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el crispr de francis mójica abre un sinfín de usos

La investigación valenciana que cambia la vida de todos menos la de su precursor

3/12/2018 - 

VALÈNCIA. Volvió a ser noticia la semana pasada a raíz del anuncio de que un equipo de investigadores chino anunciase la creación de los dos primeros bebés en el mundo editados genéticamente con la tecnología CRISPR. Según la información difundida, las niñas gemelas, Lulu y Nana, cuentan ahora con una modificación que supuestamente las protege contra el virus del sida. La noticia que, a priori, podría parecer alentadora, ha sido juzgada de aberración por la mayor parte de la comunidad científica. También Francisco Martínez Mojica, el microbiólogo valenciano que alumbró las técnicas del CRISPR-Cas9, advirtió del riesgo que supone aún la edición genómica. “Aunque se ha mejorado mucho, todavía no es perfecta y puede dar lugar a errores y a cambios que uno no pretende”, declaraba.

Más conocido por el nombre abreviado, Francis Mojica es profesor en el departamento de Fisiología, Genética y Microbiología de la Universidad de Alicante donde alterna la docencia con la investigación básica, que es lo que de verdad le gusta. Ahí es donde sigue acudiendo cada mañana para seguir con su trabajo, siempre y cuando se lo permiten los periodistas, a quienes suele atender con amabilidad. “Yo entiendo que los científicos tenemos la obligación de explicar a la opinión pública lo que se hace en los laboratorios con el dinero de todos”, opina.

Y lo que él ha hecho siempre ha sido investigar. En estas se hallaba cuando en la década de los 90 hizo un gran descubrimiento. Él lo cuenta así: “Buscando un asunto relacionado con la posibilidad de establecer cuáles eran los mecanismos de adaptación de un microorganismo, nos tropezamos con unas secuencias repetidas de forma muy peculiar. A partir de ahí, decidimos seguir investigando con ellas”. Al hallazgo al que se refiere Mojica como si de un acto de serendipia se tratase son los orígenes del CRISPR al que algunos se refieren como el descubrimiento biotecnológico con mayor impacto del siglo y motivo por el cual el nombre de Mojica ha sonada en varias ocasiones como candidato al Premio Nobel de Medicina. Lo que sí ha conseguido ya es recoger el Premio Albany considerado, en Estados Unidos, el galardón más prestigioso en Medicina y cuenta también con el Plus Alliance a la Innovación Global, otro de los más valorados del ámbito científico.

Un potencial que trasciende el área de la salud

El potencial de su descubrimiento es bestial dada su capacidad para editar el genoma de microorganismos y seres vivos y corregir lo defectuoso, todo aquello que va mal, incluyendo enfermedades de cura insospechadas hasta el momento. Sin embargo, observa Mojica que, cada vez que se habla de esta técnica, aparece ligada al campo donde los resultados son todavía más inciertos: el de la salud. Esta innovación, que ha revolucionado los laboratorios biotecnológicos de medio mundo, tiene un volumen de mercado estimado de más de 46.000 millones de dólares solo en el ámbito de la medicina.

Mojica, por su parte, se esfuerza en poner el foco de las bondades de CRISPR en otras áreas, como el sector agroalimentario o el ganadero donde sí se han llevado a cabo trabajos con éxito probado. En esta línea de investigación apunta logros como el de retardar la maduración de cultivos frutales o duplicar la velocidad de crecimiento de las plantas de arroz, “algo que es importante si tenemos en cuenta el problema de la productividad de alimentos al que ya nos enfrentamos”.

Asimismo, en el sector de la ganadería se ha conseguido con esta técnica aumentar la masa muscular en determinados animales, como el cerdo, o la consecución de órganos de animales libres de infecciones y seguros que podrían ser aptos para el trasplante humano.

La lucha de los laboratorios

En cuanto a si esta contribución ha repercutido de alguna manera en la economía personal del profesor Mojica no lo sabemos porque el trabajo que realizaba con su equipo lo hicieron en abierto. “Los avances que conseguíamos en las etapas tempranas de CRISPR se hacían en abierto, de manera que cualquier científico que siguiese nuestras investigaciones podía acceder a ellos”, declara.

Pero mientras que su equipo se dedica a la investigación básica, otros se especializan en la aplicada: la búsqueda de una respuesta a un objetivo concreto, una visión algo más mercantilista de la ciencia. “Luego llegó alguien a quien se le ocurre que, en base a nuestra investigación, puede mezclar una cosa con otra y dio otro paso. Eso es lo que sucedió”, explica. Se refiere al trabajo realizado posteriormente por Emmanuelle Charpentier y Jennifer Doudna, Premios Princesa de Asturias de Investigación Científica a quienes se les atribuye el mérito de elucidar el mecanismo molecular de CRISPR/Cas 9 y su potencial utilidad como herramienta universal de edición genómica.

Sin embargo, no todos están de acuerdo con la autoría del ‘corta y pega’ genético. Paralelamente al desarrollo y optimización del sistema CRISPR se desató en los laboratorios una lucha de patentes que se ha prolongado durante años. Como contendientes estaban, por un lado, la Universidad de California en Berkeley y, por otro, el Instituto Tecnológico de Massachusetts (MIT). Ambos centros habían seguido con la investigación abierta por Mojica en Alicante y conseguido importantes avances pero hubo un problema en el registro de patentes. No fue hasta hace unos meses que la Corte de Apelaciones de Estados Unidos zanjó el asunto a favor del Instituto Broad, vinculado al MIT en el que trabajaban Charpentier y Doudna.

Ganaban así no solo la gloria académica sino también el control comercial de una técnica de impacto global. Los centros de investigación relacionados con ella empezaron a crear sus propias empresas sin esperar a la resolución del litigio. Zhang y sus colaboradores del Instituto Broad fundaron Editas; Caribou Bioscience fue cofundada por Doudna, se creó también CRISPR Therapeutics AG, que ya cotiza en el Nasdaq, y ERS Genomics de las que Charpentier es miembro. Según un artículo publicado en el Wall Street Journal  hace un tiempo había ya numerosos laboratorios con fuertes desembolsos en este ámbito con distintos enfoques. Todos ellos batallan por llevarse un trozo millonario del pastel, menos Mojica, quien sigue celebrando como uno de sus grandes logros haber sido elegido hijo predilecto de Elche, su ciudad natal.

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