VALENCIA. Cada evento histórico va ligado a un cúmulo de pequeñas historias individuales. Así, entre las conversaciones cotidianas de nuestra contemporaneidad es común referir dónde estaba uno cuando cayeron las Torres Gemelas, quién limpió de “hilillos de plastilina” la costa gallega tras el Prestige, la canción por la que siempre recordarás a Bowie... El pasado 23 de junio, el 52% de la población británica decidía abandonar la Unión Europea. Y como en anteriores y en futuras ocasiones, el hito ha generado un sinfín de anécdotas personales. La de Matthew, Damon, Bhavesh y Fay, entre ellas. El Brexit sucedía tres días antes de que estos cuatros jóvenes de Manchester tomaran un avión a Valencia en pos de un proyecto de formación común con otros ocho compañeros de España y Portugal, Creative Europe: Alternatives Routes to Ripen through Theatre (Europa Creativa: Rutas alternativas para madurar a través del teatro).
La iniciativa compartida, conocida bajo el hashtag #Under25 por el límite de edad de sus postulantes, ha sido organizada por tres instituciones: Peshkar en Oldham, Manchester, la compañía lusa Joâo García en Torres Vedras, y Espai Rambleta, Escuela del Actor y Gestora Inestable en Valencia.
“El Brexit le ha dado a este proyecto un tinte de tragedia griega. Ha sido como condenar la propuesta desde su arranque, pero sea como fuere, esta experiencia les va a marcar de por vida, porque les hemos dado la posibilidad de trabajar con la diferencia, con arquitecturas escénicas, geográficas, mentales y espirituales distintas de las de sus orígenes”, incide Joâo García.
Esta suma internacional de esfuerzos ha dado cabida a 12 participantes de entre 20 y 24 años, de formaciones dispares. Hay estudiantes de arte dramático, de danza contemporánea, de Bellas Artes, fotografía y escritura de guión para cine. “El amplio arco de sus campos profesionales va de la artes escénicas a las visuales, si bien, por su juventud, probablemente cambiará”, augura Sonia Martínez, quien junto a Juan Manuel Artigot se ha hecho cargo de la producción y los contenidos de la primera fase de este proyecto, una residencia de un mes en La Rambleta repleta de talleres y laboratorios que culminará el próximo 28 de julio con una muestra colectiva.
Tras la estancia en Valencia, tomará el relevo Portugal, donde la residencia en Torres Vedras está prevista entre el 12 de enero y el 12 de febrero de 2017. La culminación será en Oldham, del 15 de junio al 16 de julio del próximo año.
Más unidos, más fuertes
La toma de contacto ha venido marcada, inevitablemente, por el resultado del referéndum que ha dejado fuera del proyecto continental común a Reino Unido. “La noticia les hizo rebelarse y ahora se muestran más apasionados que antes en su involucración en el proyecto. No dejan que la política les afecte”, explica la tutora del grupo de Manchester, Stephanie Meskell-Brocken.
Cada uno de los cuartetos nacionales cuenta con un mentor que les acompaña en el proceso, pero no les marca las pautas.
El tutor español es Jaume Ibáñez. La suya va a ser una mirada externa, no va a proponer ni a preguntar, pero estará ahí para brindar referencias de producción, pautas de trabajo…
Como subraya Sonia Martínez: “Son ellos mismos los que han de encontrar las maneras de trabajar y de mostrar. El foco está puesto en el proceso, de modo que no hay una idea preconcebida de lo que tiene que pasar ni de lo que se ha de representar en cada una de las etapas. Cada residencia es una parada en un proceso en común, pero a lo mejor le dan la vuelta. Y el resultado final puede ser una pieza escénica, pero también un video, una conversación, un paseo, o todo a la vez”.
Esto es, los 12 jóvenes trabajan sin la presión de dar forma a un resultado concreto. Se ha apostado, en cambio, por la idea del work in progress, por lo que no es tan importante el objeto como la previa. El camino que decía Kavafis.
La travesía está siendo recogida en un libro de viaje en formato papel, en el que cada día uno de los expedicionarios asume la autoría. A la bitácora tradicional se le suman dos digitales: un blog que les mantendrá conectados durante el tiempo de separación y una cuenta de Instagram.
Quién es el artista, quiénes son los públicos
El pasado viernes acompañamos a la docena de creadores emergentes en una de sus intensas jornadas de formación. En el estimulante programa del día figuraban la bailarina, coreógrafa e investigadora Beatriz Fernández, Premio Ciudad de Barcelona 2015 en el ámbito de danza; el director catalán Roger Bernat, que en sus propuestas escénicas da el protagonismo a la colectividad; la asociación cultural Agost Produccions, que desde 2010 viene trabajando con públicos; y el estudio de los sociólogos valencianos Lluís Benlloch y Mireia López La Dula, especializados en dotar de herramientas a las comunidades para la gestión vecinal de recursos y la planificación urbana participativa.
Las sesiones de trabajo han combinado la teoría con la práctica, y por el hecho de ser la primera toma de contacto, se han enfocado hacia la creación desde cero. En su mayoría han sido propuestas lúdicas, donde, desde la diversión, se ha jugado con el espacio, con el cuerpo, con la voz, con lo social y con los objetos. Acción y reflexión.
“Queríamos trasladarles el impulso de hacer sin tener miedo, así como el cuestionamiento de roles y de pensamientos, caso del papel del público, su relación con el público y con lo público, si como artistas están en una burbuja o no”, ahonda Martínez, responsable de los contenidos del laboratorio valenciano.
Los Agost, Jordi y Miguel Valls, explicaron cómo, tras cinco años de trabajo con las audiencias, ahora han decidido irse a las antípodas en una apuesta a la contra de las políticas culturales. En lugar de trabajar a priori, acompañados del artista o de un conferenciante experto en la materia, optan por encontrarse con los espectadores a posteriori de la representación. “El trabajo previo busca domesticarte, que estés a gusto. Así, el público es más receptor que emisor, más acumulativo que digestivo. pero nosotros queremos construir una mirada contestaría, constructiva…, darle el protagonismo al espectador”.
Lluís Benlloch detalló, en cambio, su trabajo de mapeado en el barrio de Nazaret, y las entrevistas realizadas para sus proyectos de memoria oral en barrios sin historia, como el de Malilla. Aunque lo pueda parecer, La Dula no fue el pulpo en el garaje. Sus herramientas, empleadas en el análisis de territorios y en la transformación de los barrios en términos de justicia social son perfectamente extrapolables a un tipo de teatro basado en las entrevistas.
“Al fin y al cabo –apuntó Jaume Ibáñez en el debate que cerró la jornada-, en este proyecto no aspiramos a crear teatro a la italiana”.
Por su parte, Roger Bernat dejó preguntas en el aire, como determinar qué es un artista: “En la era de los sistemas emergentes, donde hay pequeños actores haciendo cosas sin ser conscientes de ello, como las hormigas, quizás un artista no es ese que tiene una gran idea, sino el que participa en un acto en comunidad”.
Spanglishgnol o algo así
Si bien las puestas en común son en inglés, el portugués y el castellano se cuelan en el debate. Los ingleses vocalizan más de lo habitual y emplean sinónimos más accesibles, españoles y lusos cuelan alguna palabra de su propia lengua. Al tiempo que forjan una obra en común están cimentando una forma propia de comunicación. “El idioma no es una barrera. Hemos desterrado ese pensamiento católico de que Dios inventó las lenguas para que no pudiéramos comunicarnos. Mi cuerpo habla”, expone uno de los cuatro portugueses seleccionados, Fábio Vaz, un actor de 23 años que asegura estar creciendo y cambiando con esta experiencia.
Uno de los ingleses, Matthew Harrison-Lord, un artista visual de 22 años, le secunda. “Todos tenemos un cuerpo con idéntico funcionamiento biológico. Como nos decía Bea esta mañana, podemos tocarnos con los ojos y mirarnos con la piel”. El taller impartido por Beatriz Fernández les ha calado hondo. Hoy aseguran que la obra resultante de esta fértil cumbre europea integrará los lenguajes del movimiento. Pero son y van a ser tantos los acicates, que quizás no.
“Es una experiencia inusual por su interdisciplinariedad. Cualquier producto que salga será único y permanecerá en ellos –vaticina su tutora inglesa-. Y esa inspiración y experiencia la usarán para enseñar a otras personas”.
En opinión de Fábio, aunque no den con respuestas, este encuentro internacional les va a capacitar para preguntar mejor. Matthew añade que, por lo pronto, cuando vuelva a Manchester, ya nada volverá a ser igual, porque ahora piensa en grande. “El arte crea puentes, y si es universal, nos hace más fuertes, porque cimentamos un futuro conjunto”.
Al resultado de esa conjunción se podrá asistir en septiembre del próximo año, en que los 12 creadores en ciernes realizarán una gira con la obra resultante que les devolverá a Valencia, Torres Vedras y Manchester. De futuras entregas del proyecto, de la ayuda a la profesionalización de los jóvenes artistas europeos, no sólo las futuras políticas dirán, también los individuos. “Siempre habrá gente buscando crecer a partir de la observación de otras culturas”, remata Harrison-Lord.
