BRUSELAS. Las sanciones económicas impuestas por la Unión Europea al gobierno del Kremlin, tras la invasión de Ucrania en febrero 2022, siguen teniendo dramáticas consecuencias para las empresas de ambos lados. El comercio de Comunitat Valenciana con Rusia ha bajado en un 54,7% de exportaciones respecto a cifras anteriores a la guerra de Ucrania, según el informe del ICEX elaborado a partir de los datos suministrados por el Departamento de Aduanas e Impuestos Especiales de la AEAT.
Los gráficos de la balanza comercial muestran la caída en picado de las exportaciones valencianas desde 2022 y las importaciones están gravadas con un 10% adicional en aranceles, los mismos que la Unión Europea ha quitado a los productos procedentes de Ucrania. Mientras que las exportaciones han sufrido un descenso del 95,1%. Así lo explicaba en cónsul honorario de Rusia en València, Ramón Congost, ante un grupo de estudiantes de Derecho de la Universitat de València. El empresario valenciano sigue mantenido relaciones comerciales con Rusia, pese a todas las dificultades, a través de su empresa de importación de aceite de girasol.
El motivo de su presencia fue la conferencia ofrecida por el Consejero económico de la Embajada de Rusia en España, Kirill Budaev. El diplomático ruso explicó a los estudiantes los efectos de las sanciones económicas que la Unión Europea ha activado contra Rusia desde febrero del 2022, cuando se produjo la invasión de Ucrania. Budaev comentó que las consecuencias en la economía rusa no han sido tan devastadoras como esperaba el gobierno en Bruselas, debido a la desviación del comercio ruso hacia otros mercados, el asiático principalmente.
Mientras que, con la Unión Europea, la caída media del 35% del comercio, de forma recíproca, ya se mantenía en un difícil equilibrio tras la anexión de Crimea en 2014, aunque ahora se ha acentuado por el castigo al gas ruso.
Las principales empresas valencianas que siguen presentes en Rusia son Lladró, Fermax, Anecoop y las azulejeras Pamesa, Torrecid, y Vives Azulejos y Gres. Hay que recordar que, en el principio de la guerra, fueron altamente criticadas algunas empresas de la cerámica de Castelló que seguían comerciando con Rusia. Mientras tanto, Estados Unidos mantenía en suelo ruso un mes después de la guerra a Coca Cola, PepsiCo, Starbucks, Estée Lauder o CityBank.
Por sectores, las exportaciones de productos agroalimentarios se han mantenido en 2023, tras la brutal caída del caqui y la naranja, que fueron prohibidas como contrasanciones por Rusia en 2014. En bebidas, bienes de consumo, productos industriales y tecnología la bajada ha llegado hasta el 77%, en lo que va de año. Cabe decir que el descenso ya fue decisivo incluso antes de la guerra, en 2021, se supone que por los efectos de la post pandemia, aún con muchas fronteras cerradas.
Por ejemplo, las exportaciones de piedra y yeso han bajado en un 40% y en la misma cifra están las bebidas de zumos. Los abonos caen en un 58%, los productos químicos en un 80,6% y las manufacturas de materias plásticas en un 71%. Los productos cerámicos bajan en un 69,8%, mientras que las conservas de fruta y verdura descienden en un 24%. Sólo se salva la exportación de preparados de alimentos. Con las cifras más positivas están el cacao y sus preparados, y los aceites esenciales, que presentan saldos positivos.
Respecto a las importaciones rusas, destaca la brutal caída en productos alimentarios, bebidas, bienes de consumo y tecnología. Por ejemplo, estos últimos, en un 95,7%. La mayor caída de los productos importados está en los productos químicos y las pieles. En tanto que las manufacturas de cuero y marroquinería aumentan y tienen un saldo positivo. También la importación de aluminio ha caído en un 42%, con la importancia que tiene para el sector de la construcción.
Otra caída espectacular en la importación de Rusia se dirige al caucho o las prendas de vestir, los filamentos sintéticos, aparatos médicos y ópticos. Mientras que aumenta en los aparatos eléctricos y los libros. Los valencianos siguen exportando de forma espectacular productos químicos orgánicos y juguetes, alimentos y aceites esenciales.
Tras diez paquetes de sanciones en un año, el gobierno de Ursula von der Leyen anuncia un undécimo paquete contra Rusia. En este caso, implicarías sanciones a terceros países que siguen comerciando con el Kremlin, como ya ha ocurrido con Bielorrusia y el señalamiento de Irán por la venta de drones al ejército ruso.