Limpiando la Justicia valenciana

VALÈNCIA. Cuando uno entra en el hall de la Ciudad de la Justicia de Valencia siente un olor peculiar que le entra por la nariz. La garganta pica un poco. Los efectos secundarios del incendio todavía se sienten cuando se pasea por allí. Si bien es cierto que no es nada comparado con el lunes, cuando el olor a chamusquina te recibía como una bofetada a más de 20 metros de la puerta.

Valencia Plaza ha entrado hasta el mismísimo corazón de la zona cero para ser testigo de excepción de los trabajos de limpieza y adecuación del edificio. En los planes de la Conselleria de Justicia está reabrirlo el martes y, para ello, han puesto a una equipo de 70 personas, entre limpiadoras y personal especializado para cumplir con los plazos.

Las labores de desescombro y retirada del material afectado van viento en popa. De hecho, el Juzgado número 1 de Primera Instancia, el del juez más diligente de España, ha desaparecido. Allí ya no queda nada. Ahora es un espacio diáfano donde varios operarios desmontan la talla del techo y retiran cualquier elemento que pueda entorpecer la segunda fase de limpieza. Según cuenta la gerente del edificio, se ha tomado la decisión de tirar todo el mobiliario de los tres juzgados que se vieron afectados por el humo y el hollín, pero que no llegaron a arder. Del juzgado número 3 tan solo se salvarán de la basura los expedientes que no ardieron, y que por suerte han sido muchos más de los esperados.

La limpieza

Para poder retomar la actividad normal se ha decidido que lo primero que hay que hacer es limpiar de escombros y mobiliario toda la zona afectada. También se está retirando toda la talla del techo que acumulaba hollín tanto en la propia talla como por dentro. Los paneles de escayola se apilaban este viernes contra las cristaleras a la espera de su retirada definitiva. Para evitar que el olor a quemado llegue al resto de los juzgados, las puertas permanecen selladas a ambos lados del zaguán. Así, aunque los operarios abran las de la zona cero para trabajar, el resto del edificio queda a salvo de ese olor tan pegajoso que el miércoles provocó diversos síntomas médicos entre los trabajadores del centro.

Según explica la gerente, en cuanto esté todo terminado se procederá a una segunda fase consistente en el sellado de los conductos del aire. Una vez sellados, será el momento para una empresa especializada que, por un lado, limpiará esos conductos con máquinas especiales para retirar restos de un incendio y, por otro, se procederá a retirar y limpiar cualquier resto de hollín que pueda quedar.

Arriba y abajo

Tanto la zona inmediatamente superior, como inferior a la zona cero quedaron afectadas por restos del incendio. En la planta de arriba entró humo, y en la de bajo agua. Son esas zonas donde una legión de mujeres incansables, llevan desde el pasado domingo a turnos sin parar. Ellas limpian una y otra vez. Por sus expertas manos han pasado hasta los expedientes que ahora relucen como si acabaran de llegar al juzgado. Los suelos brillan, las mesas también, y el olor a desinfectante lucha por ganarle la batalla a los restos de olor a incendio. Parece cosa de magia volver a percibir en la lejanía la normalidad, pero no es magia, son las chicas del servicio de limpieza, las verdaderas heroínas junto con los bomberos de este cuento de terror que ha paralizado la Justicia valenciana.

El resto de juzgados, los que no se vieron afectados ni por humo ni hollín, pero que este miércoles seguían oliendo como si los hubiesen colocado en medio de la zona cero, ya están casi listos. Las expertas manos de las chicas también han dejado relucientes cientos de mesas de funcionarios, jueces, letrados de la Administración de Justicia y fiscales. Las ventanas de todos los despachos permanecen abiertas y el aire acondicionado está a toda pastilla cogiendo aire del exterior, así se renueva constantemente y si queda algún resto desaparece.

Pasear por sus pasillos vacíos es sobrecogedor. Parece una película de ciencia ficción donde toda la gente del planeta hubiera sido abducida. Las puertas de los pasillos cerradas a cal y canto para evitar que entre más olor, y hollín, mientras se terminan las labores en la zona cero crea una especie de vacío que resulta muy extraño a quien está acostumbrado a ver esos pasillos, y esos despachos, llenos de vida.

Los expedientes

En cuanto a los expedientes que hay que limpiar, salvo los del juzgado que ardió, todos los demás ya están guardados en cajas numeradas que han sido trasladadas a una habitación especial para su limpieza. En dicha habitación, el aire acondicionado ha sido desconectado para evitar que los restos de partículas del incendio se puedan filtrar a otras zonas del edificio.

La gerente explica que se ha contratado a una empresa que se dedica específicamente a este tipo de trabajos y que, obviamente, y debido a la materia tan sensible que conforman dichos papeles, se ha decidido que ningún expediente abandone la ciudad de la Justicia.

La duda que sigue planeando es si todos estos trabajadores podrán llegar a tiempo al día D y a la hora H, es decir, el lunes cuando se reúna la Sala de Gobierno que debe decidir si la Justicia valenciana vuelve a caminar o sigue unos días más en la UCI.

Lo único que ya se sabe a ciencia cierta es que son tres cosas: la primera que, se ha declarado la inhabilidad y suspensión de todas las actuaciones judiciales de los juzgados afectados, del 1 al 4, al menos hasta el 24 de septiembre. La segunda, declarar la inhabilidad de todas las actuaciones judiciales de los juzgados de Primera Instancia 5 a 7 y 10, salvo la celebración de vistas y juicios ya señalados, hasta el día 24. Y por último, y tal y como informaba este sábado Valencia Plaza, que se solicita a los procurados que la presentación de escritos se efectúe escalonadamente ante el temor de un aluvión que colapse el sistema.