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ENTREVISTA A GONZALO PINO, SECRETARIO GENERAL DE UGT-PV

"La locura del PP ha sido no contar ni siquiera con sus aliados naturales, los empresarios"

26/10/2015 - 

VALENCIA (FOTOS: EVA MÁÑEZ). Cuando todavía no se ha cumplido el primer año desde su acceso a la secretaría general de UGT-PV, Gonzalo Pino considera que el sindicato está en vías de solucionar sus problemas económicos y ha logrado superar el clima de "crispación interna" que provocó la accidentada salida del anterior secretario general. Con los recursos básicos asegurados gracias a la Ley de Participación Institucional, Pino afronta los meses que quedan hasta el próximo congreso con el reto de adaptar su estructura y modernizar el funcionamiento del sindicato con la referencia de lo conseguido en Ford Almussafes, donde la representación de los trabajadores colabora con la dirección en cuestiones clave como la búsqueda de inversiones.

La recuperación del diálogo social escenificada en los últimos días es, a su juicio, la evidencia de que la "sensatez y la cordura" ha regresado a la administración tras años de "confrontación permanente" con los agentes sociales. A los empresarios les pide implicación para "democratizar" el funcionamiento interno de las empresas.

-La portavoz del PP en Les Corts, Isabel Bonig, les llamó a ustedes y a la patronal los “viejos actores” con los que se relaciona el Consell, ¿a qué atribuye ese calificativo?

-Creo que el PP está en una situación cada día más delicada y complicada. Democráticamente tiene que aceptar el lugar en el que los ciudadanos de esta comunidad lo hemos puesto. Deberían ser capaces de apaciguar su discurso y de intentar hacer la oposición que le ha mandatado el pueblo valenciano.

"El PP debería apaciguar su discurso e intentar hacer la oposición que le ha mandatado el pueblo"

-¿Qué supone la recuperación del diálogo social escenificada la pasada semana en el Palau de la Generalitat?

-Fue un día histórico porque se recupera lo que durante veinte años, y más intensamente en los últimos diez, era imposible. Teníamos un gobierno que no entendía las reglas básicas de la democracia: el diálogo y la participación. Estábamos ante un gobierno que negaba el reconocimiento de los sindicatos mayoritarios y de la propia patronal, que es lo increíble. En los últimos diez años no ha habido ningún encuentro con la intención de llegar a acuerdos o, al menos, hablar de la situación de la Comunitat. El cambio de gobierno ha traído el encuentro con la administración, la recuperación de la sensatez y la cordura. Eso es bueno, porque durante muchos años no la ha habido. Lo que ha habido ha sido una confrontación permanente con los agentes sociales y con la propia patronal. La situación de la Comunitat es muy delicada por el efecto de las políticas neoliberales que se han aplicado.

-Habla de 20 años de absoluta falta de sintonía, ¿qué significaron entonces medidas como el Pavace (Pacto Valenciano por el Crecimiento y el Empleo) u otras que en su momento concitaron también el consenso de los agentes sociales?

-Es cierto que con los primeros gobiernos del PP no se rompió totalmente el diálogo, pero el contenido que salía de ese diálogo no era realista, no se llevaba a la práctica. No se daba la participación de los agentes sociales en la vida diaria de esos acuerdos, con lo cual eran acuerdos vacíos. En los últimos diez años no ha habido ningún tipo de encuentro ni de relación porque teníamos un gobierno que no entendía que los agentes sociales tienen que representar el bienestar de la Comunitat, pero fundamentalmente con los empresarios. Esa es la gran locura o equivocación del PP en esta comunidad, no contar ni tan siquiera con sus aliados naturales que son los empresarios. Ha sido su gran error y de hecho las manifestaciones de los empresarios en los últimos años han sido cada vez más contundentes.

"Para evitar la crispación durante la crisis, aceptamos unas condiciones que tal vez no tendríamos que haber aceptado"

-Sorprende que mientras los sindicatos y la patronal no tenían los problemas que tienen ahora no se denunciara esa falta de contenido a la que alude. ¿Realizan alguna autocrítica?, ¿cree que les faltó alzar la voz?

-Los sindicatos y el conjunto de los agentes sociales hemos intentado no crispar más la vida durante la crisis porque ya teníamos bastantes problemas como para estar en permanente confrontación con el gobierno. Hemos intentado por todos los medios lo que siempre hemos hecho los sindicatos: en los momentos de grandes dificultades, intentar buscar la concertación bajo cualquier situación. Eso quizás nos ha llevado a tener que aceptar unas condiciones que tal vez no tendríamos que haber aceptado. Pero siempre se hizo con el mismo objetivo: el empleo e intentar no cargar la crisis sobre las espaldas del conjunto de los trabajadores. Eso nos llevaba a tener que estar pidiendo continuamente concertación y diálogo y no confrontación, que venía más por parte del gobierno. Las declaraciones de Bonig resumen el planteamiento ideológico que ha tenido el PP durante toda su trayectoria, que los sindicatos y los agentes sociales no contamos en ese modelo de sociedad democrática que en cualquier país democrático son fundamentales.



-¿Qué papel deben jugar los empresarios en la concertación?

-Es fundamental que cambien de postura. Uno de nuestros objetivos es que el sindicato participe en el día a día de la empresa, no sólo cuando hay que negociar el convenio. Los trabajadores en la empresa tienen la percepción de que el sindicato sólo aparece cuando hay problemas, pero tenemos que democratizar la vida interna de las empresas, que los sindicatos estén dentro de las empresas con todas las consecuencias, con participación en el empleo, la mejora de la productividad. etcétera. En todo lo que haga que los trabajadores nos vean como una parte necesaria en el día a día de las empresas y para eso tiene que cambiar la cultura de los empresarios de este país. El sindicato no sólo sirve para negociar el convenio, también para gestionarlo. No se puede dejar la gestión del convenio en manos de los empresarios. Es una nueva visión de las relaciones laborales en la que esperamos contar con la colaboración de la universidad para elevar el nivel de los cuadros y también el de los empresarios. Y también creemos que el sindicato puede dar un paso adelante para cubrir las necesidades de las pequeñas empresas en materia de relaciones laborales.

"Los trabajadores deben vernos como necesarios en el día a día de las empresas y para eso tiene que cambiar la cultura de los empresarios"

-El pasado jueves, el presidente de la Generalitat anunció un plan de empleo para 80.000 jóvenes dotado con 200 millones y pactado con los sindicatos, ¿en qué se basa este plan?

-Está por desarrollar. Nada más aterrizar el gobierno se supo que había recursos de la UE, millones de euros, que no se habían aprovechado. Ahora se trata de aprovecharlos y dinamizarlos, pero el proyecto tenemos que discutirlo en las próximas semanas, en coordinación con el Servef. Los jóvenes de la Comunitat tienen de lejos la peor situación del país, con un 54% en una situación límite, hasta el punto de que muchos ya ni pasan por el Servef porque no ven opciones de futuro.

-Al hilo de lo que comenta, ¿cree que el programa de garantía juvenil del gobierno está funcionando satisfactoriamente?

-No. Con la precariedad que tenemos entre los jóvenes, con la tasa de paro de alta duración, es que no ha funcionado. Ha sido un año entero de políticas electorales ante una situación real y cruda.

-¿Por qué ha tardado tanto en salir el reglamento de la Ley de Participación Institucional?

-Tras la entrada del nuevo gobierno esperábamos que las cosas fueran más rápidas, pero ha habido algún problema derivado quizás del desconocimiento de algún miembro de la administración, de alguna conselleria, de interpretar la ley de participación desde la perspectiva de meter a todo el mundo. La ley refleja la participación de los sindicatos en todos los organismos de la administración que antes estaba muy diseminada. Había un problema de visibilidad. Nosotros no recibimos dinero porque sí, sino porque hay un trabajo real. A final de la legislatura logramos convencer al PP de que era necesaria una ley que reflejara con transparencia cuál es el papel de los agentes sociales, y lo logramos porque parece que el PP no tenía grandes cosas que ofrecer en el campo de la concertación y el diálogo social y parecía que con aquello podía salir y de hecho lo utilizó en la campaña. Todos los partidos votaron a favor excepto Compromís, que se abstuvo porque el sindicato que tiene relación con Compromís no tenía cabida. Y no la tenía porque la Ley Orgánica de Libertad Sindical fija los porcentajes de los sindicatos que tienen participación con el gobierno, no es una cuestión de agrado, sino de los porcentajes que fija la ley.

"ha habido problemas con la ley de participación institucional derivados del desconocimiento de algún miembro del Consell"

-Habla de problemas de interpretación. El conseller de Economía dijo que de forma muy clara que acataría la ley, pero que era partidario de otro reparto de los fondos...

-Me parece razonable que el conseller tenga un planteamiento, pero la Ley de Participación es la que hay pactada y la que hay que cumplir. Quizás el desconocimiento de la propia ley o de la propia realidad en la que hemos consensuado esa ley es lo que hace que el conseller atienda a situaciones que tienen que ver con grupos minoritarios que no tienen la consideración de participación y sí la tienen de colaboración. Si el conseller se hubiera fijado bien en la ley, sabría que la colaboración permite que todo el mundo, en esa competitividad, pueda entrar ya. Por ejemplo, en la formación. Por lo tanto, están en las mismas condiciones. Al no verlo, quizás trató de introducir de forma errónea a los grupos minoritarios en la misma situación que los mayoritarios y eso no es posible. El 79% de los trabajadores apoyan a UGT o CC OO, por lo que no tiene ninguna lógica. Ahora bien, allá cada cual con sus razones.

-Tal vez eso ha generado falsas expectativas porque Intersindical ha anunciado que recurrirá....

-La propia Intersindical sabe que eso no es recurrible la ley como tal, siempre y cuando no cambie la ley orgánica de libertad sindical. No hay juez o tribunal en esta país que pueda ir en contra de una ley transparente y ajustada a derecho. Corresponde más al ámbito político que se sitúe cada uno en el ámbito que corresponde.

-Estamos casi en noviembre y no han cobrado las subvenciones correspondientes a este año. ¿Tienen margen para financiarse sin esos ingresos?

-Hemos intentado hablar con la administración para que se pusiera en marcha porque tenemos técnicos y personal de apoyo en 220 organismos y a final de año ya hemos agotado y hecho todo el trabajo de participación. Son alrededor de 271 representantes y eso tiene el valor que se le puso en la ley: son 1,2 millones de euros para cada uno de los sindicatos, UGT y CC OO, y el doble para la patronal Cierval. A partir de ahí hubo un desencuentro que ya se ha resuelto. En la mesa de diálogo social de la pasada semana, en la que estaban Ximo Puig y Mónica Oltra, UGT lanzó una advertencia de que no se podía continuar por el camino que íbamos. Oltra decía hace poco que la democracia cuesta dinero, y es verdad. Los partidos tienen necesidades económicas que tienen que cubrir, y ahí están las subvenciones. Pero los sindicatos también. Creo que el mensaje fue entendido tanto por el presidente como por la vicepresidenta.

"Nuestra estructura creció con los fondos para formación, pero nos dejaron muy débiles por la base"

-La estructura que describe cuesta mucho de mantener, ¿cómo ha resistido sin los fondos?

-Es muy complicado de sostener. Cuando hacemos los presupuestos, los hacemos en base a esos recursos que van a venir por esa participación, que suponen un 25% de nuestros recursos. Si empiezan a no llegar, tienes un problema. Lo que hizo el PP fue intentar asfixiarnos no pagando en tiempo y en forma. La ley aporta seguridad de que eso no se va a producir. Pero lo que ha pasado en los últimos meses nos llevaba a una situación de enorme dificultad. Nosotros llevamos cuatro ERE y esto nos llevaba a ver de nuevo a ver cómo ajustábamos una plantilla que ya está justa y adecuada a la realidad del sindicato. Con menos recursos es difícil funcionar porque nosotros tenemos que dar servicio a los trabajadores. Ahora no vamos a tener la necesidad de recortar, pero eso no quiere decir que no sigamos ajustando. En el próximo congreso presentaremos un nuevo modelo de organización con mejor aprovechamiento de los recursos y que bajará de seis a tres federaciones. En esta organización los recursos no venían de la forma en la que tenían que venir, es decir, a través de los afiliados y afiliadas. Los recursos que veían de la formación y otros conceptos nos hicieron crecer en estructura, pero nos dejaron muy débiles por debajo en la medida en la que no estábamos en el lugar que teníamos que estar que es con los trabajadores. En un plazo de ocho años, nuestros recursos han de venir de los trabajadores. 

-¿Le han trasladado al gobierno la urgencia en el cobro?

-Hoy mismo vamos a presentar la solicitud de anticipo por el 50% y antes de finales de año esperamos recibir el otro 50%. 

-El Consell tiene planes firmes para reducir la liberalización de horarios comerciales en la Comunitat, ¿Cómo lo valora?

-Tenemos que ir a una sociedad más racional y menos trepidante de lo que hemos vivido en los últimos años. Tenemos que buscar una sociedad equilibrada, el horario de los comercios es eterno. Nos estamos cargando el pequeño comercio y el que no puede competir con los grandes centros que tenemos en la Comunitat. Estamos de acuerdo con la reducción de la liberalización horaria y vamos a ver cómo se desarrolla.

-¿Qué impacto tendrá la reversión sobre el empleo?

-Hay que ver la propuesta concreta, porque aún no lo sabemos. El impacto sobre el empleo tiene que ser el menor posible. Estamos en una sociedad con una demanda constante y un componente de esa demanda es el empleo.

-Es probable que UGT entre en el Consejo Local del Comercio de Valencia ¿Qué zona o zonas liberalizadas le gustarían para la ciudad?

-Es complicado. Cualquier cambio va a alterar una situación que tiene que ver con el empleo y hay que buscar el equilibrio para no perjudicar a nadie. Intentaremos que nuestras propuestas no vayan encaminadas a parar nada, porque no se puede parar aquello que produce empleo, pero tampoco se perjudique a nadie. Tendremos que hablar del empleo de calidad, no el que toca muchas campanas pero es el más precario que se ha creado nunca en este país. Hay que ver qué tipo de empleo se crea.

"¿Puerto Mediterráneo? No podemos estar en contra de todo lo que suponga creación de puestos de trabajo"

-Hablando de parar, ¿qué piensa de Puerto Mediterráneo y de la postura contraria de algunos miembros del Consell?

-He oído una parte de la administración que es bastante beligerante, pero no toda la administración. No he oído al presidente del gobierno en esa linea. Habría sido bueno que los ciudadanos de Paterna hubieran podido votar, tal y como pedía el alcalde porque hubiera sido la referencia para el gobierno valenciano. Seguramente los ciudadanos de Paterna habrían votado por bastante mayoría la instalación del centro en el entorno de Paterna. Hay muchos centros en la comunidad que se han hecho de forma descontrolada, pero esto no nace de forma arbitraria o descontrolada. Hay unos acuerdos y ya lleva cierto recorrido. Es un centro que puede crear 7.000 puestos de trabajo y que no tiene nada que ver con los centros que ahora tenemos, sino con una oferta más ambiciosa en su alcance. No podemos estar en contra de todo lo que suponga creación de puestos de trabajo.

-Acabamos de conocer los datos de la última EPA (15.800 parados menos en el último trimestre) y el Consell ya sostiene que las cosas no van tan mal… ¿Le llama la atención este temprano optimismo del Consell?

-Se puede ser optimista cuando se crea empleo, pero cuando se va al fondo del empleo que se está creando no se puede ser optimista. Realmente la reforma (laboral) ha conseguido uno de sus grandes objetivos: generar un mercado de trabajo barato, precario y descontrolado. El de los trabajadores que no pueden vivir con los salarios que se están pagando. El empleo que se está creando, por ejemplo el juvenil, es tan en precario que no hay recolocación. Hay rechazo a trabajar 14 horas por 500 o 600 euros. Los salarios en el comercio son demenciales, pero si nos vamos al turismo, donde los contratos son de tres meses o una semana, la situación es totalmente en precario. Lo que está pasando es que, una sociedad que tiene que vivir, acepta unas condiciones, pero no podemos aceptar tener uno de los mercados de trabajo más precarios de Europa. Si el gobierno tiene esa visión, no la compartimos. No podemos estar contentos con una creación de empleo encaminada a un modelo de mercado de trabajo que parece que no hay posibilidad de cambiar porque tenemos que cambiarlo: aumentar el empleo indefinido y acabar con la precariedad.

-¿Qué ha hecho el nuevo Consell en materia de empleo?

-No se puede decir que haya habido avances, pero se están poniendo las condiciones, como el propio diálogo social. Hay cuestiones sociales que sí se están atendiendo, pero en la medida que puede. Creo que el Consell está intentando equilibrar la situación para empezar a caminar, porque con una deuda de 40.000 millones es muy complejo. Creo que debemos tener paciencia y atender primero a los 1,2 millones de trabajadores valencianos en el umbral de la pobreza o al 62% de desempleados sin cobertura. Estamos en Europa y tenemos un porcentaje de pobreza infantil de escándalo. La prioridad son las personas y la segunda parte es blindar el Estado del Bienestar. En los últimos veinte años, la izquierda y los sindicatos hemos planteado que la educación no se puede cambiar cada cuatro años. El acuerdo al que seamos capaces de llegar ha de ser a ocho años para que, venga el gobierno que venga, se tengan que respetar los acuerdos. Si no lo hacemos así, nunca cambiaremos nada. Y la sociedad nos demanda esos acuerdos creíbles y con continuidad en el tiempo, sobre todo en educación y sanidad.

-¿Se abrirá ese acuerdo al resto de partidos con representación parlamentaria?

-Difícil lo va a tener el partido que se oponga a eso. Soy partidario de que participen no solo todos los partidos del arco parlamentario, sino toda la sociedad civil. Mientras no haya certidumbres, la situación del país no cambiará. El tejido social se ha roto. Nos hemos puesto como fecha para ese acuerdo el mes de abril.

-La semana pasada CC OO inició una campaña de presión en la planta de Ford Almussafes para transformar a trabajadores temporales en indefinidos, ¿se está cumpliendo el plan industrial de la planta?

-Sí, se está cumpliendo en la medida que se pactó: conforme se asienten los niveles de producción comprometidos, se irá produciendo la traslación de eventuales a fijos. Hay una situación que tiene que ver con el momento económico, quizás con algunas políticas erróneas de algunas multinacionales de tener proveedores únicos en el mundo. En el momento en el que hay un problema y se rompe la cadena, pasa un tiempo. Eso tendrá que ser reflexionado por la compañía porque no es posible mantener los niveles actuales de producción de Ford con un proveedor a 10.000 kilómetros. Pero creo que la situación en la planta es bastante estable, con niveles récord de producción y, en la medida que mejore la economía en Europa, habrá mejores condiciones para que Almussafes tenga buenos resultados. Estoy convencido de que la gente pasará a fija en el tiempo que se marcó en el acuerdo.

"El plan en Ford Almussafes se está cumpliendo: El personal pasará a fijo en el tiempo que se marcó en el acuerdo"

-Precisamente un directivo de Ford, en unas jornadas sobre el Corredor Mediterráneo organizadas por Valencia Plaza reivindicaba la necesidad del Corredor Mediterráneo ¿Será suficiente el tercer hilo del Corredor para atender las necesidades de la Comunitat?

-Creo que no. La multinacional Ford, como las empresas que exportan en la Comunitat, necesitan el Corredor. Y no sólo ellas, el Corredor es imprescindible para que nuestro país salga hacia fuera de forma en la que los costes no se coman los beneficios. Hay que ir a que la realidad sea más allá de elementos que no digo que sean parches, pero que no solucionan el problema real.

-Cuando asumió la secretaría general de UGT-PV el sindicato estaba en una situación muy delicada, ¿en qué momento se encuentra ahora?

-La comisión ejecutiva y el conjunto de la organización hemos hecho grandes cosas. Hemos introducido normalidad porque había una crispación permanente. Y en la parte económica, estamos en vías de llegar al congreso de mayo con el problema resuelto. Teníamos cerca de 9 millones de euros de deuda y hemos llegado a un acuerdo con la confederación para trasladarle parte de nuestro patrimonio, como los centros de formación de la Fundación Pascual Tomás, con lo cual hemos reducido la deuda en un 60%. Con el ultimo ERTE hemos conseguido ahorros importantes y ahora, con la Ley de Participación Institucional, vamos a ir cuadrando nuestras cuentas hasta llegar a mayo. Lo mas importante para mí es el equilibrio interno para dedicarnos fundamentalmente a la acción sindical y no a la crispación interna permanente por desacuerdos que había con la anterior ejecutiva. El desacuerdo quedó claro con el resultado del anterior congreso, donde la ejecutiva salió con el 52% de los apoyos. Los compañeros entendieron que yo podía dirigir la organización y en ello estoy. Creo que en las próximas elecciones mejoraremos resultados y, por qué no, aspiramos a superar la representatividad que tiene CC OO.

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