VALÈNCIA (EFE). La primera incubadora social de España ha finalizado con "éxito" su primera edición al haber logrado la puesta en marcha de ocho proyectos de negocio de personas en riesgo de exclusión y ONG, y prevé repetir la experiencia en 2020 y expandirla a otros territorios.
Así lo ha asegurado el responsable de la asociación Con Valores, Melquíades Lozano, impulsor de esta incubadora con el apoyo de varias empresas, que busca unir el mundo social y empresarial, con el fin de que personas en riesgo de exclusión puedan para dar forma a sus ideas y crear proyectos de vida.
Tras diez semanas de formación y mentorización por parte de profesionales en las instalaciones de una de las empresas colaboradoras, GOHub, de Global Omnium, el programa ha finalizado con éxito, ya que todos los participantes han podido arrancar sus negocios.
Es el caso de Diana Rodrigo, una mujer con tres hijos a su cargo, el menor de ellos con una discapacidad del 68 %, que ha abierto un negocio de masajes a domicilio, o de Alfonso Conesa, presidente de la asociación Codifiva, cuyo proyecto "En mi casa puedo", busca adecuar las viviendas de personas con diversidad funcional.
Ambos han compartido su experiencia en una rueda de prensa y han agradecido la ayuda que han recibido de sus mentores, sin los cuales, han dicho, no podrían haber sacado adelantes sus proyectos, y han defendido la necesidad de este tipo de iniciativas.
Entre los proyectos que han salido adelante, se incluyen también un taller de costura con mujeres migrantes; la venta de productos de alimentación congelados; un estudio de estética centrado en manicura y pedicura, y un negocio de importación y venta de zapatos anatómicos.
Este último es el único negocio que se ha tenido que redirigir, ya que durante el proceso se observó que no iba a ser rentable para la emprendedora, una mujer con movilidad reducida, y se ha reconvertido en un negocio de telemárketing que permite a su impulsora trabajar desde casa.
Las ONG, por su parte, han puesto en marcha iniciativas que ya desarrollaban, como una cooperativa de cítricos con trabajadores inmigrantes y un taller de diseño y fabricación de bolsos con telas de todo el mundo, especialmente africanas, en el que trabajan mujeres víctimas de violencia de género.
Tras la finalización de la fase de formación y mentorización, se hará un seguimiento de los proyectos durante tres meses para afianzar el modelo de negocio, aunque Lozano ha asegurado que seguro que ese tiempo se alarga debido a la relación de familia que se ha creado entre emprendedores y mentores.
Desde la asociación, han destacado el éxito de esta primera edición, no solo desde el punto de vista de negocio sino también humano, y han avanzado que habrá una segunda edición de la iniciativa en la que, además de que las personas en riesgo de exclusión puedan desarrollar su idea de negocio, se les propondrán oportunidades.
Para ello, ha señalado Lozano, se realizará "un mapeo de oportunidades de emprendimiento" de manera que sean las empresas las que indiquen dónde hay una oportunidad de emprendimiento, que será ofrecida después a quienes quieran emprender y no sepan cómo o en qué sector hacerlo.
También se pretende ampliar la convocatoria a más proyectos, así como expandir el modelo de incubadora social a otras ciudades, como Barcelona y Madrid, al tiempo que se prevé desarrollar un proyecto similar a nivel europeo.
La consejera delegada de GOHub, Patricia Pastor, ha ofrecido la colaboración de Global Omnium para esa segunda edición, pues la iniciativa comparte los valores de la empresa de mejorar la vida de las personas y fomentar ciudades más sostenibles.