VALÈNCIA. La Mutant está cada vez más cerca de dar solución a su futuro próximo, aunque será más tarde de lo previsto. La concejalía de Acción Cultural, liderada por Maite Ibáñez y de la que depende el teatro municipal, ha tenido que frenar el proceso actual de búsqueda de coordinador artístico al encontrar una nueva piedra en el camino: solo dos personas se habían presentado y ninguna tenía la titulación que se exigía para poder acceder a la plaza. Fue hace apenas tres semanas cuando el Ayuntamiento publicaba el ofrecimiento del puesto de trabajo de la coordinación de La Mutant, una convocatoria dirigida a personal funcionario de carrera con categoría Técnico/a Administración Especial (Patrimonio Histórico y Cultura), un proceso mediante el que se esperaba encontrar un ‘capitán’ para el teatro tras un año sin coordinador. El puesto, eso sí, es en realidad ‘de paso’, pues la contratación se plantea como un puente hasta que se cubra la plaza definitiva, cuyo proceso va en paralelo pero es más largo.
Esta fórmula de contratación, algo inusual en el consistorio y nueva en el ámbito de los teatros públicos municipales, ha puesto alguna que otra piedra en el camino a la concejalía, una piedra que tiene que ver con la titulación del personal. Lo cierto es que, en materia de cultura, este es un dolor de cabeza habitual, pues no son pocas las categorías que no contempla la administración pública y, por ende, el baile entre trabajadores culturales y su formación es mucho más ‘animado’ que en otras áreas. Así, el ofrecimiento de la plaza aplicó un filtro de ocho titulaciones, todas ellas vinculadas a las Humanidades o la gestión cultural, un filtro que ha resultado demasiado estricto. Solo dos personas se han presentado y ninguna tiene la titulación necesaria para acceder al cargo.
Ante esta situación, desde Acción Cultural han optado por frenar el proceso y rediseñarlo, ampliando el requisito de titulaciones, que pasan a quince, con lo que esperan que aumente el número de interesados en hacerse cargo de la sala municipal. Aunque la reformulación del proceso supone un nuevo retraso en el proceso de cobertura de la plaza de coordinación de La Mutant, lo cierto es que en este caso promete ser más breve. La concejalía espera publicar el renovado ofrecimiento de puesto de trabajo este mismo mes de julio y plantean que la plaza esté cubierta de cara al inicio de la temporada escénica, en el mes de septiembre.
En caso de que se cumplan los plazos anunciados, será un año después de la salida prematura de Marta Banyuls, que descartó renovar su contrato al frente de la sala municipal, cuando el teatro vuelva a tener coordinador. Su salida abrió una nueva etapa en los teatros dependientes del Ayuntamiento, que plantearon entonces una solución para acabar con la inestabilidad de las salas. Así, la concejalía de Acción Cultural planteó crear una plaza específica para su gestión, que ya contempla la Relación de Puestos de Trabajo (RPT) de 2022 del Ayuntamiento de València, un proceso más complejo que los contratos que se han hecho hasta ahora y que requieren de una solución ‘puente’. Si bien la concejalía planteaba en un primer momento una contratación temporal, los servicios jurídicos frenaron esa posibilidad, lo que ha obligado a tener este semestre ‘vacío’ y a explorar posteriormente esta nueva fórmula de contratación, ahora dirigida únicamente a funcionarios.
Con esta contratación el teatro municipal comienza a ver la luz tras una temporada completa sin coordinador artístico. Aunque Marta Banyuls dejó la programación del primer semestre cerrada (entre septiembre y enero), el curso 21/22 comenzó ya sin ‘capitán’ y con un futuro inmediato en el aire. El freno de los servicios jurídicos para realizar una contratación temporal retraso más aún la llegada de un nuevo responsable y obligó a la concejalía de Acción Cultural a buscar una solución de urgencia para el teatro. Esta pasaba por dos vías: la primera, derivar la gestión de la sala en los propios trabajadores del servicio de Acción Cultural, con el apoyo de Juanma Artigot (actual director del TEM); la segunda, mover la programación ideada para esta primera parte de 2022 a los próximos meses, dejando el inicio del nuevo curso más o menos cerrado para el nuevo coordinador, pero comprometiendo la de estos últimos meses. Así, si bien el nuevo coordinador temporal se encontrará con un calendario salpicado con algunas piezas ya apalabradas, estos meses la sala se ha tenido que conformar con algunas colaboraciones con festivales y eventos externos, dejando la programación bajo mínimos.