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La Universidad Católica de València, una institución socialmente comprometida

9/12/2018 - 

VALÈNCIA. El 8 de diciembre, fiesta de la Inmaculada Concepción hace tres lustros, el Arzobispo de Valencia  D. Agustín García-Gasco Vicente, firmaba públicamente en la Catedral el Decreto de erección de la nueva Universidad Católica en Valencia: la Universidad San Vicente Mártir. En estos quince años de andadura esta joven Universidad, se ha abierto paso y  acreditado en el panorama universitario, se ha desarrollado de manera increíble, en medio de dificultades inherentes a todo nuevo nacimiento y crecimiento. Desde el principio ha tenido como marco y como horizonte, los documentos que rigen y orientan las Universidades Católicas conforme al pensamiento y criterio, sobre todo de San Juan Pablo  II.

Tras quince años nos hallamos en una nueva etapa en la Universidad  y  en una nueva situación histórica, social, cultural y eclesial, en  la  que la que  la  UCV en la que  se siente llamada   a  aparecer   en  todo  su dinamismo como  lo que  es, y expresarse con verdad  y libertad,  en conformidad a lo que es.  No   puede   ni  quiere  estar ausente, autoreferenciada  o como  si nada  ocurriera   o nada  le afectase, sino que tiene la voluntad de hacerse presente como  "Universidad Católica" que no es un solo  sustantivo; ni "católica"    es  un  mero  adjetivo   calificador, ni  "universidad" es un  mero   medio   o   una estructura   para  fines  ajenos,  como  si los confesionales lo fueran.

La UCV se ha dado a sí misma su Ideario o identidad y su Proyecto quiere fundarse en fundamentos sólidos, orientación y perspectivas claras y unitarias conforme a la Constitución Apostólica Ex Corde Ecclesiae, como también en  lo que  le atañe -y  es mucho- la Const. Ap. Gaudium de Veritate del  Papa  Francisco, claves en  en  estos momentos y para el futuro.  

 

La UCV quiere llegar a ser una Universidad de  excelencia, reconocida  en los rankings universitarios, lo cual entraña, según su Equipo de Gobierno y su Claustro de  Profesores, una  Universidad de máxima calidad y con total identidad, que sin disminuir un ápice su  carácter estrictamente universitario, al contrario, tiene como finalidad llevar  a cabo una nueva evangelización en  el  campo de la  Universidad y de la  cultura, es  decir llevar   a  cabo   la  obra   de "renovación de la humanidad con hombres y mujeres nuevos conforme a la novedad   del Evangelio"    (Pablo   VI).

Enseñar y aprender el arte de vivir (Benedicto   XVI)  que  vemos en  el  Evangelio vivo,  Jesús, el Hijo de Dios y Hombre Nuevo, introducir la savia  del Evangelio en la comunidad universitaria y  así en la sociedad, para que surja una sociedad nueva  en  sus  criterios inspiradores de su conducta y comportamientos, en su pensamiento y modos de acción, y modificarlos si están en contraste con el Evangelio o confirmarlos si son conformes a la recta razón y al  Evangelio, como pretendió el Concilio Vaticano II,  contribuir desde su campo específico a que  haya  una fe que se hace  cultura, una cultura nueva  según los criterios del Evangelio, teniendo muy  presente el pensamiento de San Juan Pablo II en la UNESCO: "una fe que no se hace cultura no es una fe suficientemente  pensada,  suficientemente vivida". 

A esto  se siente  llamada esta  Universidad,  desde  sus comienzos  y con mayor  intensidad hoy, si cabe: a ser un factor  señero  de Evangelización   de  la Cultura  y de educación,  de  humanización,  en Valencia, en España, en Europa.

 

Esto  indica que  el  propósito que tiene es  una  tarea  educativa fundamental  y no sólo académica e investigadora -que  también-. Está en el empeño de educar, formar laicos  que estén en la vida pública  y privada conforme al pensamiento  cristiano,  lo cual significa, como obra de   Iglesia   que   es,   no   olvidar   su   naturaleza   evangelizadora. 

Por   eso   se siente comprometida  a ofrecer, sin imposiciones y en libertad, la manera propia de Iglesia de ser Universidad,  que del corazón de ella ha nacido, y así  ayudar a pensar en cristiano las grandes cuestiones  de la vida, de Dios, del hombre y del mundo. Tras estos  quince  primeros  años,  siente como  el primer  día el compromiso  -fortalecido con los años y experiencia- con la Iglesia y la sociedad de ser una Universidad  de pensamiento sin miedo a la razón sino que la ejercite al máximo, sólida, bien fundada, libre, que busca, transmite y se apoya  en  la verdad,  con  capacidad  para  ser  una verdadera  comunidad  educativa. Evangelización  y educación son dos fines y dos dimensiones  inseparables en la UCV, y no se entiende una sin la otra.

Desde  aquí ha de verse todo el conjunto  de la UVC, todo lo que constituye  el campo propio de la vida universitaria en cuanto ayuntamiento de profesores y alumnos, planes de  estudio,  instalaciones y medios,  aportación  a  la Iglesia  y  a  la  sociedad.  

En  su perspectiva propia  desde el  horizonte de sus comienzos se  siente  comprometida socialmente. Por eso insiste sin  cesar, con no pocos obstáculos administrativos universitarios, en  implantar titulaciones que tienen  que  ver  con  las  Ciencias  del Desarrollo para un desarrollo y una ecología integral, como en estos momentos también está insistiendo y promoviendo el Papa Francisco, con quien esta Universidad se siente en total sintonía,  en consonancia  plena con su modo de ser, orientar, y actuar desde el inicio de su pontificado.

En justicia y por la gran necesidad existente en el mundo entero, y siendo una  verdadera  innovación  en  el panorama universitario español, la UCV tal como quiere  ser  esta Universidad, el Grado en Ciencias  del  Desarrollo se ocupará en un enfoque interdisciplinar y multidisciplinar  de los diversos aspectos  implicados en el desarrollo humano  integral y de los pueblos, de la ecología  integral, expresión  acuñada por el Papa Francisco  como nombre  propio del desarrollo. La Universidad  Católica se de Valencia se siente urgida al cambio,  a la renovación  incesante para  servir  mejor a la persona  y al bien común.

 

En 2019 se inauguran nuevos centros y proyectos de innovación

Hoy, con 13.000 alumnos -100.000 en estos quince años- la UCV anuncia un punto de inflexión donde pieza clave es la inauguración a inicios de 2019 de un Centro con tecnología de Simulación de referencia en España y Europa, “puesto que se trata de la reproducción de un Hospital virtual, al servicio de los alumnos de la Universidad, pero sin duda también para profesionales en ejercicio”. En el horizonte de UCV se vislumbra ya un nuevo Campus que impulsará sinergias en investigación y docencia. Otra de las infraestructuras de referencia que se inauguran en 2019 es el Centro de Alto Rendimiento Deportivo y el nuevo Centro de Formación profesional, Marcelino Olaechea, para los jóvenes que apuestan por la enseñanza profesional, junto a otros ya en funcionamiento como Laboratorios, Hospital veterinario, Instituto de Lenguas, Institutos de Investigación en Ciencias y Humanidades, al servicio de las nuevas titulaciones –UCV imparte más de 120 titulaciones entre grados, másteres, posgrados y títulos propios - que conforman un mapa consolidado. “Estamos ante una nueva etapa, de una universidad joven pero estable y confiable, desde una apuesta por la innovación, la investigación y la generación de talento”. 

Otro aspecto fundamental que data desde su origen ha sido garantizar desde la Fundación UCV que nadie que quiera estudiar en sus aulas se vea privado de ello por cuestiones económicas, por lo que en estos quince años se han destinado 50 millones de euros en concepto de becas y ayudas, justificadas por el compromiso social y vocación de servicio público. En definitiva, “un estilo reputacional propio y una estabilidad que transmite confianza a los alumnos, a sus familias y en su entorno social”.

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