VALÈNCIA. Cuando el sentido de la vista falla en niños se produce una reorganización neuroplástica en la que participan los genes de la memoria y el aprendizaje y que reajusta las conexiones entre regiones del cerebro multisensoriales, según ha mostrado una investigación internacional llevada a cabo por la Universidad Complutense de Madrid (UCM) y la Universidad de Harvard.
"La plasticidad cerebral ha fascinado a muchas generaciones de neurocientíficos. Este trabajo sobre casos de ceguera, especialmente en niños, nos permite una ventana hacia el estudio de los mecanismos que el cerebro utiliza para adaptarse y reorganizarse ante la adversidad o la falta de estímulos", ha explicado el investigador del departamento de Psiquiatría de la UCM y uno de los autores del artículo, Tomás Ortiz.
Por tanto, los investigadores han concedido un papel relevante a los genes implicados en esta reorganización, la mayoría relacionados con la memoria o el aprendizaje. Esta familia genética se expresa de forma significativa en las mismas zonas en las que los niños ciegos aumentan su plasticidad cerebral.
En concreto, el trabajo ha tenido dos fases. En la primera, los investigadores reclutaron una muestra de 17 niños que padecían ceguera (la mayoría desde su nacimiento) de colegios de la Comunidad de Madrid de entre 7 y 12 años, a quienes se les realizó un estudio de imagen cerebral en el Servicio de Radiología del Hospital Universitario Puerta de Hierro de Majadahonda (Madrid).
Posteriormente, y en una segunda fase, esas imágenes fueron analizadas en el laboratorio de redes cerebrales dirigido por Jorge Sepulcre en la Universidad de Harvard y el Massachusetts General Hospital de Boston (Estados Unidos).
"Esto ha permitido conocer con más exactitud cómo se reajustan las conexiones entre áreas visuales, auditivas y táctiles del cerebro cuando uno de los sentidos falla, en nuestro caso el sentido de la visión", ha especificado el investigador de la UCM. La red cerebral encargada de este diálogo entre sentidos es la red de integración multisensorial, descubierta por Sepulcre recientemente.
Además, el estudio se enmarca dentro del amplio proyecto de investigación sobre visión táctil que viene dirigiendo durante varios años Ortiz y cuyo objetivo principal es desarrollar un prototipo de estimulación táctil que permita a niños con discapacidad visual reconocer a distancia estímulos ambientales mediante tacto pasivo.
"Estos resultados abren nuevas vías para investigar y desarrollar tratamientos en personas con déficits sensoriales, lesiones cerebrales o enfermedades neurológicas ya que dan la clave de cómo estimular zonas aparentemente separadas por medio de su red común", ha zanjado el experto en psiquiatría.
El proyecto, liderado por el catedrático de Fisiología de la UCV Javier Romero, cuenta con una ayuda de 173.000 euros del Programa Prometeo a Grupos de Investigación de Excelencia