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València a tota virolla  

La València de Joan Romero, 44 años y 44 municipios después

Tras su jubilación, la voz de uno de los mayores pensadores sobre el territorio suena con mayor claridad. Un intercambio de disyuntivas sobre el instante valenciano: de la metrópolis al puerto

28/05/2022 - 

VALÈNCIA. En la hora del almuerzo en el patio con mesas de La Nau, Joan Romero baja la voz cuando explica. Rodeado de tertulias en las que se eleva el tono para imponer el argumento, Romero parece conocer que para hacerse escuchar es preferible recoger la atención dominando los silencios, abrochando las pausas, calmando el ruido. Quien comienza hablando con levedad es catedrático de Geografía Humana en la Universitat de València, profesor de algunos miles de alumnos, fue docente en universidades como la de Leeds, también fue Conseller. Llegó de Albacete siendo Juan, pero quedó por Joan. 

A finales de 2020 se jubiló como profesor, aunque más bien parece que acaba de comenzar en otro oficio con un objetivo idéntico: explicar la ciudad a quien no la entiende, pero especialmente a quien no quiere entenderla. Publicó la España inacabada, y refiriéndose ahora a València se induce la necesidad de una versión a escala. El 44 le persigue. Son los años que fue docente y son los municipios que forman la primera corona de un animal mitológico: la València metropolitana.

Esquivando las posturas fotográficas, entra y sale del zaguán de la vieja universidad, entre la calle y la academia, como su zona vital. Entre esos dos planos, acomoda vías de futuro frente a una batería de incógnitas que impactan ya cada día a la ciudad, aunque hagamos como que no.

Foto: Marga Ferrer.

¿Ciudad real o ciudad política?

Joan Romero: “València como ciudad y como área metropolitana participa de procesos muy similares a otras. Existe una ciudad real que es distinta de la ciudad política o administrativa. En torno a una distancia de cuarenta minutos, con lo cual la ciudad real incluye Sagunto, Alzira, Cullera, Gandía…. Ha conformado una realidad que tiene cierta sensación de inacabada. Mis colegas italianos hablan de la ‘città senza confine’. Justo eso es lo que ha ocurrido. Va a seguir siendo así porque no es posible definir los límites de València”. 

¿Excepción metropolitana o problema común?

Joan Romero: “Hay quince regiones metropolitanas en Francia y en Italia, doce en Alemania con cuatro que tienen oficina en Bruselas… en España en cambio la ciudad sin límites no ha sido capaz de encontrar formas de gobernanza para esa realidad. Me gusta decir que España es un estado compuesto pero no tendría porque ser un estado confuso. Y lo es”. 

¿Alcaldías juntas o por separado?

Joan Romero: “Los gobiernos locales deberían adquirir la costumbre de pensar juntos. Es llamativo que los alcaldes metropolitanos no hablen entre ellos. Ni siquiera sucede cuando hay una oportunidad, como con Next Generation, en la que invitan a pensar juntos. Me he preocupado en preguntar cuántos proyectos hay de juntar a diez o doce municipios unidos en un proyecto. No hay ninguno”. 

Foto: Marga Ferrer.

¿Una oportunidad o un coste?

Joan Romero: “Por no haber interiorizado el coste de la no metropolis estamos perdiendo oportunidades: de promoción económica, de transición energética, de diseño de ciudad metropolitana… pero también nos perdemos la oportunidad de mejorar el diseño y eficacia de las políticas públicas. En servicios sociales y vivienda mi sorpresa ha sido que el gobierno regional no tiene la agenda metropolitana a la hora de diseñar políticas públicas. Si hay un problema prioritario es vivienda, pública y de alquiler… pues bien, no hay ningún programa metropolitano en ese campo. Son pérdidas de oportunidades. Son muchos los costes de la no metropolis”. 

¿Un nuevo organismo o una solución adaptativa? 

Joan Romero: “Hablamos de una realidad que tiene 44 municipios con un millón y medio de habitantes, con una segunda corona que engloba a más de 80 municipios con 1,9 millones. La fórmula de cooperación no tiene por qué ser rígida, porque sería generar un órgano de gestión nuevo a un territorio donde ya hay muchos, pero sí un gobierno blando, de gobernanza flexible. No hay más que ver los millones de desplazamientos que hacen millones de personas en un sistema de cercanías caótico… y en cambio cómo los gobiernos han priorizado la movilidad de un sector pequeño de ciudadanos para desplazarse de Madrid a València y de València a Madrid. Es una situación que ha empeorado: hay muchos menos viajes de cercanías ahora que hace un lustro, por la pésima calidad de un servicio que no se ha priorizado”. 

¿Segregación residencial o también social?

Joan Romero: “La ciudad sin confines ha tenido un proceso de salida selectiva de población que no ha sido homogéneo. Se ha producido por un fenómeno muy estudiado, el de segregación residencial. Pero nuestro modelo es especialmente segregador: incentiva la segregación residencial y la segregación social por la ausencia de políticas públicas coherentes que lleven al territorio una coherencia mínima. Los ricos se han ido separando. La otra paradoja es que somos un área metropolitana de muchas casas sin gente y de mucha gente sin casas. No es tarea del mercado resolver ese problema, es problema de los poderes públicos”. 

Foto: Marga Ferrer.

¿Futuro o melancolía?

Joan Romero: “El momento más claro, del que la ciudad aún sigue viviendo, fue el mandato de Ricard Pérez Casado. Era un momento muy difícil: se trataba de reparar y al mismo tiempo diseñar la ciudad del futuro. Y se consiguió de manera notable. Después, en el segundo salto necesario, el de pensar en el área metropolitana, el bloqueo fue total. El siguiente momento más complicado es ahora: si se consuma y se perpetra la ampliación norte del puerto, la decisión marcará un antes y un después. Nos señalará en el club de las ciudades sucias, como Algeciras y Marsella, en lugar de emplear la calidad territorial y paisajística como un activo económico. Tiene una importancia histórica, tanta que merecería un debate ciudadano sosegado sin tomar decisiones que serán irreversibles. Debería ser objeto de discusión en una campaña electoral para que los ciudadanos fueran conscientes, que fuera una discusión colectiva y no sólo de pequeños grupos de interés”. 

¿Jardín o autovía?

Joan Romero: “Nos jugamos el futuro de la ciudad, cómo queremos que sea: en lugar de un hub de contenedores preferiría que València fuera reconocida como un hub tecnológico. Entre el modelo de Algeciras y el de Málaga, me quedo con el de Málaga. Este debate sobre cómo queremos que sea la ciudad ya se planteó en la dictadura. Si quitamos la fecha de lo que se decía entonces sobre las dos autovías de seis carriles por el cauce del Túria, las justificaciones serían las mismas para defender ahora la ampliación del puerto. Todos están orgullosos con el Jardín del Túria, pero muchos actores políticos defendían las autovías con los mismos motivos que ahora sostienen la ampliación del puerto”.

¿Crecimiento o desarrollo?

Joan Romero: “Muchos de quienes defienden la ampliación del puerto saben que el negocio está solo en la pura construcción. No tengo nada que decir sobre sus intereses, pero sus intereses no tienen por qué imponerse a los de la mayoría ni a los de las generaciones que no han nacido todavía. A veces se confunde crecimiento con desarrollo, y crecimiento con progreso”.

Foto: Marga Ferrer.

¿Inmediato o futuro?

Joan Romero: “Hay una adicción a la inmediatez. Parcialmente es un hecho nuevo porque las cosas ahora son menos estructurales y más efímeras. Enzo Traverso explica que ahora lo que hay de nuevo es que las generaciones actuales no tienen un vínculo que les conecte con el pasado. Los grandes relatos de la segunda mitad del siglo XX hacían que el vínculo con el pasado abriera el futuro. Lo preocupante es que las generaciones nacidas de los ochenta para acá vivís en un ‘presente comprimido’, no permite perspectiva de futuro. Todo esto es nuevo. Mucho consumo barato pero pocas oportunidades para pagar una hipoteca”. 

¿Ciudad o repliegue? 

Joan Romero: “Todo esto provoca incertidumbre respecto al futuro. Un tiempo muy efímero con retorno a fórmulas de repliegue. En las ciudades se concentra todo eso. Hay una frase que siempre me acompaña, de ‘Tip’ O'Neill: “toda política es ciudad”. Las ciudades son los grandes laboratorios. La globalización difuminó los perfiles del estado, pero en contra de lo que se pensaba la identidad regional y local se ha fortalecido como respuesta”.

Cuadro de notas

  • Durante la conversación Joan Romero recomendará la canción Centro comercial de Lendakaris Muertos; la expresión ‘captura de políticas’; el libro El monstruo amable, de Raffaele Simone. 
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