Hoy es 11 de octubre
VALÈNCIA. Los bonos de Aguas de Valencia, que cotizan en la Bolsa de Luxemburgo, han puesto rumbo a sus máximos históricos fechados a mediados de diciembre pasado, cuando marcaron una rentabilidad del 1,27%, tal y como se aprecia en el gráfico adjunto. De momento, ayer se pagaban prácticamente al 1,18%, un 26% por encima del 0,95% que marcaron hace poco menos de un mes.
Estos activos de inversión, cuyo estreno en el parqué del Gran Ducado tuvo lugar el 23 de junio del pasado ejercicio, se mueven como todos los de renta fija: cuando sube el precio baja su rentabilidad y viceversa como está sucediendo en estos momentos. Las 'tires' (rentabilidades) están subiendo ante las cada vez mayores perspectivas de que la inflación comience a dejarse ver a esta orilla del Atlántico. Y ahí está el caso también del bono español a diez años -el que se utiliza para medir la prima de riesgo comparándolo con su homólogo alemán-, que estos días ha llegado a marcar máximos desde noviembre de 2015 al rozar el umbral del 2%.
La reciente subida de tipos de interés en Estados Unidos y las expectativas de que más pronto que tarde el BCE comenzará a retirar de manera ordenada sus estímulos monetarios -lo que se conoce en la jerga como tapering- están obrando a favor de la subida de las 'tires' de los activos de renta fija como está sucediendo con los bonos de Aguas de Valencia, cuya fecha de vencimiento corresponde al 23 de junio de 2023.
Los mismos que fueron registrados en el parqué luxemburgués mientras los británicos votaban por su permanencia en la Unión Europea y que a la postre derivó en el Brexit. Por cierto que ayer la primer ministra, Theresa May, anunció que el próximo 29 de marzo se activará el artículo 50 del Tratado de Lisboa. O lo que es lo mismo: el 'desenchufe' del Reino Unido de la Unión Europea.
Este jueves se cumplirán los nueve primeros meses de vida de los bonos de Aguas de Valencia en la Bolsa de Luxemburgo, que llegaron a tocar un mínimo de rentabilidad del 0,61% a primeros de septiembre pasado, pero que desde ahí comenzaron una escalada hasta alcanzar el 1,27% tres meses después. Desde ahí aflojaron su marcha llegando a retroceder al 0,95% de finales de febrero pasado para volver a recuperar posiciones al calor de la expectativas de inflación.
Conviene recordar que estos activos de inversión, enfocados a los institucionales (fondos, sicavs, aseguradoras, gestoras...), se integran dentro de una emisión por valor de 17,2 millones de euros en lo que fue la vuelta a los mercados de la compañía presidida por Eugenio Calabuig. Aguas de Valencia (AVSA) llevó a cabo esta emisión de deuda dentro del programa EMTN del Euromercado bajo un importe máximo registrado de 50 millones de euros.
Tal y como avanzó este diario el verano pasado, Bankinter fue el coordinador (arranger) e intermediario designado (dealer) de esta emisión, cuya misión no es otra que ampliar su abanico de financiación a los mercados mayoristas y no tener que depender de la financiación puramente bancaria. Además, no hay que olvidar que la firma controlada por Inversiones Financieras Agval ya conoce bien los mercados porque ya cotizó en la Bolsa de Valencia. Concretamente lo hizo en el mercado de corros donde fue uno de los grandes animadores en la década de los 80 y 90 bajo el sistema de 'viva voz'.
Precisamente todavía quedan unos 45.000 accionistas -el 2,3% del capital- que no acudieron a la OPA de exclusión lanzada por la compañía valenciana -rebautizada como Global Omnium fuera de la provincia- y que tienen de tiempo para acudir hasta el próximo 31 de marzo. AVSA sigue poniendo sobre la mesa el mismo importe que pagó en verano pasado por el 33% que estaba en manos de Suez Environnement y Criteria, es decir, 125 euros por título. Si todos los minoritarios que por cualquier circunstancia no hubieran podido acudir antes -bien por extravío, despiste, desconocimiento... tal y como suele suceder en las OPAs de exclusión-, AVSA debería desembolsar 5,64 millones de euros.