DÉNIA (EFE/Carlos Rosique). Las fiestas de exaltos cargos nazis refugiados en Dénia se alargaron "hasta bien entrada la Transición", relata el actual alcalde de la ciudad, el socialista Vicent Grimalt, que entre 1971 y 1981 hizo de trompetero en esas celebraciones como parte de la banda de música local.
"Aquí lo sabía todo el mundo", cuenta Grimalt en una entrevista a Efe en la que enseña la trompeta con la que tocaba en aquellos festejos y en la que lamenta que estas celebraciones servían para festejar el cumpleaños del antiguo oficial de las SS Gerhard Bremmer cada 25 de julio.
Expone que estas fiestas estaban "normalizadas" y "casi institucionalizadas" desde que exmilitares nazis se exiliaron a la comarca de la Marina Alta, en el norte de la provincia de Alicante, para huir de los procesos judiciales alemanes que les hubieran depurado, así como también para ayudar a excompañeros a viajar hasta Sudamérica.
Aunque ficcionada, la película "El sustituto", estrenada este octubre y que cuenta con los actores Ricardo Gómez y Vicky Luengo como parte del reparto, muestra parte de una realidad contada antes por el periodista Joan Cantarero y por la escritora Clara Sánchez, pero de la que no se sabe demasiado.
Durante la conversación con Grimalt, se citan nombres, pero sobre todo rumores recurrentes cuando alguien menciona la palabra "nazi" en Dénia: desde que la estación radiofónica de Les Rotes -una zona de Dénia próxima al cabo de San Antonio- servía para mandar mensajes a Alemania, hasta que Hitler no había muerto y se escondía en el Montgó, un monte que a pesar de estar a dos kilómetros del mar alcanza los 750 metros de altura.
Entre las pocas certezas, sin embargo, se encuentra la realización de estas fiestas, sobre las que Grimalt, alcalde socialista del municipio, afirma que estaban "normalizadas" y que "por miedo, porque a lo mejor hacían donaciones a la banda o por lo que fuera, nadie se metía con eso".
"Cuando uno lo ve con el paso del tiempo dice 'vaya tela, la que nos metieron'", relata el regidor, que expone que a la primera que acudió fue en 1971, con apenas 11 años, "aunque bastantes años atrás ya se realizaban", al tiempo que recalca que la banda de música local acudió a estos eventos hasta 1981, cuando el nuevo director de la obra se negó a tocar un año más tras acudir a la última de ellas.
Grimalt relata que estas fiestas se celebraban el día 25 de julio de cada año, en una jornada que "empezaba a las 10:30 horas, cuando venían trabajadores de la casa de Bremmer a la plaza del Convent con coches de la marca Mercedes, algo que en aquella época era espectacular, y nos llevaban a la urbanización hasta que se abrían las puertas, aparecía él (Bremmer) con el uniforme militar de las SS y su mujer con el traje típico bávaro".
La banda "hacía una procesión hasta una plazoleta con césped y empezábamos a tocar pasodobles hasta acabar con el Coro de peregrinos de Tannhäuser, del alemán Richard Wagner, y con el pasodoble 'Valencia' del maestro Padilla".
El regidor sostiene la importancia en ese sentido de la tolerancia franquista a exiliados nazis, que, según cuenta Grimalt, incluso hacían escala en Dénia para partir hacia Sudamérica: "Aún se pueden ver marcas de un embarcadero desde el que se supone que llegaban pequeñas lanchas para trasladar a estas personas a barcos más grandes que se encontraban mar adentro".
"Por lo que se sabe, había peores que él (en referencia al oficial Bremmer) refugiados en el Montgó y que no salían para nada", incide el alcalde socialista, que asegura que, pese a su condición de exaltos cargos nazis y las fiestas realizadas en el interior de sus casas, "nunca hacían ninguna ostentación de haber sido nazis porque cuanto más desapercibidos pasaran, mejor para ellos".
Preguntado por cuál sería la causa que les llevaría a trasladarse a Dénia, sostiene que el municipio alicantino "nunca se ha caracterizado por ser un pueblo de derechas", por lo que, "como en la Costa del Sol, vinieron aquí en busca de un sitio tranquilo, con el mar cerca y con un buen clima, con la excusa de pasar los veranos aquí y luego quedarse".
No obstante, señala que Dénia ha vivido desde el siglo XIX entre extranjeros que "han venido a hacer negocio". Así, sostiene que en los inicios del siglo XX mercantes del Reino Unido realizaban viajes directos a la ciudad en busca de pasas, mientras que más adelante fueron mercaderes alemanes quienes venían por la industria juguetera, por lo que los nazis, en Dénia, "podían pasar desapercibidos".
Grimalt concluye que los alemanes que residen en Dénia actualmente "nada tienen que ver" con los de aquella época.