VALÈNCIA (VP). Con la entrada en vigor de la Ley 11/2018 de 29 de diciembre de 2018, la presentación de las cuentas anuales de muchas de las empresas con más de 500 trabajadores, que también cumplan con otros requisitos de activos y cifra de negocios, está sometida a la obligación legal de publicar además un reporte referido a información no financiera.
En este sentido, la nueva norma amplia el contenido exigido en el informe anual de gobierno corporativo que deben publicar las sociedades anónimas cotizadas, con el objetivo de mejorar la transparencia y facilitar la compresión de la organización empresarial y de los negocios de la empresa. Las empresas afectadas deben divulgar políticas de diversidad de competencias y puntos de vista que se apliquen a su órgano de administración respecto a cuestiones como la edad, el sexo, la discapacidad o la formación y experiencia profesional. También deben incluir cuestiones medioambientales, sobre salud, seguridad, uso de energía renovable y/o no renovable, las emisiones de gas de efecto invernadero o la contaminación atmosférica.
Esta normativa permite conocer a la empresa y su entorno, supone una garantía de control frente al fraude financiero, y es, además, una protección para el ciudadano. La gestión de estos datos es un compromiso explícito por parte de toda la empresa e implica un nuevo modelo de relación con las personas, el diseño de nuevos procesos y, por supuesto, la mejora de la reputación.
A través de la transparencia, la empresa hace saber a la sociedad cómo actúa, y abre paso a asumir su responsabilidad social. La vía de la transparencia es la comunicación, por lo que esta ley potencia el sistema comunicativo de la empresa tanto de manera interna como de manera externa. Y en esta comunicación, la certificación externa, a la que también obliga esta ley, es la cura contra las incertidumbres de quienes trabajan con y para la empresa y ayuda a crear un clima social de confianza.
A estas alturas, en los entornos empresariales se hace necesario desarrollar la prosperidad en un sentido más amplio que sólo en cuanto respecta al beneficio. En el sentido de acelerar las actuaciones para poner rumbo hacia un futuro sostenible, apostando por un patrón de crecimiento que aúne el desarrollo económico, social y ambiental en el marco de la economía productiva y competitiva, que favorezca el empleo de calidad, la cohesión social, garantice el respeto ambiental y el uso racional de los recursos. Lo que supone generar en la sociedad un entorno confiable empresarial.
Este texto marca el paso para avanzar hacia un entorno comprometido con las personas, ético. Y por ello, en SGS toman medidas, invirtiendo recursos y promoviendo compromisos voluntarios para contribuir a alcanzar una economía responsable y transparente. Y en generar la confianza debida al ciudadano. Por esta razón, van siempre más allá de las expectativas de nuestros clientes y de la sociedad para prestar servicios líderes del mercado allí donde sea necesario. Como líder en la oferta de soluciones de negocio especializadas en la mejora de la calidad, seguridad y productividad y en la reducción de riesgos, ayudan a nuestros clientes a navegar por un mundo cada vez más reglamentado. Así, sus servicios independientes añaden valor a las operaciones de nuestros clientes y garantizan la sostenibilidad de sus negocios.