VALENCIA. La guerra accionarial por el control del grupo hospitalario Nisa vivió este sábado una nueva batalla en la junta general de accionistas, celebrada en un ambiente de gran tensión en el hospital 9 de Octubre de Valencia, donde se aprobó el cese de tres consejeros que han pactado vender su paquete accionarial al grupo Vithas, que pretende hacerse con el control de la empresa valenciana.
Aunque se trataba de la habitual junta anual para aprobar las cuentas del año anterior, la oferta pública de adquisición de acciones (lo que sería una opa en el mundo bursátil) lanzada por el grupo catalán Vithas para hacerse con el control de Nisa convirtió la sesión en el escenario donde medían sus fuerzas las dos partes en conflicto, Vithas frente a la mayor parte del consejo de administración, con su presidente, Manuel Giner Quilis, al frente.
Durante la semana, ambas partes aseguraron en sendos comunicados contar con el apoyo de casi el 50% del capital. En el caso de Vithas, son opciones de compra que la empresa debe ejecutar antes del 30 de septiembre.
En la junta, quien demostró tener mayor apoyo fue Manuel Giner, que, no obstante, tuvo que escuchar no pocas críticas de accionistas minoritarios descontentos con la opacidad que ha demostrado en buena parte del proceso, según relataron a Valencia Plaza varios de los presentes. Giner llegó a pedir disculpas, según estas fuentes.
El presidente partía con ventaja, ya que Vithas todavía no es accionista. Varias fuentes aseguraron a Valencia Plaza que representantes del grupo catalán estuvieron presentes con voto delegado, aunque fuentes de la empresa que preside Jorge Gallardo Piqué lo negaron.
Lo cierto es que el punto más polémico de la junta fue el cese de tres consejeros que han pactado la venta de sus paquetes accionariales a Vithas. Polémico porque no figuraba en el orden del día, lo que da pie a que pueda ser impugnado. La propuesta se basó en la "perdida de confianza", ya que habrían antepuesto sus intereses particulares sobre los de la sociedad al acordar la venta de sus títulos por 17 euros por acción, precio muy superior al que se ha pagado a otros accionistas.
Fuentes de Nisa no quisieron confirmar sus nombres, pero como ya publicó Valencia Plaza, los dos consejeros que primero pactaron la venta son Enrique Ramírez Peris -hasta ahora consejero delegado- y Javier Martínez Ochoa, representantes de las familias Pascual y Murcia, respectivamente.
El tercer consejero destituido fue Demetrio Gil, quien afirmó que, de hecho, tenía intención de dimitir dado que se iba a desvincular de la compañía. Las destituciones se aprobaron por abrumadora mayoría.
La junta también aprobó el nombramiento de otros tres consejeros, cuyos nombres tampoco facilitó la empresa valenciana. Al menos dos accionistas solicitaron de viva voz entrar a formar parte del consejo y pusieron de manifiesto su malestar por la forma de actuar del consejo.
La dirección de Nisa emitió a media tarde un comunicado en el que explicaba que "los accionistas agrupados en torno a su presidente y la mayoría del Consejo de Administración han sumado apoyos por más de un 50% del capital en la Junta de Accionistas".
Añadía que el Consejo "iniciará ya la semana que viene, de la mano de asesores externos, el proceso de búsqueda de soluciones para todos los accionistas. Tanto para aquellos que deseen transmitir sus acciones obtener las mejores condiciones y una mayor liquidez para ello (vía autocartera o entrada de un socio, u otras); como a los que tengan voluntad de permanecer poder hacerlo con estabilidad societaria y en un marco que les permita sentirse protegidos e involucrados en la misma".
Entre las vías de dar liquidez a los accionistas que se estudiarán está la salida a Bolsa, según dijo el presidente, Manuel Giner. En contra de esta posibilidad está la premura, ya que se trata de un proceso lento y, según el comunicado de Nisa, "todo el proceso deberá haber culminado antes de que finalice el año".
El comunicado de Nisa afirmaba que "en la Junta de Accionistas ha quedado en evidencia que la alternativa de Vithas no contaba con el respaldo con el que decía contar", que era casi el 50%. Fuentes de la empresa catalana mantenían este sábado que ese es el respaldo con el que cuenta.
Lo cierto es que, pese a que no se visualizó en la junta, los compromisos de venta firmados con Vithas por diferentes accionistas superan el 30%, como ya contó Valencia Plaza, repartidos entre la agrupación de accionistas que representa la consultora Main, que suma cerca de un 11%; Atitlan, que tiene un 6,5% y suma un 5,5% sindicado de la familia Aviñó, y los tres consejeros recién expulsados.
Estas opciones se ejectuarán por parte de Vithas, según el contrato al que ha tenido acceso este perídico, cuando la firma catalana obtenga el visto bueno de la Comisión Nacional de los Mercados y la Cometencia (CNMC) a la operación. En todo caso, antes del 30 de septiembre o el contrato quedará sin efecto.
Con más de un 35%, que puede haber alcanzado con compras a pequeños accionistas, Vithas tendría asegurado el control de la firma hospitalaria a no ser que se sindicasen el resto de acciones para hacerle frente. Eso es, precisamente, lo que está intentando Manuel Giner.
Según el comunicado, "en la Junta un grupo significativo de accionistas anunció que ya ha iniciado un proceso de sindicación de acciones y que en los próximos días incorporará a aquellos accionistas que quieran participar pero aún no lo hayan hecho todavía, para actuar como un único interlocutor en la defensa de todos los accionistas".
Y prosigue: "Con la sindicación de acciones y el inicio del proceso de búsqueda de una solución para todos los accionistas, se abre una nueva etapa con un proceso transparente e igual para todos los accionistas".
La guerra continúa