VALÈNCIA. El lugar común que yo conocía era que el punk y la Nueva ola fueron las únicas modas que llegaron a tiempo en España. Vaya por delante que he adorado siempre el punk y la Nueva ola, el nuevo rock entre 1975 y 1985, por poner dos años al tuntún que comprendan el periodo, pero es posible también que la generación que lo vivió sea muy pesada y autorreferencial. De hecho, nunca he visto insultos y acusaciones que demuestren mayor pobreza humana que los que derivan de las polémicas sobre La Movida.
Ni que decir tiene que en Nueva York, si hablas de música con alguien de aquella escena, yo he tenido alguna ocasión de hacerlo, se cree que formó parte del movimiento artístico más importante desde el Renacimiento. La prueba es que en el otro espacio geográfico que conozco cómo respira, ex Yugoslavia, también la Nueva Ola se considera que "apareció al mismo tiempo que en Londres y Nueva York" y su legado todavía sobrevuela todo, aunque hay que comprender que allí los impulsos nostálgicos están más justificados.
Antes del 77, en España no había nada. Eso nos decían. El rock fue superfluo, el Dúo Dinámico un hazmerreír y, después, cuando el rock se dejó el pelo largo, no hubo casi nada porque España estaba atrasada en su dictadura represiva. Lo cierto es que la dictadura era así, pero hubo matices en la cultura popular. Curiosamente ahora, cuando por fin ha habido políticas públicas de Memoria histórica y desde los medios existe sensibilidad, a veces obsesión, con la Historia, parece que hemos perdido más la capacidad de entender los matices del pasado que antes, cuando la Guerra Civil y la dictadura no le interesaban absolutamente a nadie. Y lo digo porque lo he vivido, en los noventa yo tenía que explicar de qué país era la bandera tricolor de mi llavero. No una, ni dos, ni tres. Muchas o casi siempre.
Sin embargo, saber que el golpe de estado de 1936 no tuvo justificación ninguna, que su único objetivo era suprimir la emancipación y dignidad de los españoles y que la dictadura posterior fue un régimen criminal del primer al último día, no debería abstraernos de los matices. Muchos de ellos aparecen en el libro de dos volúmenes ¡¡Hola, Mr. Pop!! de Ignacio Faulín Hidalgo (Silex, 2023), que explican el estallido de la cultura pop de la sociedad de consumo del siglo XX en España.