análisis vp - los cabezas de lista, por distintos factores, se enfrentan a un reto de cara o cruz

'Last chance U': unas elecciones sin otra oportunidad para casi todos los candidatos

15/04/2023 - 

VALÈNCIA. 'Last Chance U' (Última oportunidad para ti) es una unscripted serie -producto televisivo de no ficción donde los protagonistas generan el relato- lanzada en 2016 que relata las peripecias de jóvenes jugadores de fútbol americano con distintos problemas que luchan por una última oportunidad para alcanzar una plaza en las grandes universidades. Una historia coral que gira en torno al momento clave en la vida de un puñado de deportistas que se juegan su futuro a cara o cruz en una temporada e, incluso a veces, en un sólo partido.

Una situación similar a la que viven buena parte de los candidatos a la Generalitat y al Ayuntamiento de València en las próximas elecciones autonómicas y locales del 28 de mayo. Por diferentes circunstancias, para la mayoría de cabezas de lista difícilmente habrá otra oportunidad de alcanzar las cotas de relevancia institucional que pueden conseguir en los inminentes comicios. 

Así, con unos sondeos apretados, los candidatos vivirán el cielo o el infierno; el éxito o el fracaso; el privilegio de gobernar y aplicar las políticas prometidas o la decepción de verse relegado a la oposición, cuando concluya el recuento la noche dominical.

El primero que se la juega a un único disparo es el propio presidente de la Generalitat, Ximo Puig. El candidato socialista, a sus 64 años, afronta el 28M con ganas de apuntalar su posición y afrontar su legislatura más personalista, acumulando más áreas de gobierno y minimizando a sus hasta ahora socios, Compromís y Unides Podem. El jefe del Consell, nunca ha mostrado interés por dar el salto a la política nacional, por lo que toda su apuesta se limita al Palau. Si no cumple el objetivo, todos dan por seguro que dará un paso a un lado, si bien podría no ser inmediato, dada la proximidad de las elecciones generales. A partir de ahí, y aunque en política las cosas pueden cambiar, lo que es indudable es que el futuro de Puig no pasará por la Generalitat.

También parece la primera y última bala para el presidente del PPCV, Carlos Mazón. El propio líder nacional, Alberto Núñez Feijóo, ya dejó entrever que esta cita electoral es un todo o nada para los candidatos de la formación popular en la Comunitat Valenciana. Más allá de esta interpretación, lo cierto es que desde la abrupta salida de Pablo Casado y Teodoro García Egea de la cúpula, los principales valedores de Mazón, el líder del PPCV sufre un plus de presión sobre el resultado del próximo 28M. El candidato popular no se esconde y asume el reto: "Todo lo que no sea gobernar, será un suspenso", señaló semanas atrás en una entrevista en la Cadena Ser, lo que indica que si no logra su objetivo, se antoja complicada su continuidad hasta una segunda oportunidad. Si gana, será intocable.

El candidato de Compromís, Joan Baldoví, se enfrenta a sus primeras y últimas elecciones como cabeza de lista a la Generalitat. A sus 64 años, la dimisión de Mónica Oltra le condujo a asumir una responsabilidad que no había contemplado hasta entonces. Lejos quedan ya los sueños de la coalición valencianista de adelantar al PSPV, por lo que las aspiraciones se dirigen a conseguir un resultado que permita, no sólo reeditar el Botànic, sino también mantener una posición de cierta fuerza representativa para conseguir un pacto ventajoso. Aunque se ha especulado con que Baldoví aspira a la Presidencia de Les Corts, la versión oficial es que será vicepresidente si la izquierda vuelva a gobernar y el PSPV es mayoritario. En cualquier caso, resulta poco probable que el candidato de Compromís vuelva a ser cabeza de cartel electoral.

Un todo o nada más claro si cabe es el de la número uno de Ciudadanos para la Generalitat, Mamen Peris. Con un partido severamente dañado y con malas perspectivas electorales, la aspirante naranja daría la campanada si su partido obtuviera representación y tuviera la llave del Gobierno valenciano. De lo contrario, Cs quedará condenado a la irrelevancia y su candidata sólo podría adquirir protagonismo si es reclutada para otro proyecto político.

 
Por otro lado, el 28M también es una apuesta decisiva para el candidato de Unides Podem y actual vicepresidente segundo, Héctor Illueca. Si su formación es decisiva para el gobierno, su participación será un éxito. Cualquier otra combinación -ser innecesario para la suma de la izquierda; no entrar en Les Corts por no superar el listón del 5% o caer en la oposición-, conducirán probablemente a un replanteamiento de Illueca sobre su futuro.

 

Curiosamente, el candidato de Vox, Carlos Flores, es el que podría tener un recorrido, si así lo desea, más extenso en la política valenciana gane o pierda. Los motivos, su aterrizaje reciente como candidato y la falta de perfiles por parte de la formación de Abascal para ejercer el liderazgo.

Todo o nada también en el Ayuntamiento de València

Situaciones similares se producen de cara a las elecciones municipales en el Cap i Casal. El alcalde, Joan Ribó, se vuelve a presentar con 75 años tras pedírselo la dirección de Compromís. La sensación generalizada es que no acabará la legislatura aunque gane y, muy probablemente, no permanecerá en la oposición si no gobierna. Por tanto, sí o sí, última vez para Ribó como candidato.

 

Al igual que ocurre con Mazón, el escenario para la candidata del PP a la Alcaldía de València, María José Catalá, también se perfila de cara o cruz, aunque con matices. No gobernar significaría un segundo revés para la dirigente en las elecciones municipales, si bien todo apunta a que será la candidata más votada, por lo que quizá podría defender la posición. En cualquier caso, nubarrones negros para la exconsellera si no consigue la vara de mando, especialmente tras haberse quedado a tan solo un concejal de lograrlo en 2019. En cambio, una victoria la convertirá de inmediato en un referente del PP en el ámbito nacional.

 

También se la juega y mucho la candidata socialista, Sandra Gómez. En 2019 consiguió subir dos concejales, lo que fue insuficiente para convertirse en alcaldesa: ahora, se muestra convencida de que puede adelantar a Ribó y liderar el gobierno local resistiendo la acometida del bloque conservador. En su entorno, nadie habla del día después en el caso de no lograr la vara de mando, aunque hay quien lo condiciona al resultado concreto: es decir, creen que si Gómez incrementa su representación aunque no sea alcaldesa, podría continuar. Ahora bien, un mal resultado y una pérdida de la izquierda del Ayuntamiento, sí invitaría a pensar en un cambio de aires para la candidata socialista.

 

Por otro lado, al igual que su compañera Peris en la Generalitat, el candidato de Ciudadanos, Fernando Giner, se enfrenta a un último disparo de manual. Casi todos los sondeos indican que la formación naranja no entrará en el consistorio, lo que podría poner punto final a la carrera política del dirigente. En cambio, si el arreón de orgullo de Giner, en plena guerra con el PP por devorar su espacio, le permite obtener representación y ser la llave, se convertirá en el gran triunfador de los comicios.

 

Sin duda, estas elecciones también son a vida o muerte política para la candidata de Unides Podem al consistorio, Pilar Lima. La líder autonómica de la formación morada se enfrenta al reto de recuperar la presencia de su partido en el ayuntamiento, del que se quedó fuera en 2019. Si no logra su objetivo, partido y dirigente quedarán sumidos en la irrelevancia.

 

Por último, tal y como ocurre en la Generalitat, el candidato de Vox, Juanma Badenas, es posiblemente el que concurre con menor tensión a la cita con las urnas. Los motivos, los mismos que su compañero Flores, recién llegado a la primera línea y con pocas referencias en el ámbito local, probablemente podrá seguir sin problemas aunque obtenga un mal resultado.

 

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