El arquitecto Enric Ruiz-Geli es el encargado de comandar el proyecto de Cloud9, la empresa escogida por el patronato de la Fundación 'la Caixa' para "convertir el Àgora precisamente en eso"
VALÈNCIA. CaixaForum València se ubica ya justo detrás de las sedes de Barcelona y Madrid para la Fundación Bancaria 'la Caixa'. Esa será su ambición y así lo dejó entrever su director general, Jaume Giró, durante la presentación del proyecto arquitectónico para dar viabilidad a la idea dentro del Àgora. Cabe recordar que ahora 'el remate' de la Ciutat de les Arts i les Ciències se encuentra en obras de adecuación para recibir licencia de apertura y ser entregado a esta entidad privada. Allí, Enric Ruiz-Geli y su equipo Cloud 9, diseñarán "seis experiencias" en unas edificaciones ligeras que permiten que respire la idea esencial del edificio: ser un ágora pública.
1.600m2 (de 6.500 totales) abiertos al público y en el que se ubicarán dos grandes salas expositivas, un auditorio para unas 300 personas y otros tres edificios entre los que se incluyen oficinas, almacenes y otras utilidades. El proyecto de Ruiz-Geli (entre los candidatos que avanzó Valencia Plaza), conocido por su vocación vanguardista y por construcciones como elBulli Lab o la remodelación completa –en curso– del acuario de Nueva York, tendrá vocación de sostenibilidad. El arquitecto nacido en Figueres en 1968 aseguró durante la presentación, acompañado de Giró, el president de la Generalitat valenciana, Ximo Puig, y la director adjunta de la Fundación, Elisa Durán, que "es un edificio con mucha autoría al que hay que añadir autoría".
No escondió que conocía la decisión de haber sido el ganador del proyecto hacía tan solo dos días y que la idea de "dar vida" al "espacio vacío" del Âgora "es muy difícil. Es un reto". Con 18 millones de euros de presupuesto, Ruiz-Geli trabaja para que CaixaForum València abra sus puertas a finales de 2020. La idea original de las "células vivas", las que conforman los distintos espacios y que no exigirán ninguna reforma estructural del edificio e incluso reutilizarán su suelo entre otros elementos, será la base para conseguir espacios "culturales y lúdicos".
Por presupuesto, la sucursal valenciana de uno de los entes culturales más valorados (siempre entre las primeras posiciones estatales del Observatorio de la Cultura) y con más público de España (2,4 millones de visitantes) se aprovechará de su base productiva: los recursos centralizados en su base catalana y relación de CaixaForum con las entidades artísticas de mayor prestigio. Un flujo de obra e ideas que trabaja habitualmente en colaboración con el Museo del Prado, Louvre, British Museum, MoMA o el Picasso de Málaga, entre muchos otros.
En este caso, en València, lo hará a partir de un edificio que enlaza directamente con los proyectos emblemáticos de la Fundación en sus centros culturales de Madrid (en la Antigua Central Eléctrica del Mediodía) y Barcelona (fábrica de hilados y tejidos Casaramona), donde conviven distintas arquitecturas –las de los edificios originales y las intervenciones para permitir su uso cultural- en un mismo espacio. Giró dejó claro que han optado para ello por un proyecto que albergue "distintos espacios funcionales en lugar de un edificio que compita con el Ágora".
La principal sensación para el visitante será la de encontrarse con un espacio abierto que no competirá en protagonismo con la obra Calatrava: "se creará "un diálogo" entre ambos diseños, en el que "una arquitectura pequeña realce una arquitectura más grande", ha agregado. En esa idea de macro a micro, Ruiz-Geli hizo una analogía con Gaudí y Jujol. Una intención de artesanía con los espacios que esconde en gran medida un uso sostenible de la edificación que busca la máxima cualificación energética y que dará uso en espacios comunes a maderas, textiles y materiales orgánicos.
Dos grandes salas de exposiciones (de tamaño similar a las de Madrid o Zaragoza), un auditorio con capacidad para unas 300 personas, dos aulas polivalentes, un bar-restaurante con entrada independiente, una tienda-librería y un espacio familiar y educativo CaixaForum Familia, así como espacios para recepción, oficinas y almacenes, y zonas técnicas.
Entre los 6.500 metros útiles destacarán unas gradas de madera que serán uno de los referentes, según Ruiz-Geli, para provocar "el diálogo" y "el encuentro". Desde allí se podrá contemplar una escultura o serie de esculturas fijas que saldrán a concurso entre algunos de los principales artistas valencianos y que pretenden dotar de personalidad al interior del Àgora. Ésta será "el emblema", pero CaixaForum le dotará de actividad con un"ecosistema cultural", para lograr una "verdadera ágora", recuperando el significado original del término. De igual forma, en medio del recinto se instalará una pantalla "gigante" en la que se proyectará vídeos sobre las exposiciones y otros eventos culturales en la ciudad.
El nuevo espacio, en el que finalmente no se construirá un nuevo edificio, acogerá seis exposiciones al año que versarán sobre las artes plásticas y visuales, como el cine, la fotografía, la pintura o la escultura. Por lo general, estas exposiciones rotarán entre los cuatro grandes CaixaForums de España, aunque pueden programarse algunas específicas para la ciudad, como "regalo en efemérides determinadas".
Esta oferta se complementará con muestras de divulgación científica, así como música, conferencias y debates, jornadas sociales, talleres educativos y familiares, y actividades dirigidas a grupos de personas mayores.
La inversión que prevé destinar la Fundación Bancaria "la Caixa" para hacer realidad CaixaForum València estará en torno a los 18 millones de euros que la entidad ya había anunciado y "la idea es no superarlo". Además, se destinarán anualmente unos cinco millones de euros para el mantenimiento, la programación y el funcionamiento del centro.
La fundación prevé emplear entre ocho y doce personas para sus exposiciones, aunque desde la entidad han puntualizado que se estima que el centro cultural de trabajo a cerca de cien personas de forma indirecta, para labores como el mantenimiento, proveedores, la seguridad o en el restaurante.
El arquitecto autor de la propuesta ha puesto de relieve que se llevará a cabo un "trabajo artesano de las texturas y los materiales", y ha avanzado que, al tratarse de un edificio "con autoría", es "fundamental" la colaboración con Calatrava. Por ello, "desde el minuto uno", se "tenderá la mano a trabajar juntos", ha señalado.
Ruiz-Geli ha avanzado que se trabarán las "mejores estructuras de madera" y también la fibra de vidrio. "Aquí, lo disruptivo es ser natural, hablar con el espacio, y no trabajar de una forma rompedora". Además, se empleará la geotermia y las energías, con el objetivo de conseguir las "máximas calificaciones en cuanto a eficiencia energética".
Por su parte, el presidente de la Generalitat ha augurado que el proyecto "será un éxito" y ha valorado la "intervención extraoridnariamente respetuosa" con el Ágora, un edificio "sin contenido", para el que se ha querido "pasar de la política de contenedores a la política de contenidos".
Ruiz-Geli se formó en la Escuela Técnica Superior de Arquitectura de Barcelona. Fue escenógrafo asociado a Bob Wilson (1995-2000) y codirector de Metápolis (2000-2003). Es profesor de la escuela Architectural Association de Londres, director del Self Sufficient Studio del IAAC (2010) y profesor adjunto del RMIT de Melbourne.
Ha impartido conferencias en el MIT y en las universidades de Princeton, Bartlett, UCLA y Columbia, y colabora con una red de laboratorios de creatividad, entre ellos el Art Center College of Design. Desde 1997 dirige el estudio Cloud 9, que analiza proyectos piloto en escenarios de calentamiento global, junto a expertos como Jeremy Rifkin. Ha creado varias patentes que son obras maestras de la fabricación digital, como por ejemplo Villa Nurbs. Ganó el concurso para la reforma integral del Acuario de Nueva York. Su edificio Media-TIC fue elegido Mejor Edificio del Mundo en 2011, en el World Architecture Festival. En la actualidad es el arquitecto de El Bulli Foundation, liderado por Ferran Adrià.