VALÈNCIA. El pasado 13 de mayo la operación Azud sacudía con violencia la política valenciana. La Guardia Civil detenía a primera hora al subdelegado del Gobierno Rafael Rubio (PSPV), y al exvicealcalde de la ciudad Alfonso Grau (PP) por un presunto cobro de mordidas durante la segunda operación policial del conocido como caso Azud, que arrancó hace tres años. Un caso en el que figura como principal investigado el cuñado de la que fuera alcaldesa de València Rita Barberá, José María Corbín y que desembocó en otros arrestos como el del empresario Jaime Febrer y otras diez personas.
Apenas unas horas después, la delegada del Gobierno en la Comunitat Valenciana, Gloria Calero, decidía proceder al cese del subdelegado del Gobierno en la provincia de Valencia, Rafael Rubio. Casi simultáneamente, el PSPV-PSOE anunciaba la suspensión cautelar de militancia del que fuera secretario general del partido en València ciudad y candidato a la Alcaldía.
Una celeridad en las decisiones que contrasta con la parsimonia que está reinando a la hora de escoger un relevo en la Subdelegación del Gobierno. "Sin prisa pero sin pausa", así responden fuentes del entorno de Gloria Calero cuando se les pregunta por el posible sustituto de Rubio en el puesto, que cumplirá esta semana 40 días vacante.
Así pues, por el momento no parece que haya sucesor designado para un cargo que, según las fuentes consultadas, viene ejerciendo en funciones Luis Felipe Martínez, quien ocupó el puesto entre 2004 y 2011. Una situación de interinidad que resulta relevante en un área de tanto calado: más aún cuando Glòria Calero tiene un perfil marcadamente político por lo que delegaba un buen número de cuestiones en Rubio, más familiarizado con el tipo de gestión que requiere la Delegación del Gobierno.
Cabe recordar que la institución está dominada por la corriente socialista próxima al ministro de Transporte y secretario de Organización del PSOE, José Luis Ábalos. De hecho, tanto Gloria Calero como el anterior delegado del Gobierno, Juan Carlos Fulgencio, son afines al dirigente socialista, así como prácticamente la totalidad de asesores dentro de la cúpula de la institución.
En este sentido, algunas fuentes socialistas apuntan a que la tardanza en nombrar a un sucesor se debe a cuestiones relacionadas con la vida orgánica del partido. A falta de medio año para el congreso del PSPV, donde debe decidirse si el presidente de la Generalitat, Ximo Puig, continúa al frente del partido, la cobertura de puestos de relevancia dentro de la Subdelegación del Gobierno son fruto de debate dentro de la corriente socialista.
Esta sería una tesis, la otra, la búsqueda sosegada de un perfil adecuado mientras el trabajo del día a día se cubre con Martínez. Una postura defendida en el entorno de la subdelegada que, no obstante, evidencia la falta de urgencia en cubrir un puesto que se antoja más que necesario para equilibrar la institución.