Libros y cómic

CHARLAS SOBRE ESCRITURA Y MIEDO

Desirée de Fez: "Desde el exceso que permite el cine de terror se pueden contar cosas muy interesantes"

La escritora, periodista y crítica de cine especializada en el género fantástico y de terror protagoniza el próximo 22 de mayo a las 19 horas una nueva sesión del ciclo "El terror que no viene de fuera", organizado por la Fundación Cañada Blanch y dirigido por David Pascual

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VALÈNCIA. Líderes políticos megalómanos y lunáticos, genocidas impunes, ultraderechistas por doquier, la amenaza desatendida del cambio climático y, como guinda del pastel, un apagón masivo. Sería lógico pensar que el panorama distópico del siglo XXI nos abocaría instintivamente al consumo de productos culturales complacientes, poco conflictivos y de naturaleza eminentemente evasiva. Novelas edificantes, protagonizadas por héroes de moral incorruptible; comedias ligeras y películas feel good. Sin embargo, al parecer se está produciendo un efecto prácticamente opuesto. 

 

Vivimos una edad de oro de las ficciones literarias y cinematográficas que exponen y analizan nuestros miedos más cervales. Ha florecido una nueva y refrescante aproximación al terror, el thriller psicológico y la fantasía, en la que sobresale claramente la voz de mujeres novelistas, guionistas y directoras de todos los rincones del mundo. Ana Lily Amirpour, Coralie Fargeat, Julia Ducournau, Mar Coll, Mariana Enríquez, Elaine Vilar Madruga y María Fernanda Ampuero son solo algunas de las creadoras contemporáneas que están construyendo, cada una con su estilo y desde su ámbito de trabajo, una nueva mirada que se caracteriza por diseccionar con precisión y valentía miedos que, en muchas ocasiones, no vienen de fuera, sino de dentro.

 

Lejos de desarrollar un rechazo hacia este tipo de géneros, resulta que, cuanto más terrorífica se está volviendo nuestra realidad, más extremo es el cine que se produce y que tendemos a consumir. Es la conclusión a la que llega la escritora, crítica de cine, periodista y programadora Desirée de Fez, próxima invitada del ciclo de charlas El terror que no viene de fuera, que organiza la Fundación Cañada Blanch bajo la dirección del escritor y guionista David Pascual. La cita con la autora de libros como Películas clave del cine de terror moderno; Pantalla Rasgada: Quince conversaciones con cineastas y escritores sobre sueños y cine (escrito con Jordi Sánchez-Navarro) y La Reina del grito (Blackie Books), será el 22 de mayo a las 19 horas en la sede de la Fundación, en la calle Jorge Juan, número 4.

 

“Después de una etapa de cine de terror más intelectualizado, en los últimos años está regresando un nicho de cine mucho más extremo y explícito. Fíjate por ejemplo en el éxito de sagas como Terrifier, que es slasher puro y duro, o el de películas como La Sustancia o Smile II, que son grotescas y extremas, pero que también utilizan el sentido del humor. O incluso El brutalista, que es extrema, aunque lo sea en términos de duración”, apunta esta experta, colaboradora de diversos programas de TVE y medios escritos como El Periódico de Catalunya, Fotogramas y Rockdelux. 

 

“Hace poco escribí un artículo sobre este tema en el que preguntaba a varios cineastas sobre las causas que podrían estar detrás de este fenómeno. Yo creo que son varias, pero creo que una de ellas es la necesidad de catarsis que tenemos en un momento en el que estamos superados por la realidad. El espectador necesita descargar tensiones por la situación tan tremenda que vivimos. Una de ellas es el enfado”. 

 

Podríamos entender, por tanto, que el cine de terror está echando mano de la “artillería pesada” para preservar su capacidad de remover por dentro y sublimar las emociones y traumas de un espectador que ya de por sí vive una realidad “fuertecita” fuera de las salas de cine.

 

El género de terror como terapia para miedosas

 

En Las Reinas del grito, Desirée de Fez apuntaba una bonita paradoja; reconocía que su fascinación por el género de terror, cultivada desde niña, había contribuido a alimentar sus miedos, pero al mismo tiempo le había proporcionado muchas herramientas para enfrentarte a ellos.

 

“Cuando presenté este libro descubrí que algunos lectores y lectoras, a los que el terror no les interesa especialmente, no entendían ese argumento. No entendían que yo, que siempre he sido una persona muy miedosa, pudiese ver tantas películas de terror. Y la realidad es que yo tardé muchos años en analizar y comprender por qué. Al principio, cuando era muy joven, veía estas películas extremas porque eran catárticas, y me permitían experimentar cosas que estaban muy alejadas de mi vida cotidiana, puesto que soy una persona que siempre va con cuidado y trata de no exponerse a riesgos. Con el paso de los años, al analizar las películas que más me habían impactado y en las que pensaba de forma más recurrente, me di cuenta de que esas obras, más allá de su importancia dentro de mi formación cinematográfica, me habían dado herramientas a nivel personal. Me ayudaba ver mis propios miedos proyectados en una pantalla; es decir, de forma muy controlada. Me ayudaba también a preguntarme muchas cosas”.

 

 

A veces, esa confrontación con nuestros miedos a través de la ficción no se traduce en una reconciliación armoniosa e inmediata con temas espinosos. Puede ocurrir que una de tus películas favoritas te haya horrorizado en un primer visionado. A veces, la admiración y el disfrute aparecen después de atravesar un muro de incomodidad y resistencia. Es lo que le pasó a Desirée cuando vio por primera vez, siendo adolescente, la película Crash, de David Cronenberg. “Salí del cine muy enfadada con las personas que me habían llevado allí, mi primo y un amigo. Cuando una peli te reta de una forma que no ves venir, puede generarte un rechazo sistemático que a veces se recoloca con el paso del tiempo y se convierte en todo lo contrario. A mí me pasó eso con Crash, y de hecho David Cronenberg es sin duda alguna uno de mis directores preferidos. Sin embargo, hay rechazos que no se diluyen con el tiempo. A mí me pasa con las películas que tratan sobre la violencia sexual hacia las mujeres o contra la infancia. Tengo graves dificultades para dar valor a películas como Irreversible, de Gaspar Noé. No la tolero y no la puedo ver, por mucho que lea sobre ella cosas positivas. Tampoco me gusta el subgénero del “Rape and revenge”, aunque tengo que reconocer que defendí mucho Promising Young Woman (Emerald Fennell, 2020) cuando se estrenó, porque me pareció que le daba una vuelta de tuerca muy inteligente a este subgénero y desactivaba muchos de sus lugares comunes. 

 

¿Cuáles son los miedos femeninos?

 

Rosario Villajos, Elaine Vilar, Silvia Hidalgo y María Fernanda Ampuero son las autoras que han precedido a Desirée de Fez en este ciclo de charlas en las que se invita a hablar del peso que tiene el miedo en su literatura. “Cada una de ellas ha trabajado este tema de distinta manera y con distintos enfoques, pero siempre desde la ficción -apunta David Pascual-. Por eso creo que es muy interesante que venga en esta ocasión una autora que además escribe sobre el miedo desde la teoría y de forma muy trasversal. Además Desirée ha entrevistado en su podcast a varias de las novelistas que han pasado por este ciclo”.

 

Situado a medio camino entre el ensayo y la autoficción, Las reinas del grito es también “un viaje por los miedos femeninos”. Pero, ¿cuáles son esos miedos específicos? ¿Nos dan miedo las mismas cosas a los hombres y a las mujeres? A la hora de trasladarlos a la ficción cinematográfica, ¿existe un rasgo de género distintivo en la elección de temas, personajes o ángulos estéticos?

 

“Cuando escribí el libro tenía la sensación de que muchos de los miedos de los que hablaba conectarían solo con las lectoras, pero me llevé una sorpresa cuando lo publiqué y empecé a hablar con hombres que me decían que también sufrían miedos que pensaba que eran más bien femeninos, como el de no reconocer tu propia cara o tu cuerpo cuando envejeces. En cualquier caso, sigo pensando que hay miedos muy nuestros, como el de caminar solas de noche por la calle, o el de la transformación del cuerpo con el embarazo, o el de la experiencia del parto. Estos temas tan específicos están muy presentes en el cine de terror de los últimos años; películas en las que hay que resaltar el hecho de que muchas veces están escritos y dirigidos por la misma mujer, porque hablan de experiencias muy cercanas a su vida personal. Últimamente se está abordando de forma muy frontal y con mucha valentía el tema de la maternidad, los cambios corporales o la obsesión por la juventud.

 

 

Una de estas películas recientes más destacables es, sin duda alguna, Salve María, de Mar Coll, protagonizada de forma excepcional por Laura Weissmahr (Premio Goya 2025 a la Mejor Actriz Revelación) y Oriol Pla. Es un buen ejemplo de cómo construir un thriller anidado en un miedo que viene de dentro. Es una película cuya trama de suspense se desarrolla en el interior de la mente de uno solo de los personajes: el de una madre con depresión postparto. “Aunque la película sea un estudio de la mente de la protagonista, Mar Coll pone a prueba aquí cosas que no había hecho antes y que vienen del cine de terror, como en la escena inicial de los cuervos. Es una pasada la forma tan punk, rotunda y radical con la que determinadas autoras abordan la complejidad de la maternidad. Mira también a Elaine Vilar, con su novela El cielo de la selva, o a Julia Ducournau con Titane. El terror es un género ideal para este tipo de propuestas porque te permite el exceso, y desde el exceso se pueden contar cosas muy interesantes”.

 

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