VALÈNCIA. Bares culturales. Ayuntamiento de València. Los micrófonos. Fue el pasado mes de julio cuando, tras la modificación de la Ley de Espectáculos, los bares culturales –asociados en Abacu- mantuvieron una reunión con el concejal de Espacio Público, Carlos Galiana, que acabó con buen sabor de boca. Con el reto de modificar la ordenanza municipal con la que interpretar la ley autonómica, por fin se generó un documento con propuestas concretas que tienen, en el fondo, un objetivo: que los bares culturales existan a ojos de la administración. La confusión legal generada por la existencia de espacios que nadan entre el centro cultural, el bar y, en ocasiones, la sala de conciertos obligaba a una actualización que no llega al ritmo esperado. Desde julio, micrófonos apagados. “Desde entonces no hemos tenido ningún contacto con ellos”, explican Gema Clara, Martín Rey y Ricardo Antenucci, tres representantes de Abacu.
La propuesta de la agrupación versaba sobre distintos tipos de sala especificando qué actividades podría desarrollar cada una de ellas, detallando en cada uno de los casos qué puede o no desarrollar el bar, un documento tildado en su momento de “interesante” por parte de Galiana. A pesar de que el texto, que debía ser remitido a la concejala Pilar Soriano, quien desde su área está desarrollando la ordenanza de contaminación acústica, ya está en el buzón de entrada del consistorio, la comunicación está congelada. “Hay voluntad, pero no acción”, critican los gerentes de bares culturales. Por su parte, desde el ayuntamiento especifican que la redacción de la ordenanza está en su fase final, aunque la interlocución no ha seguido. "Estamos fuera los marcos", recalcan desde Abacu, sobre la falta de una interpretación local de la norma autonómica, una ley que no les satisface pero sobre la que deben trabajar en cada municipio. En situación de "completa desobediencia" los bares culturales programan presentaciones de libros o encuentros con ilustradores, un "limbo" que sigue sin concretar el consistorio.
En estos meses la asociación ha acercado posturas con las asociaciones de vecinos, a quienes han trasladado que “no es incompatible la actividad con su descanso”. De hecho, las actividades que proponen tienen en todo caso como límite horario las 22 horas. “Los vecinos están más abiertos y receptivos a nuestra programación […] el tiempo ha sido el mejor educador”, explica Gema Clara. No en vano, y con el objetivo de divulgar su papel como agente cultural de la ciudad, la entidad prepara una segunda edición del microfestival Abacu Week, que llegará a final de noviembre. “El público nos respalda, València ha cambiado porque estos eventos existen”, explica Ricardo Antennuci, quien destaca la importancia de estos espacios en el contexto cultural, pues acogen propuestas que no encuentran lugar en salas y centros tradicionales.
Curiosamente, la relación entre el consistorio y los bares culturales es distinta dependiendo de la concejalía con la que interlocuten. Si bien su encaje legal todavía está por determinar, esto no ha frenado su colaboración con el área de Cultura, liderada por la concejala Glòria Tello. Por un lado, Abacu fue una de las entidades beneficiarias de su programa de subvenciones a proyectos culturales, recibiendo una ayuda de entre 830 y 1.500 euros, una relación que no acaba ahí. Dentro del proyecto ‘Cultura als barris’, con el que el Ayuntamiento genera un goteo actividades de distinto tipo en la ciudad, Abacu colaboró en la ejecución de tres ‘Combates de ilustradores’, actividad que habitualmente se realiza en Rivendel y que el pasado mes de octubre llegó a Malilla, Aiora y San Marcelino.
Con una quincena de bares culturales asociados en Abacu, su organización y conversión en apenas un año en interlocutor con la administración ha hecho que muchos espacios de otras localidades se hayan interesado por el trabajo que se está desarrollando en València. La asociación está compuesta actualmente por Ubik Café, Rivendel, Monterey, Café Museu, Biplaza, Sofartcafé, Delorean, Cruz del Sur Shambala, La Vitti, Casa Cabanyal, Work in Progress, La Pilona, La Fábrica de Hielo, Festinar y El Volander, espacios a los que pronto se podrían sumar bares de otras localidades de la provincia e, incluso, de Castellón y Alicante. Unidos por la “frustración” provocada por la falta de avances en su interlocución con la administración, desde Abacu confirman que su intención es virar hacia una asociación de ámbito autonómico que facilite la comunicación y desatasque la aplicación de la Ley de Espectáculos en distintos territorios.
Efectivamente, esta problemática no se circunscribe solo a la ciudad de València. Municipios de toda la Comunitat están a la espera de que sus respectivos ayuntamientos aplique la renovada Ley de Espectáculos, un retraso que en algunos casos se ha demostrado como letal. El pasado mes de septiembre cerraba sus puertas la emblemática sala Four Seasons en Castelló, que se suma a una lista de ‘desapariciones’ junto a La Consulta del Doctor, Legend o L’espurna. Este es un ejemplo concreto, de las distintas realidades que contempla la aplicación de la ley en todo el territorio.
Hace un año que la asociación de bares culturales impulsaron la Abacu Week, una suerte de festival cultural que propone en distintos puntos de la ciudad actividades como sesiones de cine, conciertos y exposiciones. Su nacimiento iba vinculado a la reivindicación de estos espacios como polos de programación cultural, con el objetivo de “dar a conocer la importancia de estos bares en la construcción de una ciudad en la que la cultura sea cercana y esté al alcance de todos y que no se quede relegada exclusivamente a los grandes eventos e infraestructuras”. Ahora llega una segunda edición que se preveía como la de la celebración de los éxitos en materia legislativa. “Seguimos igual que en el primero. Pero no nos vamos a ningún lado”, indica Gema Clara. Habrá que esperar a la tercera para celebrar, pues. Con o sin avances, lo cierto es que Abacu Week ya está en marcha, con una programación que se desarrollará entre el 26 de noviembre y el 2 de diciembre y que pondrá este año más peso en el Cabanyal.
El festival incluye actividades de distinto ámbito, con conciertos de Molara, María José Hernández, Lizzy Lee & Jordi Soriano o Daniel Hare; presentaciones libros como Cine de terror 1930-1939. Un mundo de sombras o El ajuar de los niños pequeños; las exposiciones Ratas Gráfikas de Jorge Abuin o Tha Valencia’s bike spirit, de David Art Studio; o un anti-tour por la zona cero del Cabanyal. La programación se completa con actividades como el ciclo de cine ‘Feminismo africano’ que tendrá lugar en Rivendel; la subasta de discos, juguetes y objetos únicos en Café Museu; un taller de pastelería familiar en Casa Cabanyal; intercambio de idiomas en Ubik Café o improvisación teatral en La Pilona.
Consulte la programación íntegra de Abacu Week 2018 aquí.