VALÈNCIA. El pasado jueves 22 de febrero, el sello madrileño Sonido Muchacho publicó en Youtube el primer videoclip oficial de La Plata con la canción 'Me Voy', single de adelanto de Desorden, el LP de debut del quinteto valenciano. Grabado durante una semana en distintas localizaciones de la ciudad de València por los realizadores catalanes Aitor Bigas y Álex Sardá, el video combina las texturas de las primeras handycams digitales con el HD de última generación, al tiempo que invoca, mezcla y “desordena” deliberadamente todo tipo de referencias visuales y culturales extraídas de las décadas de los ochenta, los noventa y los “dosmiles”. Es el manifiesto visual de una banda que con poco más de un año de existencia ha conseguido llamar la atención de los medios especializados y el público por su capacidad para despachar himnos generaciones dibujando meandros entre el pop, el punk y el post punk.
El disco, que llega mañana a los puntos de venta de toda España, se presenta en València el 10 de marzo en la sala 16 Toneladas con un formato distinto al habitual. En lugar de contar con el clásico telonero, La Plata ha preferido promover con sus propios medios un minifestival con bandas amigas procedentes de diferentes coordenadas geográficas y musicales. Entre ellas encontramos algunos de los proyectos más interesantes del momento, como los madrileños Sierra, los barceloneses Heather, los bilbaínos Vulk o el trío alicantino Futuro Terror.
Si el videoclip de 'Me Voy' es en suma el ejercicio de estilo de una banda que desde el primer momento ha querido que su discurso estético fuese indisoluble de su propuesta musical, el cartel y la escenografía diseñados con motivo del concierto también lo son. La bajista de La Plata y diseñadora gráfica María Gea ha desarrollado junto al artista madrileño de origen ucraniano Ostap Yashchuk un logotipo diferente para cada uno de los grupos invitados. “Unos símbolos tienen contenido tipográfico y otros son más suprematistas, pero todos conforman un conjunto de elementos muy diferentes que conviven muy bien. Es una referencia visual a la propia filosofía de este evento: el hecho de que somos bandas muy distintas, pero que conjugamos muy bien a nivel personal y artístico”, comenta Gea.
Aunque el recurso fácil lleve siempre a etiquetar a La Plata como grupo icónico de la generación millenial, lo cierto es que la seriedad y el cuidado que el grupo valenciano presta al factor estético está quizás más cerca del concepto de “obra de arte total” que legaron bandas industriales como Laibach o Throbbing Gristle, muy dadas a jugar con la performance y el videoarte y a tomar prestados símbolos extraídos de la vanguardia rusa, el nazismo, la Bauhaus o el ocultismo de Aleister Crowley para dotarlos de un nuevo sentido político y artístico. Como hijos de su tiempo que son, La Plata ha incorporado también las redes sociales como prolongación de un proyecto artístico que aspiran a que trascienda el hecho musical.
Así, el grupo ha utilizado la funcionalidad de Instagram Live para retransmitir en directo las diez canciones del LP antes de su publicación. Desde el pasado lunes, cada día a las 22 horas se retransmiten dos nuevas canciones, que desaparecen de la plataforma al cabo de 24 horas. Cada una de ellas se presenta junto a una pequeña pieza audiovisual creada por diez jóvenes creadores designados por la banda (entre ellas la propia María Gea, el cantante de La Plata Diego Escriche y la teclista Patricia Ferragud). Para no violar (sus propios) derechos de autor, estos videos de menos de 3 minutos de duración se reproducen con sonido de móvil, en lugar de hacerlo con la grabación original. “Creemos que las redes sociales también se deben utilizar como medio de expresión artística. En este caso hemos hecho un mini-spoiler con propuestas visuales muy conceptuales, urgentes y efímeras, que creo que transmiten bien el concepto de la banda”, explica el grupo.
Otra de las claves estéticas del grupo puede rastrearse en el arte gráfico del LP, que se ha llevado a cabo entre el fotógrafo valenciano Borja Llobregat, Ostap Yashchuk y María Gea. La portada, negra y sobria, está presidida por un parche bordado y pegado con cola industrial que el usuario solo podrá extraer a costa de destrozar la cubierta del disco. La segunda portada está en el interior, con una fotografía de Llobregat que representa tres velas en referencia a la alusión recurrente a la luz, el humo y el fuego en las letras que aparecen en Desorden. “Hemos querido utilizar lenguajes y recursos gráficos no asociados normalmente al pop, huyendo de evidencias y etiquetas. Hemos visto mucho en el punk y el hardcore que un disco lleve dentro un parche, pegatinas o flyers. Es un detalle añadido que le da valor. Nosotros queríamos adaptar esa idea, pero trabajada de una manera distinta. Además, nos parecía interesante que el usuario decidiese cómo interactuar con el packaging, arrancando el parche para ponerlo en alguna prenda o dejando el artwork virgen”.