VALÈNCIA. A veces los odios acérrimos ayudan. Ese ha sido el caso del PP de Alicante con la trama Gürtel. La guerra abierta entre Francisco Camps y los fieles a Eduardo Zaplana estaba en su punto más álgido en 2007 y, gracias a eso, la trama corrupta no contrató con el PP alicantino, pues los zaplanistas sabían que era la empresa de cabecera del entonces presidente de la Generalitat, Francisco Camps. Así lo aseguró este martes el que fuera secretario general del PP de Alicante Miguel Ignacio Peralta, que declaró como testigo en el juicio por la financiación irregular del PP valenciano. "Ni de casualidad habría contratado un acto con Orange Market", aseguró, "porque en ese momento nuestro enfrentamiento político (con la dirección regional) era tal que nunca lo hubiera hecho".
Peralta hizo referencia varias veces a la guerra entre los zaplanistas, en su mayoría de Alicante, y la regional, campsistas que dirigían el resto del partido. Sobre este hecho, afirmó: "En aquellos momento había un enfrentamiento abierto entre Alicante y la regional, no se contaba con nosotros para nada. Todo lo que tenía que ver con el presidente se lo organizaban ellos. Nosotros solo hacíamos lo que tenía que ver con Alicante. La dirección regional del partido establecía una serie de actos, cuando venía Camps era el acto centro y lo organizaba la regional aunque acudiéramos todos. Se organizaba desde Valencia. (Ricardo) Costa y (David) Serra eran las personas que venían desde Valencia para coordinar, pero venían más cargos al acto".
El exsecretario general del PP alicantino también hizo referencia a la buena relación existente entre Camps y el miembro de la trama corrupta Álvaro Pérez 'El Bigotes'. "A Álvaro Pérez era normal verlo en los actos porque tenía mucha relación con Camps. Era una cosa sobradamente conocida que Francisco Camps tenía mucha relación con Álvaro Pérez", manifestó.
El otro punto álgido de la jornada fue la declaración del que fuera tesorero del Partido Popular Luis Bárcenas, que aseguró que es cierto que el exsecretario general del PPCV, Ricardo Costa le avisó de las intenciones del partido de financiarse a través de facturas falsas a empresarios adjudicatarios de la administración que, supuestamente, serían los que pagarían los gastos de la campaña.
Bárcenas confirmó que se reunió con Costa, debido a la ausencia del entonces tesorero Álvaro Lapuerta, y que el político valenciano le comunicó que estaba "preocupado" porque el entonces vicepresidente regional Víctor Campos le informó de las instrucciones dadas por Camps y el presidente de les Corts Valencianas, Juan Cotino, sobre "tener relaciones con los empresarios que financian al partido", mostrándole sobres con dinero en efectivo.
Con respecto a qué hizo después de saber que el PP valenciano pretendía financiarse irregularmente, el extesorero aseguró que se lo dijo a su entonces predecesor -en 2007 Bárcenas era gerente-, Álvaro Lapuerta, quien a su vez le dijo que él se encargaría "y llamaría a València" para solucionar el tema. Preguntado sobre qué pasó después, declaró que ya no supo nada más.
La declaración de Bárcenas apuntala el hecho de que en Génova eran conocedores de las trampas electorales, pero al mismo tiempo exculpa al PP nacional, ya que la única persona que podría decir qué cargos del PP sabían del ‘dopaje’, Lapuerta, no puede declarar al haber sido diagnosticado de una demencia senil que le incapacita para prestar declaración ante un juez, así como para ser imputado en ningún caso judicial.
Además, las palabras de Bárcenas apoyan la tesis de Ricardo Costa de que Camps era el cerebro de la financiación irregular y que tanto Víctor Campos como Juan Cotino estaban no solo al tanto de ello, sino que eran los brazos ejecutores del presidente en cuanto a la recaudación y movimiento del dinero negro.