VALÈNCIA (EP). La escritora Ana Campoy asegura que el golpe de Estado de Franco en 1936 es "la gran herida de nuestro país" y, de hecho, "hemos heredado las consecuencias de esa violencia y de la dictadura". Al finalizar la dictadura, apunta, en España hubo un "pacto de silencio" y cuando llegó la democracia "la terapia de grupo no se llega a producir".
De este dolor y de las historias "que están por contar" nace la novela 'El paracaidista' (Las afueras), un relato sobre la memoria y sobre cómo la violencia permanece y se expande a través del tiempo y las generaciones.
La autora nacida en Madrid y afincada en València estrena novela para adultos con un libro de prosa primorosa y "aroma de mitología clásica", ya que evoca conceptos como el destino trágico de personajes como Antígona, explica la autora en una entrevista concedida a Europa Press.
Ambientada en el tiempo salvaje de la primera posguerra, 'El paracaidista' recoge "las voces de madres, esposas e hijas, que, a pesar del silencio forzoso, siguieron extendiéndose por los campos y reverberando en el interior de las casas".
En este contexto, la inesperada caída de un paracaidista en las afueras de un pueblo cambiará el destino de sus protagonistas, abriendo una brecha entre pasado y presente por la que puede colarse la única posibilidad de un futuro.
La intención de la novela, explica Campoy, es "hablar del silencio" durante la dictadura y, especialmente el impuesto a la mujeres. Por este motivo, varios personajes presentan incapacidades que les impiden expresarse y revelan el peso que el entorno social tuvo sobre ellas.
La escritora califica de "gran herida" el golpe de Estado que propició la Guerra Civil y la instauración del franquismo y subraya que sus consecuencias llegan hasta la actualidad. "Hay mucha gente que esta conectando con la novela y la explicación es que todos tenemos un dolor familiar pasado que nos ha llegado hasta hoy y que hace que los lectores se identifiquen con lo que se cuenta", asevera.
Después del fin de la dictadura, en España "se hizo un pacto de silencio y cuando llega la democracia la terapia de grupo no se llega a producir", señala Campoy, que apunta: "La generación de mis padres estaba ocupada en "curar su propia represión, levantar un país y llevarlo a donde se consiguió en poco tiempo y ahora nosotros nos hemos dado cuenta, desde otras perspectivas y sin la rémora de la dictadura en el recuerdo, que estas historias estaban por contar".
Cuando se le pregunta cómo hacer consciente de esta realidad histórica a los más jóvenes, que ya no tiene ningún vínculo personal con los hechos, Ana Campoy aboga por "tratar de explicárselo desde una perspectiva empática".
Empatía como "antídoto" contra la intolerancia
"La verdadera necesidad es educar en empatía porque solo de esa manera nos podemos poner en el lugar del otro y comprender las intolerancias y violencias. Es uno de los mejores antídotos del pensamiento individualista", razona.
En este proceso, cree que la literatura tiene un papel clave, puesto que "nos explica y nos cuenta a nosotros mismos". "Los libros son mensajes metidos en una botella que retratan el momento en el que fueron escritos y no caducan", resume. Y, en este sentido, cita 'El mundo de ayer', de Stefan Zweig, una obra "tan actual que asusta".
"Creo en el libro como objeto perfecto porque lo es y como un antídoto maravilloso contra la intolerancia", finaliza.
Ana Campoy es escritora y periodista cultural. Licenciada en Comunicación Audiovisual por la UCM, es autora de más de una decena de títulos de literatura infantil.
Ha sido galardonada con el Premio Fundación Cuatrogatos 2022 y el White Ravens de la Internationale Jugendbibliothek de Munich. Sus libros han traspasado fronteras y se leen en países como Francia, China, Portugal, Italia, Grecia, Polonia, Turquía, Rumanía y Eslovenia.