VALÈNCIA. Conseguir una mayor eficacia y rendimiento en los procesos productivos es uno de los objetivos de cualquier empresa. Pero no siempre es fácil encontrar con la clave. Además, en un mundo como el actual en el que la sostenibilidad juega también un papel protagonista, este factor también es fundamental dentro de la ecuación para ganar productividad y competitividad. Unos condicionantes que guiaron durante años el trabajo de un grupo de valencianos que han patentado a nivel internacional una tecnología 'made in Valencia' al servicio del sector portuario para lograr ahorros millonarios, mejorar la seguridad laboral y la operatividad en los muelles.
Se trata de un sistema innovador pensado para mejorar el rendimiento de una grúa portuaria, ya que resuelve algunos de sus tradicionales problemas como la seguridad y la eficiencia. Pero, además, una de sus principales características es que escanea el 100% de los contenedores que entran a las terminales, además de mejorar la productividad en un 160%, generar ahorros energético de más del 70% y reducir las emisiones de CO2 en más de un 50%.
Detrás de esta innovación está la firma STS Transfer Line, que lideran Juan Carlos Barberá, delineante industrial e inventor; Víctor Barberá, CEO de la empresa; y Ricardo Moncho, director de marketing y ventas. La idea surge de Juan Carlos Barberá, quien detectó hace años una necesidad en un mercado muy estático en el que, aunque había ciertas empresas que estaban trabajando en la búsqueda de maquinaría más eficiente, "no había nada innovador". "Había muchos problemas de seguridad, rendimiento, operatividad, ahorro energético y sostenibilidad y empezó a estudiar sobre ello", explica Moncho.
Así, tras más de cuatro años de trabajo e inversión en materia de I+D, la compañía consiguió la patente internacional de esta tecnología, cuya principal ventaja es su capacidad para escanear el 100% de la carga de un contenedor, lo que permite mejorar la operatividad, ahorrar costes y mejorar la seguridad laboral. "Generalmente solo un 3,4% de los contenedores que se trasladan del barco al muelle son supervisados, lo que, en ocasiones, provoca problemas como la entrada de drogas, armas o animales. En cambio, con esta grúa se puede explorar el 100% de la mercancía sin coste adicional", expone el responsable de marketing de la compañía.
Este visionado es posible gracias a un modelo de contrapesos que se ha patentado y que permite girar 90 grados el contenedor para conocer su carga, mientras se descarga. De esta forma, también se evita al estibador el peligro de comprobar el cargamento, por lo que no solo se optimizan las operaciones, sino que también se garantiza un entorno laboral mucho más seguro.
Asimismo, la estructura de STS Transfer Line también mejora el rendimiento en los muelles, al estabilizar la carga y evitar las imprecisiones causadas por balanceos, aceleraciones y frenados debido a las condiciones climáticas en las que se opera en los recintos portuarios. Por otro lado, su diseño agiliza las descargas, permitiendo a las grúas descargar 2,6 contenedores en el tiempo que las tradicionales manejan uno.
A nivel energético, Moncho detalla que su juego de poleas y cabrestantes permite operar con solo el 30% de la energía que normalmente requieren las grúas portacontenedores. "Este ahorro no solo representa una ventaja en términos de reducción de costos operativos, sino que también mejora la eficiencia general del manejo de cargas en los puertos", subraya.
Por otro lado, ese sistema de contrapesos consigue, asimismo, reducir 1,55 kg de CO2 por contenedor descargado, "un salto de calidad sostenible que rebaja las emisiones en un 51%". "Nos encontramos en un punto en el que la vertiente medioambiental se ha convertido en un eje estratégico clave para los puertos y los políticos, y esto también forma parte de nuestra razón de ser. Estamos orgullosos de ser una empresa de carácter regenerativo y de contribuir a la sociedad trabajando estructuralmente por un entorno mejor", afirma.
Con todo, los creadores de esta grúa afirman que invertir en esta maquinaria es rentable por el abaratamiento de costes que genera en el largo plazo. "La media de ahorro por contenedor es de 15 euros, por lo que estamos hablando de 94,5 millones de euros de ahorro anual en los puertos que descargan 6,3 millones de contenedores al año", destaca. Pero no solo eso, sino que también pone el acento en el valor añadido que este desarrollo propone en temas como sostenibilidad y ahorro energético a los puertos y a las compañías.
En estos momentos, la compañía ha cerrado una ronda de financiación, cuya cuantía eluden revelar, y ahora valoran la entrada de socios estratégicos o institucionales. También, están en la búsqueda de clientes, sin cerrarse a vender la 'exclusividad' a un operador concreto.
Su hoja de ruta pasa por llegar a los 100 millones de facturación en los próximos tres años, unos cálculos basados en las grúas que ya hay instaladas a nivel mundial en los puertos y a las posibles ventas de su sistema.
Su aspiración es que el primer puerto que utilice su patente sea el de València. De hecho, ya han mantenido reuniones con varias terminales del recinto valenciano. "Nos gustaría que València fuera el primer puerto en contar con nuestra patente. Es un recinto de referencia y queremos demostrar que podemos aportar no solo ahorro económico, sino garantizar mayor seguridad y sostenibilidad a la sociedad. No obstante, nuestra intención es que todo el mundo pueda disfrutar de este sistema porque estamos convencidos de que podemos aportar", remarca Moncho.