VALÈNCIA. La Zona de Bajas Emisiones (ZBE) de la ciudad de València empezará a andar el año que viene con carácter informativo y las restricciones de acceso a los vehículos más contaminantes se implantarán de forma progresiva hasta 2028. Así, supondrá la prohibición de circulación a, como mucho, 36.000 vehículos que hoy en día discurren por las calles del Cap i Casal y menos del 8% del parque móvil de la ciudad, según cálculos de la concejalía de Movilidad, que dirige Jesús Carbonell. Pero lo cierto es que la ZBE de València contará algunas excepciones añadidas en comparación con otras grandes ciudades como Madrid o Barcelona.
Concretamente, el veto en la capital del Túria deja fuera la fachada marítima -Cabanyal, Malvarrosa y Natzaret- además de las pedanías y afectará a turismos, motocicletas y ciclomotores sin etiqueta ambiental de la DGT (etiqueta A) pero no a furgonetas ni camiones. También quedan exentos taxis, los vehículos de emergencias y servicios esenciales y los vehículos históricos. A todos ellos se suman los vehículos asociados a cualquier actividad económica, vehículos de personas con tarjeta de estacionamiento de movilidad reducida, familias numerosas, con menores de hasta tres años, que transporten embarazadas o personas con movilidad reducida temporal. Y el Ayuntamiento permitirá, por cualquier otro motivo puntual, el acceso a vehículos vetados hasta 48 veces en un año.
El edil de Movilidad ya explicó que la ciudad aplicaría la Zona de Bajas Emisiones por imperativo legal pese a que no incumplía los límites de contaminación. Así, reconocía en su presentación el pasado lunes que el Ayuntamiento ha "optado por una normativa blanda", decisión que responde a la intención del gobierno local de "proteger los intereses económicos y sociales de los vecinos", sobre todo "para evitar que los perjudicados sean aquellos con menos recursos". Por lo que también dará un título de la EMT gratuito a los afectados hasta dos años después de que se empiecen a aplicar las restricciones.
Contrasta sensiblemente, por ejemplo, con la normativa aprobada por el Ayuntamiento de Madrid para su Zona de Bajas Emisiones, que se aplicará a todas las vías urbanas de la ciudad a partir del 1 de enero de 2025 e igualmente afecta a los vehículos sin etiqueta pero incluidos furgonetas y camiones. Además, contempla muchas menos excepciones: veta a los vehículos contaminantes aunque sean taxis, pertenezcan a familias numerosas, familias con menores de tres años o embarazadas. Tampoco están excepcionadas los vehículos de personas con movilidad reducida temporal.
El caso de Barcelona también afecta a todo tipo de vehículos, incluidos los camiones y furgonetas. Aunque aquí cuenta con una particularidad temporal: las limitaciones se restringen al horario diurno, entre las siete de la mañana y las ocho de la tarde, y en días laborables de lunes a viernes. Como en Madrid, y a diferencia de València, sólo exime del veto a los vehículos contaminantes de emergencias y servicios esenciales, con tarjeta de movilidad reducida y vehículos históricos. Y al resto, permite el acceso puntual 10 veces al año. Aunque cabe destacar que la ciudad condal deja fuera de la ZBE a el área logística e industrial de la Zona Franca, situada al sureste de la ciudad, así como un área más alejada del núcleo urbano al noroeste.
Eso, en cuanto a las grandes ciudades con las que se puede comparar València, dado que las tres aplican la Zona de Bajas Emisiones a toda o casi toda la ciudad. En otras, como Sevilla o Zaragoza, el área afectada es mucho menor en relación al término municipal. En la capital andaluza, las limitaciones apenas afectan a una parte de la isla de la Cartuja, donde están vetados los días laborables de 7h a 19h los vehículos más contaminantes excepto si van a parkings de empresas privadas en su interior. En su homóloga aragonesa, la extensión geográfica está limitada sólo al casco histórico durante los laborables de 7 a 20, y permite el acceso de residentes, clientes, vehículos de negocios del centro, emergencias y vehículos históricos, así como hasta 8 accesos puntuales mensuales para casos esporádicos.
Por su parte, Bilbao también concentra las limitaciones en su centro y ensanche. En su caso, aunque inicialmente el veto afectará a los vehículos más contaminantes (sin etiqueta o etiqueta A), la prohibición se irá extendiendo hasta 2030, cuando sólo estarán permitidos los vehículos con distintivo 'ECO' y etiqueta C, esto es, los menos contaminantes. Las restricciones, vigentes en días laborables de 7h a 20h, no se aplicarán a residentes, comerciantes y hosteleros del centro, emergencias, personas con movilidad reducida así como a vehículos históricos y ciclomotores de poca cilindrada y velocidad limitada.