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La mesa (electoral) está servida

¿Qué comen las personas que forman parte de una mesa electoral? ¿Llevan tupper? ¿Practican el ayuno intermitente? ¿Hacen entre todas bote para pedir delivery

| 21/07/2023 | 4 min, 36 seg

¿Y en España? ¿Hay comboi entre apoderados, integrantes de la mesa y compañía para pedir comida a domicilio? ¿Los negocios locales aprovechan la circunstancia y ponen a disposición de estos menús con los que aliviar las penas? Preguntamos al entorno de Guía Hedonista para saber cómo se apañan nutricionalmente ante  el suplicio la mesa electoral. 

D. recibió una notificación que le nombraba presidente de mesa. En un colegio tocho. Su planning alimenticio es no ponerse a plan: «lo único que sé de momento es que me convocan a las ocho de la mañana. Pero no tengo más información de si nos dan algo de comer o qué. Mi duda es que parece que puedes ausentarte mientras hay dos miembros de la mesa. Imagino que para mingitar». 23-J, un día perfecto para el detox

Otra allegada de quien suscribe estas palabras, R., es vocal. Tampoco ha pensado en qué comerá, porque aunque sea un domingo electoral, es domingo y no es día de pensar en el taper. 

«El karma no se está portando bien conmigo últimamente. Pero si algo le tengo que agradecer es que siempre aparece alguien que me da de comer. Si tengo un don es el de que la comida venga mí».

Es de esperar que hornos como Dorita, a metros del colegio público Cervantes, el Forn València en valenciano Russafa o el Horno Pastelería del Pilar en La Petxina suplan la carencia de hidratos y endorfinas de los encargados de hacer que las elecciones no sean un pucherazo, como sugirió Feijoo respecto al voto por correo. Dato histórico de sobra conocido: el término ‘pucherazo’ hace referencia al fraude electoral que aconteció durante el turnismo: la alternancia pactada entre el Partido Liberal y el Partido Conservador de los tiempos de la Restauración borbónica en España. Por aquel entonces los votos se insaculaban en un recipiente de cocina, un puchero.

 Desde las elecciones de 2019 a las presentes que se celebrarán este domingo 23 de julio, la retribución por la presencia obligatoria en la mesa electoral ha pasado de 65 euros por jornada a 70, lo que cuesta un menú en el restaurante de Félix Chaqués, el menú de día de Lienzo o el del Riff. También puedes beberte esos 70 euros y pasar la resaca con el derecho a reducción de jornada de cinco horas de duración de la jornada de trabajo al día siguiente, de hecho, el 24 de julio se celebra el Día Internacional del Tequila y el Día Internacional del Autocuidado, dos fechas íntimamente relacionadas con las borracheras y sus consecuencias. Visto así, la condena electoral no pesa tanto. 

La historia de la democracia —en mayor o menor medida— nos ha regalado momentos en lo que lo electoral y lo gastronómico se cruzaban: en Perú, Glovo aprovechó la coyuntura electoral de las Elecciones Congresales 2020 para llevar a cabo una acción de guerrilla: en el país andino, los miembros de la mesa reciben unos packs de alimentación más bien humildes. La empresa de delivery montó una acción sorpresa y en uno de los centros de votación con más electores, repartió un combo de hamburguesas, patatas fritas y otros aperitivos ricos en grasas hidrogenadas. Sospecho que en España un happening así está prohibido. Las papeletas manchadas de grasa se invalidan (esto nos recuerda a la tendencia de meter rodajas de chorizo en las papeletas destinadas a partidos conocidos por ser amigos de lo público para su bolsillo particular). 

«Me da igual donde sea, pero yo el domingo como paella de mi abuela». J. no perdona la institución de todos y todas en nuestras tierras. Su abuela le ha prometido echar antes el arroz y prepararle una ración que su primo le llevará con la motillo «a cambio de 15 euros de los 70 que nos pagan. Me sale mejor comprarla en una casa de comidas, pero la paella de mi yaya es otro rollo». 

Las casas de comida son otra opción para los y las que no van a pisar la cocina en todo el día: las comidas para llevar de Rausell, el sabor italiano de Portami Via, la pasta fresca de Piero Ronconi y los clásicos arroceros: Velarte, Garrido y Ricepaella.


«Yo me planteo sobrevivir con frutos secos y rosquilletas y ya si eso a la noche, pegarme el festín», declara M., que planea fundirse la compensación económica junto a su pareja, a quien también le ha tocado mesa. Como señaló Ferran Salas, los domingos  «València languidece tras la siesta post paella. Lo que hacía escasas horas era jolgorio, deviene sopor. (…) Toda la ciudad está ocupada por los huraños. ¿Toda? Toda no. Una serie de pequeñas aldeas pobladas por irreductibles hosteleros, resiste, todavía y como siempre, al invasor». Algunos de esos domingueros son Taberna Teca, Bar-X, Min-Dou, Bouet o el Aprendiz de Tapas. Su carta de bebidas también permite ahogar en alcohol las penas por los resultados de los comicios. 

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