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guerra civil socialista

Los críticos tratan de socavar las defensas de Sánchez de cara al Comité Federal

Caos en Ferraz en una jornada en la que se intensificaron las hostilidades de cara al Comité Federal

30/09/2016 - 

VALENCIA. El PSOE se enfrenta este sábado a una de las citas más complicadas de su existencia: un Comité Federal -incluso no se descarta que se produzcan dos distintos de cada facción- con un secretario general, Pedro Sánchez, no reconocido ya por la mitad de la dirección y un calendario lleno de incógnitas que deberán dirimirse en apenas 48 horas. 

El sector crítico, pese a la situación máxima de tensión acaecida este jueves, con el bloqueo de la Comisión de Garantías del partido y los impedimentos a la presidenta del Comité Federal, confía en que algunos allegados del secretario general puedan hacerle ceder.

Así, fuentes socialistas aseguran que si Sánchez y su entorno no aflojan el pie del acelerador, el Comité Federal se convertirá en una "especie de batalla campal". Para ello, desde el sector crítico se viene intentando maniobrar para conseguir que algunos de los afines al líder del PSOE contribuyan a aminorar la tensión ante, lo que consideran, una posición de "atrincheramiento" del secretario general que, incluso, algunos califican de "antiestatutaria".

No será fácil. Algunos dirigentes apuntan a Patxi López y la delegación vasca, una de las que mayoritariamente respalda a Sánchez, como una de las que quizá podría avenirse a tratar de convencer al líder de que ceda el paso ante el empuje de los críticos. Sin embargo, fuentes de la cuerda del secretario general opinan que no se producirá cambio alguno en su posición y que los opositores deberán recurrir a la moción de censura si quieren que Sánchez deje su puesto.

La realidad es que no se vislumbra la luz al final del túnel. Diversas fuentes socialistas apuntan a que los números están "muy justos": los críticos creen que tienen la mayoría para, en el caso de que Sánchez siga enrocado, doblegarle en el Comité Federal. En cambio, desde el bando de sus partidarios opinan que los número están de su lado en el citado órgano y, de hecho, aseguran que por eso mismo los críticos forzaron la vía de las dimisiones en la Ejecutiva.

Una situación que avanza hacia un choque de trenes de dimensiones casi apocalípticas. Veteranos dirigentes apuntan a que si Sánchez consigue salir 'vivo' del Comité Federal, la batalla no estará terminada. De hecho, algunas fuentes socialistas apuntaron a este diario a que la crisis podría extenderse al grupo parlamentario del Congreso, donde los críticos también se plantearían socavar a Sánchez. "Ya no podría contar con los 85 diputados", llegó a comentar un cargo socialista a este periódico. 

Por otro lado, si el líder del PSOE cae deberá ponerse al frente una Comisión Gestora. Lo curioso es que en federaciones como la valenciana se rechaza la abstención para que Mariano Rajoy pueda ser presidente. Una circunstancia que implicaría que el ataque a Sánchez se quedaría en un ajuste de cuentas de carácter orgánico: es decir, lo más probable es que el destino final -a juicio de la cúpula del PSPV- fuera igualmente las terceras elecciones, con lo que la maniobra se habría destinado a cortarle las alas al madrileño definitivamente.

Ximo Puig y Susana Díaz juntos en un acto. EVA MÁÑEZ

De hecho, uno de los últimos cartuchos que manejaban los críticos era que las elecciones vascas arrojaran un resultado que pudiera mover de alguna manera el escenario. No obstante, el resultado del PSE y del PP -idéntico número de escaños- permiten al PNV elegir a su socio para la investidura. Una circunstancia que reduce la necesidad para los nacionalistas vascos de implicarse en el juego estatal.

Precisamente uno de los argumentos que señalan las críticos para la dimisión en bloque de la mitad de la Ejecutiva es que, tras el nefasto resultado de las elecciones gallegas y las vascas, la reacción de Sánchez fuera la convocatoria del congreso todavía en medio del proceso de negociación de investidura. Un movimiento que generó malestar entre varios 'pesos pesados' autonómicos al considerarlo un "intento de blindaje", y que aumentó con las manifestaciones públicas del líder y su entorno dirigidas a señalar a sus opositores como activos deseosos de facilitar la investidura de Rajoy y contrarios a que decida la militancia. 

Unos argumentos que enervaron a los críticos, al considerar que se arrojaba a las bases contra determinados dirigentes con una premisa, a su juicio, irreal: es decir, la posibilidad de que Sánchez pueda alcanzar todavía un pacto para ser presidente. Situación que, a día de hoy, se antoja imposible a juicio de las manifestaciones de los que podrían ser hipotéticos socios.

El fantasma de la escisión planea en el ambiente

Tal y como están las cosas, una de las palabras que más se repetía con temor este jueves entre dirigentes socialistas era la "escisión" del PSOE. Un miedo justificado a tenor de la imposibilidad de llegar a un acuerdo siquiera para el marco básico de cara a la celebración del Comité Federal. 

A 24 horas de la cita orgánica, se espera que la Comisión de Garantías -donde los críticos tienen la mayoría pero no la presidencia- haga público un informe en el que valide las firmas de los dimisionarios y confirme que Sánchez ha dejado de ser secretario general. Una situación que, sin embargo, se teme que pueda no ser aceptada por el líder del PSOE y su entorno dado que la presidenta del órgano no habría convocado oficialmente la cita. 

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