VALÈNCIA. (VP/EP) Será en abril, un mes antes de las elecciones, cuando comiencen las obras de la Línea 10 de Metrovalencia -la antigua T-2-, que unirá el barrio de Natzaret con el centro de València. Las actuaciones se iniciarán en la rampa de conexión entre el tramo subterráneo y la prolongación en superficie de la calle Amado Granell y la prolongación tranviaria hasta Hermanos Maristas, así como la construcción al aire libre de la parada con este nombre.
Este miércoles el barrio acogía un acto del presidente de la Generalitat, Ximo Puig, la consellera de Vivienda, Obras Públicas y Vertebración del Territorio, María José Salvador, junto al alcalde de la capital, Joan Ribó. A ellos, se ha sumado la asistencia de otros ediles de la capital, como la portavoz socialista Sandra Gómez, y los concejales de su grupo Vicent Sarrià y Ramón Vilar; el edil de Movilidad Giuseppe Grezzí; así como el síndic del PSPV en les Corts, Manolo Mata, y la secretaria autonómica de Hacienda, Clara Ferrando.
El tramo en el que se reanudarán los trabajos para concluir este trazado corresponde a la primera parte de las cinco en las que se ha dividido la ejecución de la obra, teniendo en cuenta que esta es la única que se ha licitado hasta el momento, ha precisado la consellera. Esta licitación se llevó a cabo por 4,8 millones de euros el pasado mes de noviembre, con la previsión de que las obras se retomaran en el primer trimestre de 2019.
"Después de completar la redacción de los distintos proyectos, se adjudicará en febrero la construcción del tramo comprendido entre la rampa de salida de Amado Granell hasta la primera parada en superficie, en Hermanos Maristas, conectando con la plataforma ya construida en su momento, que tiene continuidad hasta Natzaret", ha explicado Salvador.
La titular de Vivienda, Obras Públicas y Vertebración del Territorio ha agregado que los otros cuatro proyectos pendientes se licitarán a partir del mes de marzo y ha detallado que contemplan la arquitectura y equipamiento de paradas y estaciones, con una inversión de 28 millones; la electrificación y subestaciones, con 8 millones; la señalización y comunicaciones, con 7 millones, y la construcción de los talleres y cocheras provisionales, con 3 millones.
María José Salvador ha resaltado que la ejecución de la antigua T-2 comenzó en 2006 y "se paralizó cinco años más tarde", en 2011, porque el "anterior Gobierno valenciano, del PP, dejó el proyecto sin dotación presupuestaria".
Tras ello, ha valorado que se haya recuperado "un proyecto arrinconado" y ha subrayado que ha sido el Ejecutivo autonómico que preside el socialista Ximo Puig "el que ha retomado la iniciativa" y ha hecho efectiva "la voluntad de impulsar el proyecto a pesar de las dificultades financieras". "Era un contrato con la ciudadanía y un compromiso", ha dicho.
Tanto la consellera como el presidente de la Generalitat han comentado que la conclusión de la L-10 contempla una inversión total de 50 millones de euros --30 procedentes de la administración autonómica y 20 de la Unión Europea a través de los Fondos de Desarrollo Regional (Feder)-- y está prevista 2021.
María José Salvador ha explicado que el proyecto de esta línea de Metrovalencia contará con una única fase --calle Alicante-Natzaret-- aunque inicialmente se contemplaban dos y ha apuntado que ha sido así porque la redacción de los proyectos ha permitido "acelerar la inversión".
La Línea 10 tendrá un recorrido de más de cinco kilómetros entre la calle Alicante, en el centro de València, y el barrio de Natzaret y contará con ocho estaciones, tres de ellas subterráneas, como ha apuntado la consellera.
Los responsables autonómicos y el alcalde de València han valorado que este trazado pueda llevarse a cabo y ser "en dos años una realidad" y así asegurar la conexión del barrio de Natzaret con el centro de la ciudad, contribuir a su "integración" y "mejorar la movilidad y conexión" de sus vecinos.
En esta línea, Salvador ha considerado que la ejecución de la L-10 "marcará un antes y un después en el desarrollo del transporte público ferroviario y tranviario" y ha afirmado que tiene "una significación especial" por lo que respecta a la "expansión futura" de Natzaret, a su "conexión con el centro de la ciudad" y a la "apuesta por el transporte público".
Ximo Puig ha expresado la "satisfacción" del Consell por anunciar para abril el reinicio de las de la L-10 de Metrovalencia, una actuación "prioritaria para los valencianos" que coincide con el "objetivo" de la Generalitat de "coser València y el resto de la Comunitat Valenciana". Frente a esta postura, el presidente ha censurado la "lamentable herencia recibida" del PP, "elefantes blancos sin uso y sin ningún tipo de planificación ni inversión".
Puig ha subrayado el trabajo de la actual administración autonómica y de la local en València para dar a esta ciudad "una nueva perspectiva de lo que tiene que ser una ciudad integrada", lejos de una concepción "centralista" para la capital valenciana. En este sentido, ha aludido a iniciativas para "reforzar" Natzaret como la conexión con la Ciudad de las Artes y las Ciencias o la nueva ciudad deportiva del Levante UD.
"Estas actuaciones dibujan un nuevo imaginario, la conexión entre lo que se había situado en la periferia y el centro y la modernidad", ha declarado, tras lo que ha anunciado que en las próxima semanas se dará a conocer el Plan de Movilidad Sostenible del área metropolitana de València, un espacio "fundamental".
Desde Ciudadanos, el edil Narciso Estellés ha apuntado que "por el camino ha habido demasiados años de abandono por parte del Partido Popular y una legislatura entera casi perdida por parte de los tripartitos de la Generalitat y el Ayuntamiento". Asimismo, ha incidido en que su grupo espera que "se ponga en marcha el proyecto y la planificación adecuada para llegar a 2021 y que la fecha se cumpla de verdad".
Por otro lado, ha mantenido que ambas administraciones "han propiciado mucha polémica innecesaria con los talleres de Quatre Carreres y con el barrio Natzaret porque las expectativas generadas no se cumplían". En otro orden de cosas, Estellés ha insistido en que, "en esta etapa de conflictividad laboral en FGV, desde la Generalitat sean capaces de una ver por todas de llegar a soluciones definitivas".
El concejal del PP en el Ayuntamiento de València, Alfonso Novo, ha criticado este miércoles que este asunto "no ha sido una prioridad" para el equipo de gobierno local. "Ambos [Ximo Puig y Joan Ribó] no han sabido ni querido aprovechar el aumento de la capacidad inversora de la Generalitat y el aumento de los Fondos Europeos para relanzar las obras".
El edil ha destacado que la Generalitat "incomprensiblemente no había previsto en principio ampliar la línea 10 de Metrovalencia hasta el barrio de Natzaret y pretendía que finalizara junto a la Ciutat de les Arts i les Ciències, pero la presión vecinal y las distintas iniciativas presentadas por el PP en el Ayuntamiento les hizo corregir este decisión errónea y aprovechar la infraestructura que ya estaba construida", ha asegurado en un comunicado.
Novo ha incidido en que esta infraestructura estaba ejecutada "en una gran parte y que estaba pendiente su finalización debido a la crisis económica y hasta que la Generalitat contara con recursos financieros suficientes".
La antigua T-2, ahora línea 10, "es una infraestructura estratégica que dispone de un tramo ejecutado, el que une la calle Alicante con el barrio de Nazaret, gracias al esfuerzo inversor de los gobiernos del PP en la Generalitat, y en el futuro contará con un ramal subterráneo que atravesará el centro de la ciudad hasta el Pont de Fusta", ha indicado.
Por ello, el edil 'popular' considera "positivo" que este proyecto vuelva a ponerse en marcha, pero ha recriminado que Ribó y Puig "han sido muy lentos y pocos diligentes a la hora de corregir la ubicación de los talleres de los ferrocarriles que les demandaban los vecinos de la avenida Amado Granell".
Novo ha resaltado que después de las elecciones municipales y autonómicas del próximo mayo "habrá un Consell de la Generalitat del PP", "lo que garantizará que las obras se acaben en los plazos previstos y se retomen los proyectos para ampliar la línea 10 hasta el final de tramo en Pont de Fusta".
Además, ha achacado el retraso de la línea 10 a "la falta de interés por destinar inversiones a la ciudad de València del actual Consell conformado por PSPV y Compromís y "a la pasividad de Ribó".
"Los gobiernos del PP destinaron a Valencia una media anual de 200 millones de euros en inversiones, mientras que los de Puig y Oltra, en tres años, escasamente llegan a los 40 millones, pese a que los ingresos de la Generalitat comenzaron a aumentar notablemente a partir de 2015", ha zanjado.