MADRID (EFECOM). El formato hipermercado vive desde hace años en un lento pero constante declive en España, claro perdedor de la guerra con los supermercados y sumido en una depresión de la que por el momento no parece saber salir.
Las cifras son elocuentes: de 2001 a 2017 este tipo de gran superficie ha pasado de concentrar el 19,1% de las ventas del gran consumo -categoría que engloba alimentación, droguería, perfumería, productos infantiles y material para mascotas- a quedarse ahora en un raquítico 13,3%, según los datos históricos que maneja la consultora Kantar Worldpanel.
Este descenso supone haber perdido casi un tercio de su negocio, un ocaso que ha llevado a las cadenas de hipermercados a apostar por lanzar nuevos tipos de tiendas con las que compensar el retroceso.
La decadencia de este modelo -que no es un fenómeno exclusivo de España- discurre pareja al auge del supermercado, al que la cercanía con el cliente le ha permitido crecer significativamente.
De hecho, la proximidad al establecimiento es un factor clave para seis de cada diez consumidores españoles, de acuerdo con una encuesta realizada por Kantar; es el segundo motivo más citado, sólo por detrás de la relación calidad-precio y muy por delante de la calidad de los productos, la limpieza, la variedad de marcas, las ofertas o el aparcamiento.
"Valoramos la calidad, pero no a cualquier precio, y la proximidad, lo que explica la caída de formatos más alejados del centro de la ciudad como el hipermercado", argumentó esta semana en un acto el director de Retail de la consultora, Florencio García.
Los hipermercados, localizados habitualmente en el extrarradio y en centros comerciales, cuentan con más plazas de aparcamiento, más metros cuadrados y mayor variedad de referencias, además de seguir siendo el canal que más promociones ofrece y el que suele apostar con más firmeza por la marca de fabricante.
Sin embargo, el supermercado -ubicado en el casco urbano y de un tamaño más pequeño- concentra ya cerca del 60 % del gasto gracias en buena parte a la carrera emprendida por las grandes cadenas del sector por aumentar su parque de tiendas y la superficie media y por colocar al producto fresco en el centro de su estrategia.
En España, tres grupos con hipermercados se sitúan en el top 6 de la distribución: Carrefour (8,7% de cuota), Eroski (5,6%) y Auchan-Alcampo (3,5%).
Carrefour prueba suerte en el segmento supermercado desde 2005 con la enseña "Express" -ya más de 600 establecimientos, la inmensa mayoría bajo régimen de franquicia- y desde 2010 con "Market" -actualmente opera más de un centenar de estas tiendas-.
A la aceleración de aperturas suma el lanzamiento de un centro especializado en comida "bio" y un acuerdo con las estaciones de servicio de Cepsa.
Eroski, por su parte, decidió en 2016 desinvertir en el segmento hipermercado a través de un acuerdo con Carrefour para venderle una treintena de estos centros y poner el foco en el súper mediano y la franquicia.
Tampoco Auchan España está al margen de esta tendencia, y de hecho ha comenzado a sustituir de forma progresiva el nombre Simply de sus supermercados para bautizarlos como Mi Alcampo.
La táctica desplegada por la mayoría de estas cadenas consiste, según García, en "mantener el contacto con el consumidor a través de las pequeñas tiendas para lograr que después vayan al hipermercado a hacer las grandes cestas de la compra", con un tique medio muy superior al del proximidad.
Por si fuera poco, la irrupción del comercio electrónico también es un factor de riesgo para la supervivencia del hipermercado, ya que internet supone una competencia directa a la hora de atraer al consumidor interesado en hacer una compra "de carga" con productos de peso como la leche, el aceite o el agua mineral.