Ramón Mampel: "Hablar no cuesta dinero y se puede llegar a un entendimiento"
BARCELONA. La lucha por la independencia catalana ha tenido esta mañana una colaboración muy especial. Cerca de 200 tractores venidos de media Cataluña han colapsado las principales arterías de la ciudad Condal hasta llegar a dos calles de la Delegación del Gobierno. La policía no les ha dejado parar sus vehículos en la puerta. No querían la foto.
Valencia Plaza ha hablado con el secretario general de La Unió de Llaurados ante la problemática que puede suponer en el plano económico para el campo valenciano una supuesta independencia de Cataluña. El secretario general de la Unió de Llauradors, Ramón Mampel, explica que: “hablar no cuesta dinero y se puede llegar a un entendimiento”. Pide “diálogo” pese a que afirma que “desde la Unió no quieren entrar en un tema político”.
Pero Mampel es consciente de las posibles repercusiones económicas que la independencia acarrearía al campo valenciano. Como ejemplo se pone él mismo. Sus tierras están en el Maestrazgo haciendo frontera con Cataluña, sus principales clientes y socios en cuanto a materia prima son catalanes. “Las circunstancias comerciales nos preocupan”, asegura Mampel, quien es absolutamente consciente del hecho que la problemática catalana afecta directamente al campo valenciano.
Desde Barcelona, la visión es más amplia. Los labradores catalanes “se muestran hartos del trato que reciben del gobierno Español”. Preguntados sobre las posibles consecuencias de salir de la Unión Europea, lo que implicaría dejar de percibir las ayudas agrarias, Pep Riera, un histórico dirigente de la Unió de Pagesos, que a sus 70 años ha cogido su tractor y se ha plantado con sus reivindicaciones bajo del brazo en Barcelona, explica: “Cataluña aporta 2.500 millones de euros cada año a la Unión Europea, recibimos 400. Estoy seguro que habrá dinero aunque nos quiten las ayudas”.
Pero además matiza que: “es un error hacer creer a la gente que los agricultores solo vivimos de las ayudas. Depende de lo que cada uno cultive que se reciban ayudas o no. En mi caso, yo vivo de mi cultivo pero no recibo ninguna ayuda europea”. Riera viene del Maresme, pero junto a él han llegado compañeros desde el Vallés, el Llobregat, Anoia y el Penedés. Hasta 200 representantes del campo catalán han tomado Barcelona al grito de “el sector agrario con la democracia y la libertad” o “el domingo votaremos”.
La llegada y manifestación de los tractores se ha desarrollado en un tono reivindicativo y festivo. No solo no ha habido ningún disturbio, sino que además, la gente que paseaba a esas horas por las calles de Barcelona se ha ido uniendo al convoy hasta generar una lectura de manifiesto que ha congregado a cerca de 500 personas que, tras cantar ‘Els Segadors”, han escuchado la lectura del manifiesto.
Una hora después de terminado el acto, los agricultores catalanes se han vuelto a subir a sus tractores y a bocinazos han abandonado el lugar. Los dueños de los restaurantes y bares de la zona, la Delegación de Gobierno está junto a Paseo de Gràcia, lejos de enfadarse por los cortes de tráfico explicaban que “es algo puntual” que no afecta para nada a la economía de la hostelería. “En Barcelona somo pacíficos, sin embargo fuera de Cataluña la gente tiene una sensación sobre lo que aquí ocurre muy distorsionada”, asegura el dueño de un restaurante situado junto a la concentración de tractoristas.