la moción de censura podría provocar que el actual presidente no fuera ni representante

La inestabilidad política en Albaida que paraliza la mancomunidad comarcal de la Vall

14/12/2023 - 

VALÈNCIA. El alcalde de Albaida, Alejandro Quilis, preside la Mancomunitat de la Vall d´Albaida. Lo hace sin que su formación -Compromís- haya sido la que más representantes tiene (el PP ocupa ese lugar con 24) y gracias a la decisión del partido comarcalista Ens Uneix, a la que la dirección popular accedió de manera tácita dentro del conjunto del acuerdo que ambos mantienen a escala provincial.

Logró ese cargo dentro de una apuesta "por la pluralidad", tal como la definió Ens Uneix. Ocurrió en un tórrido día de finales de septiembre y con la compañía del alcalde de Pinet, Gonzalo Catalá -este sí del PP-, como vicepresidente.

Desde entonces han transcurrido dos meses y medio sin que ni el frío haya llegado a la Comunitat ni el reparto de delegaciones se haya producido en esta entidad comarcal que presta servicio a los 34 municipios de la comarca, de los cuales una veintena cuenta con un censo inferior al millar de habitantes y un par ni llega al centenar. Para estas poblaciones con apenas recursos disponer de servicios sociales o turísticos mancomunales constituye casi la única opción.

Sin delegaciones

No obstante, el mandato para dar movimiento político a esta entidad -una de las últimas en constituirse en la provincia- ha empezado descabezado. El presidente no tiene equipo más allá de su vicepresidente. No ha convocado pleno de reparto de delegaciones porque no ha llegado a un acuerdo para hacerlo. 

Desde el PP y Ens Uneix, que aglutinan 34 de los 68 votos en liza, reclaman una distribución de cargos acorde a los resultados de cada fuerza. En cambio, el presidente apuesta por otro con el mismo número de delegaciones para todos los partidos y también para los independientes de Terrateig, Llutxent y Montixelvo, con seis votos en total.  De esta forma Quilis se garantizaría la mayoría contando, como considera a priori, con el apoyo de esos partidos locales.

No hay acuerdo. No obstante, el problema viene de base. O, en términos geográficos, de su propio municipio. Si con el alcalde de Albaida al frente la entidad mancomunal no ha llegado a un acuerdo para pactar el reparto de vicepresidencias y cargos más representativos, en el ayuntamiento de la población que da apellido a la comarca la situación resulta incluso más compleja.

El contexto de Albaida

El PP ganó las elecciones en Albaida en mayo de 2023 y obtuvo seis concejales de un pleno de 13. No obstante, Compromís, con cuatro, y PSPV, con tres, llegaron a un acuerdo de investidura que otorgaba la vara de mando al candidato compromisario hasta 2025.

Ese pacto se rompió a finales del pasado mes de octubre. La formación socialista, que dirige David Palací a escala local, renunció a sus delegaciones subrayando "una pérdida de confianza". Y lo hizo señalando a la concejal de Compromís Ángels Salom, dudando de que "vaya a votar la alternancia de gobierno prevista en 2025". Desde entonces las críticas y rifirrafes entre ambos grupos se ha sucedido sin tregua.

La situación ha llegado hasta el punto de que las palabras "moción de censura" ya retumban a escala local y provincial. Para ello haría falta que el PSPV diera tres, dos o incluso uno de sus votos al candidato del PP, Juan Carlos Roses. De momento, tiene seguro uno, ya que, como adelantó este miércoles Valencia Plaza, la concejala del grupo socialista Cristina Vila se ha dado de baja de su formación y avalaría la moción de censura.

Derivadas de la moción

Si los hechos derivan en esa previsible moción de censura -que casi seguro se registrará a principios de la próxima semana- y en un posterior cambio de alcaldía, la ya enrevesada situación de la Mancomunitat se enmarañaría más aún y debería empezar de cero, de la elección de nuevo presidente.

El pleno de Albaida elige a sus representantes en la entidad comarcal. En casi todos los municipios suele ser el alcalde y otro edil del equipo de gobierno. Si el PP alcanza el ejecutivo, Roses sería uno de esos cargos y le acompañaría, previsiblemente, uno de sus ediles. O incluso podría ser alguien del PSPV.

Esa misma lógica protocolaría dejaría fuera a Quilis de la delegación mancomunal albaidense. Por tanto, no formaría parte del pleno de la Mancomunitat y, por consiguiente, tampoco podría resultar elegido presidente, como lo fue en septiembre. La premisa básica de ser miembro quedaría rebatida.

Del diálogo a la polémica

Se pasaría de la "legislatura del consenso político y del diálogo", como la definía el presidente de la entidad mancomunal al ser escogido para el cargo, al del mandato efímero y en precario, si Quilis dejara incluso de formar parte del pleno del organismo.  

En cualquier caso, todo esto se dilucidará en las próximas semanas. Primero, con la presentación de la moción de censura. Segundo, con la distribución de competencias y representaciones del pleno.

 


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