Los mercados tienen dos citas marcadas en rojo esta semana: la reunión de la FED -la última bajo el mandato de Yellen que tendrá lugar el miércoles- y el dato del paro en Estados Unidos, que se publicará dos días después
MADRID. La semana pasada vimos una continuación de las tendencias que hemos visto hasta ahora en 2018: un dólar más bajo frente a la mayoría de monedas, mientras que los activos de riesgo continúan en su particular rally y la mayoría de mercados bursátiles en todo el mundo alcanzan niveles récord casi diariamente. Entre las principales monedas, la libra y, sorprendentemente, el franco suizo lideraron las alzas. En EEUU, la política continuó eclipsando los fuertes datos de crecimiento. El final del cierre del Gobierno Federal fue seguido de inmediato por el secretario del Tesoro, Mnuchin, quien rompió la tradición estadounidense y sugirió que le gusta ver al dólar más débil. La reunión del BCE causó mucha volatilidad pero el equilibrio de optimismo y precaución en las comunicaciones terminó dejando al euro más o menos donde estaba antes de la rueda de prensa.
Esta semana estará repleta de eventos que bien podrían proporcionar un suelo para el dólar después de sus recientes dificultades. Mañana tendrá lugar la reunión de la FED podrá proporcionar algunos comentarios más optimistas sobre la economía de EE UU y la perspectiva de mayores salarios e inflación. Finalmente, se espera que el informe de nóminas estadounidenses, que conoceremos el viernes, suponga una confirmación de la fortaleza del mercado laboral. En el otro lado del Atlántico, otra decepción en las cifras de inflación de la Eurozona podría hacer al euro retroceder.
El BCE y el presidente Draghi tuvieron un mensaje generalmente moderado la semana pasada. Si bien se reconoció y celebró un crecimiento más fuerte, Draghi reiteró que las presiones inflacionarias no se ven por ningún lado. Críticamente, llegó a afirmar que, contrariamente a las expectativas del mercado, las posibilidades de un aumento en los tipos este año son insignificantes. Sin embargo, los mercados de divisas reaccionaron inicialmente enviando al euro a máximos de varios años, aunque la moneda común terminó retrayendo todas sus ganancias posteriores a la reunión del BCE el viernes. El evento clave de esta semana será la publicación de la cifra de inflación de enero. El mercado está asumiendo una mejora modesta hasta el 1,0% anualizado. Creemos que es probable que, un mes más, esta cifra esté por debajo del 1%.
La libra fue impulsada por el fuerte informe del mercado laboral que mostró un desempleo constante pero bajo situado en el 4,3%, un bienvenido aumento en los salarios y niveles sorprendentemente altos de creación de empleo. Sin embargo, el bajo crecimiento económico dejó intactas las preocupaciones a más largo plazo sobre el bajo crecimiento de la productividad. En el corto plazo, sorpresas económicas positivas, la perspectiva de que el Banco de Inglaterra aumente y suavice la retórica en cuanto al Brexit está teniendo un efecto energizante sobre la libra, que es la moneda del G10 con mejor rendimiento en lo que va de año, a excepción de la corona noruega.
Es poco probable que la última reunión de la presidenta Yellen en la Reserva Federal este miércoles dé lugar a cambios importantes. Esperamos que los miembros del FOMC ajusten su declaración para reflejar desarrollos económicos positivos y poco más. Mucho más importante será el informe de nóminas para el mes de enero del viernes. En cuanto a la primera cifra, creemos que hay una gran posibilidad de una sorpresa positiva en la cifra central que excluye los componentes volátiles de alimentos y energía. También creemos que esta última cifra sorprenderá positivamente, en particular, en lo que respecta los aumentos salariales anuales, esperamos alcanzar un 2,7% anualizado.
Enrique Díaz-Álvarez es director de Riesgos de Ebury