VALÈNCIA. La inclusión de los trabajadores con diversidad funcional todavía es un mundo por explorar para las empresas españolas. No solo es un tarea que deben cumplir por ley sino que supone una decisión que debe ejecutarse con el pensamiento de que será una oportunidad de desarrollo para la propia empresa.
Esta fue una de las conclusiones extraídas en el desayuno organizado por Valencia Plaza en colaboración con la Fundación DKV Integralia este martes en el Hotel Valencia Palace. Al encuentro asistieron Rocío Briones, directora General del Servef, Miguel Ángel Javaloye, secretario general de la Confederación de Empresarios de Valencia (CEV), Sandra Gómez, concejal de Formación y Empleo del Ayuntamiento de València, José Vicente Villaverde, presidente de la Asociación de Jóvenes Empresarios (AJEV) y Agustín Carrilero, director de Esic Valencia.
También estuvieron presentes en el debate Cristóbal Miralles, catedrático del departamento de Organización de Empresas y oordinador de los Servicios de la Fundación CEDAT-UPV, Pedro Aroco, director en València de Consultoría de Recursos Humanos en Deloitte, Luis Carretero, director del Hospital de Dénia, Joaquín Montenegro, director general de Vithas Nisa, Juanma Baixauli, presidente del Club de Marketing del Mediterráneo, Amparo Matíes, presidenta del Club de Encuentro Manuel Broseta, Javier Vega de Seoane, presidente de DKV Seguros, Josep Santacreu, consejero delegado de DKV Seguros y presidente de la Fundación DKV Integralia y Javier de Oña, subdirector de la Fundación DKV Integralia.
"La responsabilidad empresarial no consiste en cumplir las reglas sino en ir mucho más allá. Consiste en estar muy atento al entorno social en el que una empresa trabaja y ver qué problemas se pueden solucionar", reflexionaba Javier Vega de Seoane, presidente de DKV Seguros. "Las personas que trabajan en la empresa no solo se sienten orgullosas de pertenecer a una organización que se comporta de forma responsable sino que además se genera un clima de confianza hacia la dirección".
Vega de Seoane apuntaba hacia la actitud que genera la responsabilidad social empresarial en los profesionales, que aumentan el apoyo cuando hay que hacer cambios además de generar un espíritu de pertenencia, comportamientos que terminan repercutiendo en positivo en la cuenta de resultados. Entre estas acciones de la compañía se encuentra la Fundación DKV Integralia, a través de la que emplean a 430 personas con diversidad funcional repartidos en ocho localizaciones en siete comunidades autónomas.
"Los que no tenemos discapacidades aparentes somos personas ordinarias, y los que tienen discapacidades aparentes son extraordinarias", destacaba. "Estas personas irradian a la organización mucho valor, siempre están contentos y cómo nos vamos a quejar los ordinarios cuando los extraordinarios siempre están en positivo". El presidente de DKV lamentaba que las empresas se estén perdiendo lo que aporta el tener empleadas a personas con discapacidad y señalaba la importancia de compartir experiencias positivas y que hayan leyes que movilicen a la sociedad. "Nuestros índices de absentismo con este colectivo están por debajo además de tener menos rotación".
Sin embargo, la realidad actual es muy dura para este colectivo en el área de empleabilidad. En España hay 1,7 millones de personas con diversidad funcional, el 6% de la población, y la Comunitat Valenciana -por tamaño- es una de las que más tiene. En el censo de 2015 se contabilizan 191.000 personas afectadas con un paro mucho más alto que el resto de la sociedad española, el 31%.
Josep Santacreu, consejero delegado de DKV Seguro, señalaba que una de las voluntades de Fundación DKV Integralia es el tránsito hacia la empresa ordinaria. De hecho, recordaba su último proyecto junto a Indra, para el que han formado a personas con discapacidad para el área tecnológica. También han desarrollado otros servicios como de atención al cliente del Hospital de Dénia, donde hay un equipo de 16 personas de este colectivo que llevan todo el servicio para el área de salud o Mutua de Tarrasa, donde atienden a todos los hospitales de la mutua.
Con estos ejemplos, Santacreu entiende que las empresas de gran tamaño deberían pensar en cómo agrupar sus actividades para formar bolsas más grandes de trabajo para este colectivo, como un call center. Aunque este es el escenario ideal, lo cierto es que el 81% de las empresas no cumplen la ley de contratación de discapacitados. Este dato era aportado por Agustín Carrilero, director de Esic Valencia, quien aseguraba que no hay mejor herramienta de inclusión social que el desempeño de un empleo digno. "La semana pasada tomamos la decisión de incorporar a una persona con discapacidad y todos nuestros empleados lo aplaudían", señalaba.
Luís Carretero, director del Hospital de Dénia, destacaba la experiencia positiva que ha supuesto la labor con Integralia. "Con el aumento de la edad de la población y la cronicidad vamos a tener que incrementar las relaciones con los pacientes y esto es una forma distinta".
Mientras, Amparo Matíes, presidenta del Club de Encuentro Manuel Broseta, recordaba que el mundo de la discapacidad es uno de los colectivos que más avances ha tenido en cuanto a apoyo político, empresarial y de movimientos asociativo pero no es suficiente. "Sigue siendo necesario incrementar la cuota de estos colectivos en las empresas, que es del 2% a partir de 50 trabajadores".
Javier de Oña, subdirector de la Fundación DKV Integralia, sufrió un accidente de moto a los 24 años que le dejó tetrapléjico. Ahora, ayudas a otras personas con diversidad funcional a conseguir un empleo. Por un lado defiende los centros especiales de empleo, ya que si no serían un colectivo excluido. "Una persona con discapacidad, cuando se recupera de un proceso muy largo, es muy difícil que tenga una capacidad de ir a la empresa tal cual".
De Oña lamentaba que las empresas, cuando les falla una persona con diversidad funcional, piensan que ya lo han intentado mientras que no miran cuánta gente sin discapacidad no encaja en su empresa. Recordaba cómo los directores de departamento de DKV les formaron. "Las empresas se tienen que arriesgar, como os arriesgáis en todo porque las empresas son riesgo y en las personas con discapacidad aún es más importante porque el retorno lo vais a tener", insistía el subdirector de la fundación. "Ni somos pobrecitos ni somos héroes". Además, aseguraba que las competencias de superar un traumatismo o una enfermedad te mejora en algunos aspectos.
Rocío Briones, directora General de Empleo y Formación (Servef) de la Generalitat Valenciana, se encargaba de dar otro de los tristes datos del colectivo. A pesar de apostar desde la administración por apoyar a los centros especiales de empleo y las empresas para contratar a trabajadores con diversidad funcional, la segunda nunca llega a agotar la partida.
"El empleo protegido de los centros especiales de empleo ha crecido. Se han invertido más de diez millones de euros y no llega a cubrir toda la demanda y sin embargo de una partida de 1,4 millones de ayudas para empresas solo se han utilizado 300.000 euros", lamentaba. Por este motivo, están viendo cómo adaptar esta subvención para que sea atractiva a las necesidades de las compañías.
Miguel Ángel Javaloyes, secretario general de la CEV, apuntaba a una de las claves destacadas en la jornada, y es la necesidad de realizar una formación específica para cualificar a las personas con diversidad funcional y potenciar sus capacidades para la empresa ordinaria. "Es una persona igual que el resto pero con unas capacidades diferentes", recordaba. Además, añadía que las empresas también necesitan formación para poder entender cómo hacerlo.
Sandra Gómez, concejala de Formación y Empleo del Ayuntamiento de València, destacaba la puesta en marcha a finales de 2015 por parte del consistorio de un plan de formación, intermediación e integración con una orientadora laboral que se dedica a atender solo a personas con diversidad funcional. "Les ofrecemos desde técnicas de búsqueda de trabajo hasta coaching para reforzar su seguridad", explicaba Gómez. A partir de ahí intermedian para que las empresas realicen contrataciones. "En 2016 hemos atendido a más de 173 personas y hemos insertado a 60 . 1 de cada 3 personas que han usado nuestro servicio han encontrado una oportunidad".
Para José Vicente Villaverde, presidente de AJEV, la clave empieza en la educación básica, formando en estos valores. " Nosotros vamos a apostar porque los emprendedores se crean la integración y no lo vean como una acción de marketing". Cristobal Miralles, coordinador de los Servicios de la Fundación CEDAT-UPV, insistía en que se trata de normalizar y apuntaba al boom de centros especiales de empleo en detrimento de la contratación en el área de la empresa.
"Los empresarios tenemos que creer que la inclusión tiene un retorno económico", apuntaba Pedro Aroco, director en Valencia de nuestra división de Consultoría de Recursos Humanos Deloitte, a la vez que señalaba que es un colectivo con poca visibilidad en el mundo del trabajo. "El tema de la educación desde el ámbito formativo puede ser clave para potenciarlo y nos hace falta más apoyo para ver en qué funciones y procesos se pueden integrar a estas personas".
Joaquín Montenegro, director general de Vithas Nisa, también señalaba la importancia de que las escuelas inculquen esa concienciación y señalan su implicación con este colectivo. "Desde hace casi 5 años trabajamos con los responsables médicos del hospital y vieron que querían acompañarlos en su desarrollo, así que integran a estos trabajadores en actividades del hospital".
Juanma Baixauli, presidente del Club de Marketing del Mediterráneo, apuntaba a la mayor sensibilización pero aseguraba que no cree que se deba hablar de subvención ni subvención encubierta cuando se habla de integración, sino que debe ser por concienciación.