Libros y cómic

Exhiben su potencial

No solo libros: las bibliotecas alzan la voz y exigen que les des un poco de cariño

  • Fotos: KIKE TABERNER

Tú, sí tú. Atiende un momento. La biblioteca de tu barrio tiene algo que decirte: ya está harta. “Hasta aquí hemos llegado”, explica. Ya no aguanta que sigas pensado que es simplemente un almacén de libros, una gris sala de estudio en la que permanecer en absoluto sigilo o arder en el infierno, un anacronismo del siglo XIX. La pobre está muy cansada de que ignores su potencial, de que pienses que en ella no hay material que pueda interesarte. Harta de que que pases de su cara, básicamente. Ah, bueno, tampoco le gusta un pelo que asocies a sus trabajadores con señoras gruñonas, de moño bien estirado, gesto malhumorado y nulo interés por establecer contacto con otros humanos. No, no tienes nada contentas a las bibliotecas valencianas. Especialmente, porque sus paredes son un centro para la libertad, un espacio que garantiza la democratización de la cultura y en el que absolutamente todos, todos, todos los ciudadanos tienen cabida. Y tú no lo valoras. Para acabar con los prejuicios y las visiones trasnochadas, nació hace poco ‘Biblioteques Inquietes', una campaña del Col·legi Oficial de Bibliotecaris i Documentalistes de la Comunitat Valenciana (Cobdcv) que busca reivindicar la riqueza de estos espacios. A ver si las tratas con un poco más de cariño.

Josep Darás, bibliotecario de Onda, lo tiene muy claro: “si pides a cualquiera que te defina una biblioteca, hablarán de silencio y libros. La realidad es que, pese a que continuamos siendo silencio y libros, también somos jaleo, movimiento, actividades…Hay que cambiar ese cliché”. ¡Luz y taquígrafos! ¡Que alguien traiga un megáfono! Las bibliotecas están muy, pero que muy vivas y han decidido que es hora de que todo el mundo se entere.

“Somos necesarios, pero también somos los grandes desconocidos porque la sociedad no es consciente de todo lo que le podemos aportar. Es importante romper estereotipos y demostrar que vale la pena apostar por nosotros. Creamos una red con la sociedad, no somos un contenedor de libros “, indica Amparo Pons, presidenta del Cobdcv y responsable de la biblioteca del Museu Valencià d’Etnologia. En ese sentido, ostiene que el acceso a la información “es una necesidad vital”. Las bibliotecas ejercen como salvaguardas de ese derecho y acogen “a cualquiera, sin importar su condición económica, nivel cultural, edad o capacidades… Por ejemplo, se están poniendo en marcha proyectos de lectura fácil (un sistema adaptados para personas con dificultades cognitivas)”. 

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