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Los actores porno responden: arte y educación en la industria del sexo

16/06/2016 - 

VALENCIA. Inspirada en los encuentros que se organizan en Holanda o Berlín, los organizadores del Valencia Sex Festival quieren dejar claro que su propuesta no es un salón de porno pues, aunque sí acoge muchas actividades de las que estos contienen, su poso es siempre de carácter "festivo, lúdico, participativo y educacional". Con parte del camino andado, ya que la previa ha llevado en las últimas dos semanas actividades y exposiciones a espacios como el Centro de Cultura Contemporánea Octubre o Espai Llimera, el 17 y 18 de junio aterriza en Feria Valencia con un macroevento en el que esperan recibir en torno a 7.000 y 10.000 visitantes.

Con el objetivo de eliminar el "velo negro" de la industria pornográfica y la imagen turbia del negocio del sexo, explicaron los coordinadores del evento Issac Torres y Anarella Martínez, el evento contará con más de un centenar de shows en los que confluirá toda la "amalgama" de tendencias sexuales sin distinción y "sin etiquetas", con dj's, conciertos, cerca de 50 actividades y más de 40 stands para productoras y empresas del sector. Durante la presentación los organizadores estuvieron acompañados del director Nico Bertrand y los actores Mitsuki Sweet, William Sexdick, Kay Garneller y Colby Keller, todos trabajadores del porno que, sin embargo, han querido dar una impronta especial a una labor en la que no todo es correrse.

Decía Carmen Machi en el corto de Almodóvar La concejala antropófaga que el sexo es un asunto social y, por ello, el análisis del tipo de pornografía que se presenta, se consume y se diseña desde el gigante de la industria es vital para conocer cómo entiende la sexualidad la ciudadanía. Del mainstream y los cuerpos estereotipados al cine independiente, sus protagonistas son conscientes de que su trabajo configura la mente de millones de personas en todo el mundo que ven en su fantasía posibles realidades. También se han convertido en parte no buscada de la educación sexual, todavía tabú y poco explorada incluso en países desarrollados como España. En este contexto, además, buscan dar una vuelta de tuerca al sector con formatos novedosos y enfoques arty. El porno responde.

Mitsuki Sweet y William Sexdick, actores y performers

-¿En qué punto se encuentran sexo y arte?
- W: En nuestros shows tratamos de acercar al público un espectáculo teatral, más natural, queremos que tenga un envoltorio bonito, jugar con la escenografía y la música. Yo no tengo el físico del típico actor porno, somos dos personas normales.
- M: En el escenario mezclamos sexo y teatro. En uno de nuestros espectáculos utilizamos música clásica, empezamos a Las cuatro estaciones de Vivaldi y terminamos con Requiem for a dream. En una mezcla bizarra, la historia de dos enfermeros enamorados en la que hacemos referencias constantes a La Naranja Mecánica.

-¿Qué papel tiene la pornografía en la educación y liberación sexual?
-W: En España no hay educación sexual con lo que el primer contacto de los adolescentes con este tema es siempre a través de la pornografía.
-M: No hay referencias sobre lo que hacer o no, así que acuden a Internet donde encuentran, sobre todo, porno mainstream que muestra cuerpos estereotipados alejados de la realidad. También es cierto que nosotros generamos fantasía, estamos actuando y haciendo cosas para que la gente se masturbe. El público, cuando ve una película convencional, sabe que es ficticio, pero en el porno lo toman como real. Nosotros, cómo hacemos porno alternativo nos gusta proponer estéticas diferentes. Queremos estar en la industria a nuestra manera. 

Kay Garnellen, trans queer artist

- A muchos les costará relacionar cultura y pornografía...
- Para mí la unión es básica. Soy un artista y trabajo mayoritariamente sobre sexualidad y género, así que se ve reflejado en mi trabajo, ya sea en performances, teatro o fotografía. Hago espectáculos a los que llamo extreme burlesque, en las que me desnudo, algunos más fuertes que otros, y hay danza contemporánea. Por supuesto hago películas, pero en mi carrera entran muchas otras cosas, como documentales o work-shops

- Entre el mainstream y el independiente, ¿dónde acaba el negocio y empieza el activismo?
- Yo no estoy aquí por 'el negocio', considero que todo el porno que hago es desde el activismo. Todavía no he logrado entrar en el mainstream, así que hay una gran parte de la propia industria que no está educada. Empecé en porno porque quería que todo tipo de cuerpos estuvieran representados, que otro tipo de físico y sexualidad esté presente. Me considero open sexual, no hago distinción entre hombres, mujeres, trans… no hay cajas cerradas. No sé si educo al espectador, pero sí abro la mente para que tomen aquello que quieran o conozcan lo que no conocían.

Colby Keller, actor y performer

- Eres una de las grandes estrellas del cine porno gay, ¿emite el mercado mainstream una única visión de la sexualidad?
- Este es un negocio que parte del capitalismo, del que no soy muy fan, y produce lo que, dicen las compañías, vende. Llevo en la industria una década y ahora gano menos, estoy evolucionando a otro tipo de creador, pero hay que sobrevivir encontrando el punto medio en esas dos áreas. Es verdad que, por experiencia propia, he comprobado que el mundo es muy racista, no solo porque vea que contratan a menos actores negros y más blancos musculados. Después de ser expulsado de mi apartamento de Baltimore por no tener dinero decidí regalar todo lo que tenía hasta quedarme, literalmente, sin zapatos. Una de las cosas que di fue mi cuenta de Instagram a una joven artista afroamericana con la que fui a la escuela Después de publicar un par de selfies me quedé en shock al comprobar lo racistas y misóginos que eran los comentarios, ¿el resultado? bloquearon mi cuenta y no la de los que comentaban.

-¿Cuál es el punto de encuentro entre sexo y arte?
- Es muy importante el contexto, la intención, como lo define la propia audiencia. He estado trabajando en el proyecto Colby does America aproximadamente durante dos años, que se ha financiado a través de crowdfunding. Es colaborativo, viajamos con poco dinero por todos los Estados y hacemos en cada uno un vídeo. El proceso incluye sexo pero para mi es más una metáfora sobre la propia colaboración.

Nico Bertrand, director

- El lema del festival es "El porno es cultura", ¿lo es?
- Aunque siempre digo que soy director porno para abreviar no me considero un director a secas, más bien soy una persona que cuenta historias que pueden tener sexo explícito o no, por lo tanto hay cultura. Para mí, la pornografía puede ser o no cultura, pero tener una alternativa como este festival para explicar esta opción es maravilloso. Esta visión no la aplico solo en vídeo, también en fotografía, documentales, fashion films o videoclips, no necesariamente porno. Lo que yo hago es cultura e información. Uso el sexo para dar alternativas o hablar de ciertos tabús, presentarlos de una manera más normal al público. Por ejemplo, yo siempre grabo sexo real, no hay tiempo pactado.

- ¿Qué papel tiene la pornografía en la educación y liberación sexual?
- Sí hay educación a través de la pornografía, es interesante, pero también veo que no la haya. Debe venir de otro punto, no podemos ser responsables porque es un negocio, no se va al interés social. Yo no sigo un patrón, lo que hago es sentar una bases muy leves educacionales en todo el contenido que hago, pero sin obsesionarme con ello. La educación tiene que venir de otro punto de vista. Cuando era pequeño me enseñaron biología, pero no sexo, no a gestionar las fantasías y el placer.

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