La mayoría de los magistrados son de corte conservador y, al igual que ocurre con el Consejo Fiscal, se prevé un giro a la derecha
VALENCIA. El acuerdo sobre el Consejo General del Poder Judicial (CGPJ) alcanzado entre el Partido Popular y Ciudadanos, en el hipotético caso de que Mariano Rajoy vuelva a ser presidente, volvería a implantar el modelo por el cual 12 de los 20 vocales serían elegidos por los propios magistrados, los otros 8 miembros saldrían a propuesta del congreso y del Senado.
Este cambio se realiza con la firme intención de despolitizar el órgano de gobierno de los jueces. A priori, se abriría la posibilidad de pertenecer al CGPJ a todos los miembros de la carrera con un sistema de elección democrático. Pero como todo en la vida, ni todo es blanco ni todo es negro.
En Estados Unidos se dice que cualquier niño puede ser presidente, pero nunca un niño hispano y pobre lo ha sido. En el nuevo sistema de CGPJ cualquier juez o magistrado se puede presentar, esté asociado o no. Pero cómo alguien que no pertenece a una asociación puede hacer frente a los gastos que supone hacer una campaña si no tiene detrás el apoyo económico que sí tienen los miembros de las asociaciones. Y si a eso añadimos una petición de avales para poder presentar candidatura, es mucho más complejo para un juez no asociado que para uno que sí los está.
Como ejemplo de ello tenemos el Consejo Fiscal. Los fiscales eligen de forma democrática a sus compañeros. Un fiscal, un voto. Sin embargo los miembros que salen elegidos son siempre fiscales o bien de la Unión Progresista de Fiscales (UPF) o bien de la Asociación de Fiscales (AF). Es más, el fiscal del Tribunal Supremo Salvador Viada de la Asociación Profesional Independiente de Fiscales (APIF), no logró entrar en el Consejo Fiscal al no tener el apoyo de una asociación mayoritaria detrás y eso que es uno de los fiscales más conocidos y combativos que hay en España.
Además, en el Consejo Fiscal siempre ha habido mayoría de la AF frente a los progresistas de la UPF, por tanto se prevé que el CGPJ gire a la derecha para quedarse allí.
La nueva fórmula que plantean los políticos no es tan nueva. De hecho fue durante el gobierno de Felipe González cuando se cambió a la actual forma de elección de los magistrados. El motivo del cambio fue conseguir que el CGPJ no fuera un órgano plagado de magistrados de derechas, ya que en aquella época a principios de los años 80 la mayor parte de los magistrados eran de un corte muy conservador.
La carrera ha cambiado mucho desde entonces, pero sigue siendo de un perfil mayoritariamente conservador aunque ni por asomo tan escorado a la derecha. Por tanto, si se vuelve al sistema de elección directa, los magistrados de la conservadora Asociación Profesional de la Magistratura (APM) tienen muchas más posibilidades de salir elegidos que los miembros de Jueces para la Democracia (JD). Aunque puede ser también que asociaciones como la Francisco de Vitoria o Foro Judicial Independiente tengan por fin acceso al órgano de Gobierno de la jueces, algo que hasta ahora tienen bastan vetado.
Otra de las preguntas que surgen con el cambio es si realmente es un sistema democrático. Decía en su día Miguel Miravet, uno de los fiscales fundadores de la UPF, que por qué tiene que ser más democrático que solo voten los jueces en lugar de los legales representantes de los ciudadanos. Miravet se planteaba que los partidos políticos, más allá de las siglas, han sido elegidos por millones de ciudadanos en las urnas y sus decisiones son una extensión del sentir de los españoles. ¿Es más democrático que solo elijan los magistrados a una parte del CGPJ? ¿Han dejado los partidos políticos de lado su responsabilidad para con los ciudadanos? ¿Es este cambio una entonación del mea culpa de los políticos por la presunta politización de la Justicia?
Las respuestas no son nada fáciles. De hecho y según ha podido saber Valencia Plaza de fuentes de toda solvencia, ni siquiera en las propias asociaciones de jueces se ponen de acuerdo sobre si apoyar o no este cambio. Los progresistas no saben si apoyarlo porque son conscientes de que la mayoría de sus compañeros son conservadores, y los conservadores de la APM tienen miedo de que otras asociaciones como la Francisco de Vitoria o jueces sin asociar le quiten cuota de poder.