Los cocineros valencianos de nueva generación eligen su menú cinéfilo predilecto en un mes que se caracteriza por los premios al séptimo arte. Y sí, todas las cintas dan mucha hambre
VALENCIA. Febrero es el mes del cine, y el cine ha hecho tanto por la cocina… Podría enumerar toda una remesa de películas por las que me han rugido las tripas, incluso sin estar relacionadas con los fogones profesionales. Puestos a hacer confesiones, ahí van las más delirantes. Desde la pizza de queso que Kevin McCallister olfateaba en Solo en casa, a la enorme tarta de chocolate que servía como castigo en Matilda, pasando por la grasienta Big Kahuna Burguer de Pulp Fiction (que sí, también aparece en Abierto hasta el amanecer y otra obras con deje de Tarantino). Siempre que veo a Holly Golightly pasar por delante del escaparate de Tiffany’s me dan ganas de pedirme un cruasán, ¿a nadie más le pasa?
Es una enumeración que tiene poco de gastronómica, incluso de saludable, pero para frenar el famélico desvarío contamos con invitados de postín. Son los chefs valencianos de esta edad dorada y tienen su propia lista de largometrajes preferidos. En este caso les pedimos que traten sobre cocina, y aunque no todos coinciden en la elección del plato principal, hay peticiones recurrentes en el menú. Queda claro que no existe la película de manual, la obra definitiva para consagrar el matrimonio entre el arte culinario y el séptimo, pero basta con avivar la llama. El objetivo es contar, evocar, remover; que los fogones humeen. Apartar por un instante las palomitas, porque hay un caldo guisándose, un pastel en el horno o un servicio en marcha. Así es como la cámara acaba inculcando el amor por la cocina.
Una cinta sobre la familia taiwanesa tradicional, o todo lo contrario. Lo importante es que la comida va trazando el recorrido. "Es una película básica, que enseña lo importante. Como la gente evoluciona o se hace a partir de lo que come y bebe, y evidentemente de lo que ama", precisa la dueña de La Salita, y ahora también de Nómada. A lo largo de la cinta se van sucediendo suculentos banquetes por los que desfilan infinidad de recetas de la comida china tradicional. "Fue la primera vez que vi hinchar un pez globo", admite Rodrigo. Amante confesa de la cocina asiática, siempre rememora el viaje a Tailandia que le cambió la forma de entender la cocina. "Entendí que había otras formas de comer, ni mejores ni peores. Y esta película va de eso, de formas de comer y de amar, ni mejores ni peores", concluye.
Anda ajetreado con las cajas. Para quien todavía no lo sepa, el joven cocinero abandona la galería Jorge Juan y abrirá nuevo local en Ruzafa, The Tuna Bar. Pese a todo, se presta a arrojar un nombre que se pronuncia rápido: #Chef. La cinta, entre cuyo reparto se cuentan Robert Downey Jr, Scarlett Johanson, Dustin Hoffman o Sofía Vergara, tiene un tono muy particular. “Para mí representa la realidad de soportar que la gente te critique y poner buena cara siempre allá donde estés”, comenta Peris. Además, refleja el momento que él atraviesa de manera transversal: “La cinta demuestra que no solo eres bueno saliendo en prensa o teniendo un restaurante gastronómico, es posible ser el mejor haciendo bocadillos”. En su opinión, lo verdaderamente esencial en la cocina es “pasarlo bien” y hacer de esta profesión “no un sacrificio, sino una bendición”.
La cinta de Favreu resulta fácil de pronunciar para los cocineros, hasta el punto de que es también favorita de Platero. Si bien el chef atraviesa un momento bien distinto a Peris, gracias a la segunda vida de Macel·lum y el impulso de Come&Calla, alegra motivos similares a su compañero. "Me gusta mucho como refleja la pasión y la dureza con la que se vive la cocina", explica, y vuelve sobre el tema motivacional: "Hacer lo que te gusta, ser feliz y hacer feliz a la gente. Se puede perder todo y después triunfar con un foodtruck, haciendo algo tan simple como bocadillos de carne asada".
Un piloto, un restaurador, un realizador de televisión y un juez se reúnen un fin de semana en una mansión para realizar un suicidio gastronómico colectivo. O lo que es igual, comer sin límite hasta morir. Este es el punto de partida de la cinta escogida por la cocinera de Lienzo, pese a que luego se van sumando otros placeres y el argumento se pervierte en diversas direcciones. “A mí me parece una película brutal, muy cómica”, asegura, aunque se frena para precisar: “Bueno, en realidad es drama y comedia”. La elección habla de la personalidad de la murciana, que ante todo es atrevida y creativa. Por si acaso da un segundo nombre: Vatel, dirigida por Roland Joffé y protagonizada por Gérard Depardieu. Está basada en la vida de un cocinero francés del siglo XVII “y es algo menos heavy”, ríe.
Hay una cálida escena en la que el joven chef indio Hassan Kadam prepara una tierna tortilla a la altiva Madame Mallory, magistralmente interpretada por Helen Mirren. Es de esos momentos que a mí me abren el estómago. A Romero parece que también, porque su elección es firme. “De las últimas películas que he visto y me han gustado, aunque no es muy realista”, admite el cocinero al frente de Kaymus, para precisar: “Tiene un comienzo gracioso, pero luego se va liando y acaba siendo algo floja”. Pese a todo, considera que hay pocas cintas inspiradas en los fogones que merezcan la pena y afirma ser más de libros. “Uno que me encantó es Memorias de un chef, donde el cocinero Anthony Bourdain cuenta sus experiencias, pero no hicieron la película porque no es políticamente correcto”, indica.
“La película de cocina que más me gusta es una que conocí cuando vivía en Viena, ciudad a la que le tengo gran cariño”, arranca el chef de La Llorona, el restaurante mexicano de referencia en el barrio de Ruzafa. El carácter minoritario de la cinta, grabada casi íntegramente en la capital austriaca, conlleva que el título no sea popular en estas latitudes. Así que Gloria se afana a la hora de explicar el argumento. “Va de la mafia rusa en Viena. El protagonista quiere retirarse y escribe un libro acerca de su gran pasión, que es la buena cocina. Lo que más me gusta es que tiene unas tomas dentro de la cocina que son increíbles”, relata con entusiasmo Y añade para los incrédulos: “¡Es buenísima! Aunque puede que mi cariño a la ciudad ayude mucho en mi criterio”.
La mitad de Fierro, y ahora de Doña Petrona, empieza coincidiendo con Nacho Romero en la elección. A ella le gustó Un viaje de diez metros, y lo que es más llamativo, le pareció realista. Sin embargo, enseguida se decanta por el otro nombre que flota en su cabeza, mucho más dulce, mucho más tierno. "Charlie y la fábrica de chocolate es muy divertida, pero es que además introduce un elemento que gusta a casi todo el mundo ”, asegura la cocinera argentina. ¿Quién no soñaría con las cascadas de cacao? Incluso con el chicle que te hace flotar como un globo. "También me parece didáctica", añade. Existen dos versiones de esta historia, basada en un libro de Roald Dahl de 1964: la de Mel Stuart de 1971 y la posterior de Tim Burton de 2005. Ambas son altamente recomendables.
La mitad de Carito está tentado de repetir título, pero al final tira de raíces continentales. Se queda con la cinta basada en el exitoso libro de Laura Esquivel, donde cada capítulo empieza con una receta. Tiene grandes dosis de realismo mágico, así que es imposible reproducir los pasteles y las empanadillas. Y aunque tuvo su adaptación mexicana al cine, la repercusión fue mayor en su país de origen, donde obtuvo diez premios Ariel. “Pero la peli que realmente me llegó fue Ratatouille”, admite entre risas. “En cuanto a series, hay una con la que estoy a tope que se llama The mind of a chef”, precisa Carrizo. A medio camino entre la ficción y el documental, gira alrededor de la figura del chef Anthony Bourdain (anteriormente citado), por lo que combina viaje, comida y ciencia.
Agárrense, porque esto no es fácil de digerir. “La película que he elegido no va de cocina exactamente; más bien es un musical terrorífico con un guiño macabro”, previene el jefe de cocina de Contrapunto, ahora también a cargo de The Little Queen, restaurante del antiguo hotel Reina Victoria. Se refiere a Sweeney Todd, la obra de Tim Burton inspirada en el clásico musical. Un director que repite presencia en la lista, y eso que no suele hablar de gastronomía. El macabro barbero de la calle Fleet, encarnado por Johnny Depp, secciona gaznates para que la señora Lovett, o Helena Bonham Carter, elabore empanadillas de carne. “Siempre recordaré como recurrían a los pasteles para el aprovechamiento culinario. Aparte de que Deep es mi actor favorito por su trayectoria y me parece un gran guitarrista, el tío mola mucho”, argumenta Ministro. En un intento por 'normalizar' su imagen da otro nombre: El festín de Babette (Gabriel Axel), un clásico de los 80 que vio en el colegio
La cocinera polvorilla al frente de Karak se ha quedado con el título más divertido de la lista. Y, para qué negarlo, el que asoma a los labios de todos los cocineros. Yo lo habría dicho sin dudarlo un instante. El ratatouille es un plato francés a base de hortalizas, muy popular en Niza, pero el nombre de esta obra magna de la animación tiene mucho que ver con su protagonista, una rata con una vocación incontestabl. Si algo quiere Remy es cocinar. “Se trata de una metáfora sobre el esfuerzo, la ilusión, la humildad, la esperanza de que todo es posible. Narra la importancia de empezar desde abajo para llegar arriba”, asegura Rakel. Sabe muy bien de lo que habla, desde su bastión en la Calle Baja del Carmen, donde los menús del día hacen gala de unos productos de mercado como pocos en Valencia.