Los factores macroeconómicos que determinan tales decisiones marcan la pauta entre las principales monedas del planeta, según el responsable de análisis del Mercado de Ebury
MADRID. El foro de banqueros centrales celebrado en Sintra, Portugal, la semana pasada provocó cierto revuelo en los mercados. Draghi reflexionó sobre las 'tendencias reflacionarias' existentes ahora que la amenaza de la deflación ha desaparecido, provocando una apreciación del Euro. Carney, gobernador del Banco de Inglaterra, se unió a su economista jefe con declaraciones hawkish, sugiriendo que es necesario terminar con algunos estímulos monetarios en un futuro próximo. Esto tuvo el esperado efecto positivo sobre la Libra.
Como muestra de que el BCE observa la reciente apreciación del euro con cierta preocupación, fuentes del BCE insistieron en que los mercados habían malinterpretado los comentarios de Draghi del día posterior a su discurso. Esto detuvo el repunte del euro tras haber aumentado un 2% semanal, arrastrando consigo a todas las divisas del G10 excepto el dólar y el yen.
Según los riesgos políticos se reducen o ya han sido asumidos por el mercado, el motor de los mercados de divisas se ha desplazado a las decisiones de los bancos centrales y los factores macroeconómicos que las determinan. A partir de ahora, los datos más importantes para el mercado de divisas son los relacionados con la inflación, adquiriendo un importancia particular en algunas regiones el crecimiento de los salarios.
Los eventos relacionados con el euro la semana pasada fueron algo singulares. Primero reaccionó con euforia al comentario de Draghi durante su discurso del pasado miércoles sobre la dinámica reflacionaria existente en la Eurozona. La realidad económica rápidamente amortiguó las variaciones el viernes, con la inflación interanual de la Eurozona bajando del 1,4% al 1,3%. La inflación subyacente (eliminando productos volátiles como alimentos y energía) sí que aumentó del 0,9% al 1,1%, pero sigue dentro de su reciente rango y muy lejos de los objetivos del BCE.
Esta semana los mercados estarán, probablemente, atentos a las minutas de la última reunión del BCE que se publican el jueves por la mañana.
El discurso de Carney en el foro de Portugal confirmó nuestro análisis que decía que el mercado está (o al menos lo estaba hasta la semana pasada) subestimando significativamente la posibilidad de que el BoE aumente los tipos de interés en el último trimestre de 2017. Teniendo en cuenta que 4 de los 9 miembros del Comité de Política Monetaria han afirmado que una subida de tipos es necesaria ahora o muy pronto, opinamos que este aumento puede llegar en la próxima reunión después de las vacaciones de verano.
La noticia más importante en EEUU la semana pasada fue la modesta revisión al alza del crecimiento del PIB en el primer trimestre, del 1,2% al 1,4%. Una vez se ajuste este dato a las variaciones en los inventarios de las empresas, la economía estadounidense continuará con un modesto pero estable crecimiento del 2% anual.
Esta semana en EE UU está marcada por la fiesta nacional el martes 4 de julio; además no se esperan muchas noticias en el frente político al haber una pausa semanal en el Congreso. Por último, a la volatilidad causada por el informe de las nóminas no agrícolas el viernes, se une la publicación de las minutas de la última reunión de la Reserva Federal el miércoles por la tarde.
Enrique Díaz-Álvarez es director de Riesgos de Ebury
Informe elaborado por Enrique Díaz-Alvarez, Matthew Ryan, Roman Ziruk e Itsaso Apezteguia