Casi un tercio de las producciones que han pasado el primer corte son locales
VALÈNCIA. “Si la industria cinematográfica española casi no existe, ¿cómo vamos a tener visibilidad nosotros”. Así de tajante ha sonado Josevi García Herrero, realizador de Distintos, uno de los cinco cortometrajes valencianos preseleccionados por la Academia para competir por los Goya. En la categoría de ficción, en las que ha nivel nacional han pasado el corte 15 producciones, cuatro son locales, suponiendo casi un tercio. En el resto de categorías no se traslada esa proporción: en animación, solo una (El olvido) de diez, y en documental, cero de siete.
Las cinco producciones se proyectaron el pasado viernes en la Filmoteca, y mientras pasaban los créditos, se veían los logos de ayuntamientos, instituciones públicas o empresas de alimentación; también un apartado dedicado a nombrar a las personas que aportaron algo en sendas campañas para financiar el proyecto. Es el caso de tres de las cinco cintas. Eso provocó que el encuentro con los medios fuera casi monográfico sobre una preocupación bilateral: ¿cómo se saca adelante un corto?
Las respuestas no hicieron más que acentuar esta preocupación. “Todos estamos siempre en nuestro mejor momento y como cogiendo carrerilla para hacer algo más grande. Y llevamos así 20 años, sin poder vivir de esto”, contaba con crudeza Marisa Crespo, co-directora de ‘9 pasos’, mientras el resto de ponentes afirmaban con la cabeza. Cabe recordar que las cinco personas que formaban la mesa son los nombres más relevantes del cortometraje valenciano este año, y a pesar de hacer un trabajo profesional muy alejado de los vicios amateur, consiguen sacar los proyectos a duras penas.
Es el paradigmático caso de David Valero, realizador de Scratch, la cinta con mayor presupuesto de las cinco (43.000€), que confiesa “tener la mala costumbre de rodar antes de tener la financiación” y de “no ser bueno con los números”. Una cosa y otra le hizo plantarse con un presupuesto mucho mayor del que predijo en un principio. Fue entonces cuando llegó las ayudas del Ayuntamiento de Sant Vicent del Raspeig y de CulturArts. También la campaña de micromecenazgo que consiguió aportar 9000 euros a la causa. Ayudaron la experiencia de Valero, que ya había realizado varios largometrajes, y la presencia del actor Javier Bódalo (Pieles, Cuéntame).
En el caso de Distintos, el corto de Josevi García, se decidieron otras vías. La historia de dos chicos con Síndrome de Down que hacen un viaje hasta València para ver un concierto de Alejandro Sanz se pensó como una herramienta de comunicación para Asindown, una iniciativa que no costara un euro y sirvieran de mucho. Por eso buscaron (y encontraron) el apoyo de empresas como Arroz Dacsa, Donuts o Vips, a cambio de tener una visibilidad muy destacada en la historia. De esta manera han podido hacer frente a los cerca de 40.000€ que tiene de presupuesto, además de contar con la colaboración de Llum Barrera, Carlos Olalla o el propio Alejandro Sanz.
Los dos trabajos presentados que se han autoproducido la cinta, El Olvido y 9 pasos son también los que menos presupuesto manejan. En el segundo caso, la obra de Marisa Crespo y Moisés Romera, el cortometraje tiene como origen la necesidad de hacer un teaser para un proyecto de largometraje que están desarrollando. “Ya que teníamos que presentar algo, pusimos todos los elementos y creamos algo nuevo que nos pudiera facilitar el largometraje, a nivel creativo y a nivel financiero”, contó Crespo. El corto, rodado en el pasillo de una casa con tan cinco actores, ha recibido más de 70 premios y ha sido seleccionado en más de 200 festivales.
Cada uno con su historia, todos los realizadores (solo faltaba Lucía Forner, responsable de Marta) echaban leña a un fuego que no es cosa valenciana, sino estatal. No apuestan por el formato las televisiones generalistas. Tampoco los cines comerciales, que programan anuncios en vez de cortometrajes. Así, no ven una salida digna para sus creaciones, ni se plantean poder desarrollar una carrera con estas. Y a pesar de todo, luchan a capa y espada por seguir produciéndolos: “Muchas veces se utilizan como plataforma para hacer largometrajes, yo si pudiera vivir sólo de cortos, lo haría sin duda”, confesaba Moisés Romera.
Con el acto acabado, el director adjunto de Audiovisuales y Cinematografía del IVC, José Luis Moreno, les informaba, en un corrillo improvisado, de unas ayudas a las que pueden optar por haber sido preseleccionados. Alguien se despide porque tiene que entrar a trabajar como dependienta y no sabe si llegará a tiempo: “es algo temporal, he dirigido esto, ahora estoy pillando dinero y luego volveré a hacer cortos”.
Desdichas aparte, que casi un tercio de los cortometrajes preseleccionados sean valencianos es todo un logro y refleja la fortaleza creativa del audiovisual local. En El Olvido, cinta de animación dirigida por Cristina Vaello y Xenia Grey, se cuenta la postergada tragedia de los bombardeos sucedidos en el Mercado Central de Alicante que acabaron con la vida de 300 personas en 1938. Scratch, dirigido por David Valero, es una cinta con una importante fuerza estética que cuenta la historia de JM, un outsider que convive rodeado de violencia, pero que al ver una paliza que recibe su hermanastra, decide tomar partido. Marta, de Lucía Forner Segarra, es una inteligente comedia negra en la que una aficionada al cine de terror decide convertirse en asesina en serie para “que haya un referente femenino en un mundo de hombres”.
9 pasos, de Marisa Crespo y Moisés Romera, planta a un padre intentando convencer a su hijo de que pierda el miedo a cruzar el pasillo oscuro de casa para llegar al baño, algo a lo que se niega porque dice haber visto a una terrorífica niña. Finalmente, Distintos -siguiendo la estela del hit taquillero Campeones- cuenta la historia la David y Sergio, dos amigos con Síndrome de Down que a los que el autobús con el que iban al concierto de Alejandro Sanz les deja tirados; será entonces cuando se crucen con personas a las que contagiarán con mensajes vitales.
Los cinco han pasado el primer corte de la Academia. Ahora falta esperar hasta diciembre, cuando las votaciones de los académicos se cierren y se desvele la lista definitiva de nominados.
Aitana Sánchez-Gijón es la mujer más joven en recibir este premio y la segunda galardonada de menos edad, por detrás de Antonio Banderas, que lo logró con 54 años