VALÈNCIA. Cosita es un personaje peculiar. No le gusta calentarse la cabeza para pedir un helado, le chiflan los objetos y su día se basa en caminar y seguir sus rutinas. Cosita también se agobia, como todo el mundo, pero intenta autorregularse siempre que puede. No bebe mucho café ni se pelea con nadie, pero su mundo da un giro de 180º cuando aparece en su vida un mago que quiere lo mismo que ella. Ahí entra en pánico, y se refugia entre las páginas del libro Cosita (Blackie Books) para saber qué hacer contra su adversario y encontrar una respuesta sobre el mundo que le rodea. Al hacerlo deja una estela de dudas y misterios que se desvelarán, de alguna manera, en la librería Bartleby el próximo 26 de noviembre.
Antes de viajar hasta València, la creadora y autora de Cosita, Alba G. Mora -quien también es traductora y editora- desvela las claves de su primera novela en la que escribe un elogio a la cotidianidad, los objetos, la sorpresa y la magia que se esconde tras una persecución constante. Con dos personajes muy peculiares: una protagonista llamada Cosita y un mago, trabaja en una novela en la que abundan las descripciones y en la que los pensamientos parecen coleccionables. Durante la lectura, Cosita va coleccionando todo tipo de rarezas y objetos que se muestran a lo largo del libro, convirtiéndolo en un escaparate de las obsesiones de la protagonista.
“El libro se construye rodeado de objetos reales, las fichas que aparecen durante la lectura forman parte de la historia y todos los objetos tienen su importancia y su propio peso. Mientras escribía, buceaba por Wallapop y tiendas de segunda mano para describir los objetos que obsesionan a Cosita”. Jugando siempre con la imaginación del lector, Mora deja que entre las páginas de Cosita se cuelen todo tipo de suposiciones sobre sus personajes, desde intentar imaginar cómo es la protagonista hasta intentar poner cara al mago que intenta conseguir los mismos objetos que ella.

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- Foto: ERICA FUSTERO
“Existen todo tipo de teorías sobre los personajes y todas me encantan. Esta novela es para hablar de la sorpresa y de lo desconocido. La figura del mago aparece para generar una especie de contradicción, un punto de inflexión para que la historia gire hacia otro lado. De hecho, este personaje nace entre los ratos libres en los que no paraba de pensar en la historia, llegó casi como una aparición. Me recuerda de alguna manera al pianista Liberace, que murió en los años 90. Siempre iba vestido de dorado, era muy excéntrico y también estaba obsesionado con las colecciones, me gustaba la idea de que el mago y Cosita funcionaran como espejo, sus formas de ver el mundo son muy similares y concretas”, explica la autora.
Entre objetos y trucos de magia, la novela encuentra un espacio para que el lector se puede sorprender hasta en la era del brain rot. Jugando con los saltos temporales y los objetos encontrados, Mora rebusca entre las historias mágicas que hay en la enorme colección de Cosita, a quien en el pueblo ven como una pervertida a causa de un hobby que no hace daño a nadie. “Intenté imaginar esta historia en Madrid, pero no tenía sentido. Creo que los pueblos tienen una vida interior muy rica y que nadie es conocedor de las pequeñas historias que se resguardan allí. Esta historia tenía que pasar en un lugar que tenga una heladería de cuatro sabores, con los que Cosita no se caliente la cabeza, y no en una gran ciudad en la que cada día hay cinco heladerías nuevas con ciento cincuenta tipos de helados”, explica la autora.
Con un libro que escribe de forma muy orgánica y natural llega a redactar casi un poema al encuentro en una novela que repite constantemente el nombre de Cosita, para que al lector no se le olvide. “Me parece interesante que se repita el nombre como si fuera una especie de conjuro o un truco de magia. Creo que hace que el relato funcione como un cuento y da un ritmo diferente al libro”. Si el lector se pone frente al espejo y nombra tres veces a Cosita, puede que sobre su espalda empiecen a trepar decenas de objetos raros: desde sacapuntas hasta conejos, pasando por un brillante joyero de la pantera rosa. Cosita aún tiene muchas historias por coleccionar, y la próxima puede ser la de quien la invoque.

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