenan en la escena del arte contemporáneo actual, como Inma Femenia, Mery Sales, Nico Munuera.
Los tres pisos del Palacio de Valeriola se llenan de propuestas de diferentes formatos, disciplinas, de carreras consolidadas y emergentes, de la fotografía más realista por parte de World Press Photo hasta la escena valenciana que puso la geometría como recurso narrativo y poético. Todo eso es la Fundación Chirivella Soriano. Todo por el arte.
La fundación abrió sus puertas en abril del 2005 con el objetivo de divulgar el arte contemporáneo valenciano y estatal. Los fundadores del centro y presidentes de la fundación, Alicia Soriano y Manuel Chirivella, impulsan el proyecto "para acercar al público las tendencias artísticas recientes y crear un ambiente propicio para la divulgación del arte", en una época en la que la difusión de este no vivía los tiempos de ahora en la ciudad. El centro ha sido el punta de lanza para otros proyectos de mecenazgo y colección similares "aunque con perfiles distintos", según señalo Manuel Chirivella en la rueda de prensa de ayer.
Los objetivos de estos 15 años han sido los de dinamizar el mundo del arte contemporáneo y tener un campo experimental de las artes plásticas, mediante "un proyecto ambicioso que supuso una verdadera aportación a la oferta cultural valenciana", ha destacado la entidad cultural.
Una colección para explicar la València de finales del siglo XX
La colección de la Fundación Chirivella Soriano tiene su punto de arranque en el periodo que el historiador Valeriano Bozal denomina "El final de la postguerra", proceso que se inicia en los años cincuenta y que se puede situar en torno al año 1957.
La elección de este año concreto responde a la aparición de tres grupos determinantes en el desarrollo posterior de la colección: el Grupo Parpalló, El Paso y el Equipo 57. Desde aquí se enlaza directamente con el Informalismo y sus coetáneos, pero opuestos, de la "nueva figuración", la "crónica de la realidad" y el "realismo".
La llamada "Generación Nueva" tiene como figura clave a Luis Gordillo, a través del cual llegan los años ochenta donde aparecen diversas tendencias que nos permiten hablar de un rico eclecticismo que desemboca hasta el presente. Esta Generación Nueva ha sido el centro y el motor expositivo de estos años en la Fundación, creando un interés continuo por la propia escena creada. Según explicaba con preocupación Manuel Chirivella, "está claro que los 80 fueron una época de gran entusiasmo, cabría preguntarse si se ha podido mantener esa fuerza creativa a lo largo del tiempo o no", poniendo así en valor una revisión continua al trabajo de una generación que aún no ha soltado el pincel.
En el catálogo que acompaña a la exposición, Chirivella hace un elogio de lo que significa coleccionar y divulgar arte, dinamizar el espacio cultural y entender estas misiones con un fin social: una nueva dimensión vehicular para alcanzar logros comunitarios.
"Se crea así un espacio plural en el que, además de la colección, tengan cabida otras manifestaciones culturales, tales como exposiciones culturales, conferencias, talleres, didáctica, originando un lugar de encuentro de pequeña dimensión y que genere una corriente de actividad permanente", explica el centro.