VALÈNCIA. ¿Qué tiene que ver Taylor Swift con Las Meninas?, ¿y las Kardashian con el minimalismo? A simple vista puede parecer casi imposible enlazar a estas celebridades con conceptos propios de la arquitectura o la historia del arte, pero hay quien consigue ponerlos en la misma sala. Esta es la tarea de Carla Serrano, más conocida en redes como La inercia. Una divulgadora de arte que explica todo “muy rapidito” y de manera muy sencilla y que ahora publica el que es su primer libro Una historia del arte muy rápida (Penguin) en la que repasa la historia del arte del paleolítico al posmodernismo desde una mirada “alternativa” y hay que añadir que bastante única. 

Con motivo de acercar la historia del arte al lenguaje de las redes sociales Serrano consigue encapsular “las luchas y revoluciones de cada época” -a rasgos generales, evidentemente- en menos de trescientas páginas en las que mantiene siempre el ritmo y tono adecuados como el que emplea en sus redes aunque adaptado al formato literario. “Hay que pensar cómo adaptar y estructurar la historia del arte de una manera diferente y para otro tipo de públicos. La historia del arte tiene que salir de los manuales y de un orden tan cerrado y cronológico”, apunta la autora. 

Atendiendo a su condición de divulgadora, intenta salirse de los esquemas para hablar del arte más allá de lo plástico, centrándose también en la arquitectura y partes de la historia a las que “no se suele prestar atención”. Lo hace poniendo especial atención en las historias que construyen el contexto histórico y que para ella son cruciales para comprender el mundo y la historia del arte: “Pensé que era más interesante escribir el libro comprendiendo cómo el arte es hijo de cada contexto y luego ordenando un poco por disciplinas. Me interesa generar una cronología que se salga de la idea del manual y que pueda sentirse más cercana”.

Tanto es así que Serrano cuela algunas pistas entre las páginas de lo que más le apasiona, como puede ser la obra de Remedios Varo o comparando algunas páginas de la historia con artistas como Beyoncé. Deja espacio para poner lo que le gusta mientras mezcla el relato real de la historia con su opinión de una manera cercana: “Creo que esta manera de escribir hace que la gente se sienta en casa y aunque yo tenga un punto de vista u otro también puedo describir qué significa. Puedo decir que el neoclásico no me gusta, pero también sé valorarlo desde un punto de vista objetivo”. 

Con una cronología de lo más rica y extensa, Serrano consigue contar Una historia del arte muy rápida que le sirve para acercar el arte a todo tipo de públicos y que entrelaza pasajes más teóricos con algunos “capítulos” más divertidos. En ambos capítulos introduce preguntas para los lectores y hasta pasajes de “salseos” entre pintores, consiguiendo que se mantenga la atención como haría con los vídeos de divulgación que publica en redes sociales. “Como divulgadora me interesa que lleguemos a todo tipo de perfiles y que se entienda el arte. Para mí la forma de hacerlo es comparar la importancia de algo con la que tiene Taylor Swift con su gira o con otros conceptos que se comprenden en el siglo XXI”.

“Es un libro que tiene bromas que son bastante universalizables y que consigue generar un guion que trabajado con paciencia y cariño puede llegar hasta a los más jóvenes”. Para componerlo se centra en una parte de la historia más “entretenida” y en una cronología en la que habla de todo tipo de arte, pasando desde el diseño hasta la fotografía y tocando también la arquitectura. Lo hace también desempolvando alguno de los apuntes de la carrera que le ayudan a darle una vuelta a los conceptos más complejos gracias a su capacidad de síntesis, que es crucial en este libro.

“Soy una persona a la que no le gusta irse mucho por las ramas, así que si puedo explicar algo en tres líneas lo hago. Para que funcione me sirvo de muchos ejemplos e historias que conecten el relato con el contexto. Lo hago mientras intento que el lector se quede con una imagen general de lo que le rodea”, explica la divulgadora en una entrevista que, como su libro, se resuelve de una forma muy rápida y que demuestra que ella es algo así como la Taylor Swift de la historia del arte: alguien que ha jugado a reinventar los formatos para llegar a todo el mundo.