VALENCIA. La familia Ballester ha confiado la gestión de sicav Raichu Inversiones al Deutsche Bank, concretamente a su división de gestión de activos de la filial española (DWS Investments), en sustitución de Bankia. Así lo constató ayer por la tarde este diario de la base de datos pública de la Comisión Nacional del Mercado de Valores (CNMV).
Los gestores de DWS, que llevan dicho vehículo de inversión desde Valencia según ha podido saber este diario, son los mismos que también gestionan una tal Grattarola Inversiones. Hablamos de la sicav más potente del empresariado valenciano -propiedad de Pablo y Ana Serratosa Luján-, con un patrimonio al cierre de 2015 de 54,34 millones de euros.
Raichu Inversiones es una de las históricas sicavs de la 'city' valenciana -fue registrada por el supervisor español en agosto de 2001-, que cerró el pasado año presentando sus mejores números en cuanto a patrimonio durante los últimos ejercicios. Así, a 31 de diciembre pasado contaba con 7,05 millones de euros, casi un 7% por encima de los 6,60 millones del cierre de 2014. Además, la rentabilidad acumulada durante 2015 fue del 6,81% en un año marcado por los fuertes vaivenes de los mercados.
Esta sociedad de inversión de capital variable, que contabilizaba solo 107 accionistas -siete por encima del mínimo legal establecido... y uno de ellos con el 99,72% de la cartera-, está en manos de la familia constructora valenciana Ballester, cuya firma Edificaciones Calpe se declaró en concurso a finales de 2012, con un pasivo de casi 300 millones de euros. De ahí que dicha firma figurase en el listado de morosos que la Agencia Tributaria hizo público el pasado 22 de diciembre, con una deuda de 17,17 millones de euros.
Al frente de la presidencia de Raichu Inversiones figura María José Morales Gabriel, la mujer de Andrés Ballester Ríos, mientras también aparecen en el consejo de administración sus hijas María José y Reyes de esta sicav muy diversificada, con posiciones en renta fija, renta variable y participaciones en instituciones de inversión colectiva (IIC) como fondos.
Entre las posiciones más conservadores se dejaban ver principalmente deuda soberana (Bonos del Estado), participaciones en Bestinver Internacional y un depósito en Bankia entre otras.
En cuanto a las más arriesgadas -acciones- aparecían títulos de Telefónica, REE, Bankinter, Popular, Inditex, Ferrovial y Grifols en cuanto al plano doméstico; mientras que de puertas afuera contaba con acciones de ING, TotalFina, Allianz, Microsoft, Philips, Volkswagen, Intel, BMW, BoFA, Technip, Airbus, Apple, Alphabet y Hermès.
Todo ello con participaciones en IIC gestionadas por firmas de la talla de Amundi, Carmignac, Invesco y M&G, por citar las de mayor peso inversor, que representaban el 18% de la cartera a 31 de diciembre de 2015.
