VALENCIA. Podemos se enfrenta al llamado Vistalegre II el próximo mes de febrero. Una cita en la Pablo Iglesias tratará de renovar su liderazgo veremos si con la oposición o no de Íñigo Errejón en primera persona. A esta Asamblea Ciudadana Estatal le seguirán los cónclaves autonómicos que en algunos casos también apuntan a dirimirse en una pugna entre estas dos corrientes.
En el caso de la Comunitat Valenciana este planteamiento es más complejo. El actual secretario general autonómico, Antonio Montiel, ha respaldado junto a buena parte de su equipo el manifiesto impulsado por los 'errejonistas'. Un posicionamiento público que es criticado por sus oponentes, que han preferido no alinearse con ninguno de los documentos o, en algún caso, se han inclinado por firmar ambos -el de 'errejonistas' y el de Anticapitalistas- para mostrar equidistancia y tener las manos libres para las reivindicaciones valencianas.
En este sentido, el sector crítico que perfila una alternativa para enfrentarse a Montiel es partidario de que el llamado Vistalegre II no ofrezca, tal y como ocurrió en la anterior edición, un conjunto de normas que obligue a que los cónclaves autonómicos se celebren bajo los parámetros de la asamblea estatal ni que la forma de organizarse venga dictaminada por Madrid.
Un deseo que se explica por la intención de este grupo de buscar una fórmula alternativa a la de un liderazgo único tal y como ostenta Montiel actualmente. De hecho, fuentes de Podemos alineadas con este sector señalaron a este diario que se baraja la posibilidad de que se pudiera conformar una dirección coral en el partido con varios portavoces o liderazgos, y no una única figura como secretario general.
Una maniobra interesante dado que precisamente el grupo de críticos es heterogéneo y en él tampoco sobresale con claridad un liderazgo evidente para tomar la batuta frente a Montiel. Así, las caras más visibles de este sector son los diputados Antonio Estañ, Sandra Mínguez, César Jiménez, Daniel Geffner, Cristina Cabedo y el senador Ferran Martínez. La idea de que algunos de estos jóvenes dirigentes sumados a otros pudieran plantear una fórmula de liderazgo compartido podría ser plausible si desde la Asamblea Ciudadana Estatal no se fija un impedimento sobre esta posibilidad o una hoja de ruta predeterminada e inamovible.
Cabe recordar que la fórmula de que pudiera existir una dirección colegiada con tres portavoces llegó a plantearse en su día en el ámbito estatal por parte de Pablo Echenique, una opción que se dejó de lado al vencer Pablo Iglesias.