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La Marina mantiene en el aire la Torre Eólica tras dos años de negociaciones

10/02/2021 - 

VALÈNCIA. Sigue sin desencallarse el proyecto de la Torre Eólica en La Marina de València después de que se aprobara por primera vez hace dos años. Pese a que la previsión era que esta ocasión saldría adelante definitivamente, la comisión delegada del Consorcio Valencia 2007 -que gestiona este espacio- dejó sobre la mesa de nuevo esta magnánima infraestructura diseñada por el despacho de arquitectura del valenciano Fran Silvestre con el respaldo financiero de Net de Gerrers. El motivo: algunos aspectos del modelo de negocio no acaban de convencer a los responsables de La Marina.

Las reservas se deberían a uno de los apartados del plan de viabilidad presentado por los promotores. "Hay que aclarar algunos aspectos del mismo", explicaron fuentes internas del consorcio. En este documento, los promotores fijaban que la energía producida por la instalación sería transferida a La Marina, un planteamiento que ha levantado más de una suspicacia entre los miembros del organismo, en el que están representados tanto el Gobierno estatal, la Generalitat Valenciana y el Ayuntamiento de València.

No obstante, según trasladaron las mencionadas fuentes, cabría revisar ese punto puesto que La Marina no acepta que el plan de viabilidad del proyecto dependa de esa transferencia de energía al organismo público. "Puede ser que se de o puede ser que no se de", explicaron a este respecto, aseverando que este extremo debería acordarse con posterioridad a la concesión y no que el modelo de negocio estuviera vinculado directamente a esta aceptación por parte de La Marina. O en otras palabras: el buen devenir económico del proyecto debe ser independiente a esa venta de energía al organismo. Fuentes oficiales de La Marina rehusaron ahondar en todo ello y se emplazaron a los futuros días para emitir un comunicado.

Ya el pasado mes de marzo, la aprobación de la concesión quedó en el aire. Entonces, los promotores pidieron la rebaja del canon variable que deberán abonar al consorcio, algo sobre lo que La Marina no manifestó ningún rechazo, pero exigió que fuera una auditora externa la que presentara informes económicos que avalaran esta minoración. Llegada la reunión de este miércoles, dichos informes ya estaban en manos de La Marina y, por ende, esta salvedad ya se había superado. Ahora, afloran las dudas sobre la distribución de la energía y su repercusión en la viabilidad.

Por lo que se conoce hasta el momento, la concesión planteada por parte de La Marina para el desarrollo del proyecto tiene un plazo de 30 años. Al pago de los 80.000 euros del canon fijo se le sumaría así dicho canon variable del 1,5% sobre los beneficios, y según la documentación de hace un año -que presumiblemente no ha cambiado en términos generales-, el plazo de carencia a partir del cual la concesionaria empezará a abonar el canon correspondiente será de dos años.

El presupuesto planteado alcanza los 21 millones de euros y según la concesión, se contempla también la construcción de locales o espacios para ser cedidos en arrendamiento a terceros que obligatoriamente serán "empresas relacionadas con el sector de la energía, la tecnología, innovación, investigación y start-up". Una medida mediante la cual el Consorcio pretende incidir en el carácter de polo de desarrollo tecnológico e innovador de La Marina.

La Torre se ubicaría en un estrecho espacio en el extremo este de la bocana del recinto marítimo, un enclave baldío y adentrado en el mar pero ideal para el proyecto por la fuerza del viento en el lugar. La combinación de energías eólica y fotovoltaica aspira a lograr una producción de 5,4GWh al año, aproximadamente lo que genera un molino eólico convencional de eje horizontal de gran tamaño. 

El 75% del total de la energía la producirían los alrededor de mil molinos eólicos de eje vertical instalados en la torre; y el 25% restante lo lograrían las placas solares dispuestas en la superficie de la estructura. Así, el monumento aspira a convertirse en un centro de investigación de energías limpias, además de en una importante referencia visual.

Quizá también en un punto turístico en sí mismo, ya que sus impulsores habían contemplado la creación de un mirador en la parte superior de la inmensa torre, que supera ampliamente los 127 metros del puente de l'Assut de l'Or, actualmente el punto más alto de la ciudad.

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