VALENCIA. El turismo es la primera industria de la Comunitat Valenciana y a pesar de todo la política la ha tomado como una parte más de su legado e interés electoral en lugar de como un medio para aumentar el crecimiento económico a largo plazo para la economía valenciana. Así lo ven los empresarios valencianos del sector turístico que asistieron al desayuno sobre el sector turístico organizado por Valencia Plaza en el Hotel SH Valencia Palace.
En este encuentro de opiniones estuvieron directivos del área hotelera, gastronómica, de recintos de negocios, aerolíneas y oferta complementaria donde también reivindicaron la necesidad de estar unidos en la promoción. Javier Vallés, director general de SH Hoteles; Juan Manuel Baixauli, consejero delegado de Grupo Gheisa; Eduardo Nogués, director general adjunto de Avanqua; Alejandro del Toro, director de Marketing de Bioparc; Sylvia Andrés, directora del Palacio de Congresos de Valencia; Javier Andrés, gerente del grupo La Sucursal; José Calvo, comercial de la zona de Levante de Turkish Airlines; Alberto Iglesias, director del golf village Font del Llop, y Ana Ropero, directora de Love Valencia, fueron los encargados de reflexionar acerca del turismo en la Comunitat.
“En Valencia se han hecho muchas cosas pero sin contar con la empresa privada”, aseguraba Javier Vallés, director general de SH Hoteles. “Valencia hace una cosa, la diputación otra, y encima como tienen cuatro años quieren correr”, lamentaba. Por ello, una de las demandas principales del sector es que la empresa privada tenga más presencia en la toma de decisiones de promoción turística. “El problema del político es que hay dos o tres distintos y ninguno sabe de turismo”, cuestionaba Juan Manuel Baixauli, del Grupo Gheisa. “No quiero que vengan a aprender de nosotros sino a gestionar el turismo y se han hecho cosas pero no coherentes”.
Esta visión se adentra en el debate en el que está inmerso la Comunitat Valenciana. Mientras la Generalitat estudia la creación de una nueva marca paraguas para toda la Comunitat y hacer una nueva ley de Turismo que busca unificar todas las posturas, la Diputación presentaba hace algo más de una semana una nueva marca que sustituye a Terra i Mar. “Vendamos Comunitat Valenciana y luego que cada uno intente captar a los turistas, pero vendamos destino”, insistía Baixauli. ¿La marca responde a estamentos o a estrategia turística?”.
Javier Andrés, gerente del Grupo La Sucursal, ponía el foco no en la marca, sino en el relato. “Sabemos lo que es Benidorm pero no tenemos un relato interno de lo que es Valencia”, apuntaba. “Las marcas aparecerán porque tenemos los mejores diseñadores del mundo”. Eso sí, valoraba que el nuevo Gobierno haya optado por perfiles más profesionales y con conocimiento del sector turístico. “Antonio Bernabé- de Turismo Valencia- es un ejemplo clave, ha sido director general de Turespaña”, insistía. “El turismo es algo demasiado importante para dejárselo a los políticos”.
“El problema es que cuando haya cambio político también querrán cambiar la marca, y esto pasa en todos los sitios”, manifestaba la directora del Palacio de Congresos de Valencia, Sylvia Andrés. “No podemos ir con un stand con 59 nombres porque acabas confundiendo al señor de fuera”,aseguraba Alberto Iglesias, director del golf village Font del Llop. “Tú en Andalucía vendes Andalucía y dentro de ese nombre hay un abanico de opciones”.
Javier Andrés rememoró la desaparición de la marca Mediterrània. “No recuerdo una oposición por parte del sector”, aseguró. “Mediterrània nos definía como territorio, con un logotipo que no ha envejecido tan mal, se fue de un plumazo y nadie dijo nada”.
“Nosotros solo conocemos la cara fea del turismo en Bioparc porque empezamos en 2008, pero en 2015 hemos notado una tendencia al alza”, apuntaba Alejandro del Toro, director de Marketing de Bioparc. Una mejora que también ha sido notada por el resto de empresarios.
“La cosa está bien, mejor de lo que creíamos”, aseguraba el director general adjunto de Avanqua, Eduardo Nogués, empresa que opera el Oceanogràfic. “Habíamos hecho estimaciones de visitas y aunque todavía no hemos tenido tiempo ni capacidad sustancial de mejora vemos que el turismo está bien”. Sin embargo, coincidía con Del Toro en la existencia de un problema de comunicación global “muy manchado y salpicado por cosas que nada tienen que ver con nosotros”. Javier Vallés, director general de SH Hoteles, apuntaba a las mejoras teniendo en cuenta los últimos años pero reconocía que Valencia no llega al 60% de ocupación anual a pesar de ser una planta hotelera nueva. “Tenemos uno de los precios más bajos de toda España, y con un 60% de ocupación y esos precios mal vamos".
“Después de unos años de pérdidas de pasajeros las compañías vuelven a hacer que Valencia conecte con el mundo”, destacaba José Calvo, comercial de la zona de Levante de Turkish Airlines, quien recordaba que tras siete años de bajada de pasajeros en Manises se ha retomado la senda alcista. “En general estamos en muy buen momento para empezar a crecer después de estos años tan malos”.
“El turismo de reuniones va bien”, aseguraba Sylvia Andrés. “Somos la ciudad número 18 que no es capital de nación que acoge reuniones internacionales”, apuntaba. “Hemos pasado de tener diez reuniones internacionales a tener 30”, destacaba y reconocía que las infraestructuras, la climatología y la gastronomía son los grandes atractivos de la Comunitat Valenciana.
Ana Ropero, directora de Love Valencia, apuntaba a lo mucho que queda por hacer en el conocimiento del marketing digital en el área turística. “Es necesario ver dónde busca la gente información y trabajar las fases por dónde pasa hasta llegar al destino y que hay nuevas pautas de consumo”. También destacaba como cuestión clave la formación y la necesidad de que la universidad y los Centros de Turismo trabajen de forma conjunta. “Lo tenemos todo pero falta unidad y diálogo”.
“Si tú analizas tu vida tu principal socio es el Estado”, criticaba Baixauli.”Siempre es más y más dinero”. El consejero delegado de Grupo Gheisa apuntaba a la posibilidad de ponerse todos de acuerdo para hacer una acción conjunta pero daba un no rotundo a la tasa turística. “Lo que damos al Estado es demasiado, yo soy partidario de que ellos afinen el tiro”.
Mientras, Javier Vallés, de SH Hoteles, destacaba la opción de realizar aportaciones privadas para promociones específicas con el fin de conseguir algo, como por ejemplo, traer la Copa del Rey de fútbol. Javier Andrés se negaba a este tipo de tasas hasta que se condonaran por parte del Estado deudas como la de la America’s Cup o se modificar el modelo de financiación.
Alejandro del Toro, de Bioparc, entiende la necesidad de los políticos de ingresar, “pero meter más presión fiscal es malo”. Mientras, Alberto Iglesias, director del golf village Font del Llop apuntaba que desde la Federación de golf ya les cobran una tasa obligatoria de euro y medio a cada jugador no residente de la que sesenta céntimos se queda el club y el resto para la federación. Sin embargo, se quejaba de a pesar de que este dinero se debería utilizar para promoción de los campos turísticos se gastara en las escuelas de golf. “Si se crea el impuesto que repercuta en algo de donde viene para que vuelva al mismo sitio".
Se proyecta la mejora de la cartografía, los accesos y la señalización de esta joya de la ingeniería civil
También se ha acordado su participación en la Convención Mundial de Agencias de Viajes, que se celebrará en 2017 en Valencia