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el informe solicitado por zaplana no permite cotejar las muestras con las del exministro

La Guardia Civil no halla restos de ADN en los 'papeles del sirio' que iniciaron el 'caso Erial'

Foto: KIKE TABERNER
12/01/2024 - 

VALÈNCIA. Una de las periciales más llamativas solicitadas por el exministro Eduardo Zaplana de cara al juicio que se celebrará a partir de febrero fue aquella destinada a buscar su ADN en el documento que dio origen al caso Erial. Pero la Guardia Civil no ha podido obtener ninguna prueba concluyente. 

El también expresidente de la Generalitat había pedido practicar la prueba, que fue aceptada por la sección cuarta de la Audiencia de Valencia –aquella que lo juzgará– el pasado octubre. El objetivo era que el Servicio de Criminalística de la Guardia Civil analizara los documentos originales incautados en el despacho del anterior abogado de Marcos Benavent, y los cuales iniciaron la macrocausa por la que Zaplana se sentará en el banquillo. 

Se trata de los famosos 'papeles del sirio'. En el sumario de Erial consta que el origen de las pesquisas fueron una serie de documentos encontrados por la Guardia Civil en el despacho del letrado Ramiro Blasco durante un registro en 2015 en el marco de otra causa de corrupción: Taula. En aquel momento, era el abogado del exgerente de Imelsa Marcos Benavent, uno de los principales acusados y el cual se encontraba colaborando con los investigadores antes de cambiar de letrado y de estrategia judicial. 

La sorpresa llegó cuando los papeles correspondían a operaciones totalmente diferentes a las del caso Taula pero que eran indiciariamente delictivas. Los agentes tomaron entonces declaración a Benavent, quien explicó, de acuerdo con el informe que elaboraron, que la documentación se la entregó sobre el año 2012 una persona de origen sirio llamada Imad, "un miembro destacado de la mezquita de Valencia y muy conocido dentro de la comunidad árabe" que, además, presumía de tener vínculos con el CNI.

El susodicho acabó contando a la Guardia Civil que dio unos papeles al exgerente de Imelsa que había encontrado diez años atrás (es decir, sobre 2007) en una vivienda en la que estuvo residiendo en régimen de alquiler y que anteriormente fue ocupada por Zaplana. En ellos se dibujaba una perfecta hoja de ruta para lograr las adjudicaciones y las posteriores comisiones.

Esta historia nunca ha encajado para la defensa de Zaplana y ha tratado de anular la prueba a lo largo de todo el procedimiento. De hecho, lo más probable es que en el juicio solicite su nulidad de nuevo. Pero a ello se añadió la solicitud de esa pericial sobre el ADN. Con ella pretendía que se buscaran "restos lofoscópicos, biológicos o genéticos atribuibles o compatibles con Eduardo Zaplana". 

Sin embargo, la Guardia Civil concluye que del estudio de ADN del conjunto de documentos "no se ha obtenido resultado positivo". Es decir, que no se han hallado restos de ADN y que, por lo tanto, no se pueden cotejar con los de Zaplana.  

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