Foto: Futuro Vegetal/ EP.VALÈNCIA (C.G./EP). Fue el pasado mes de octubre cuando dos activistas atacaron el cuadro Los Girasoles de Vicent Van Gogh, exhibido en la National Gallery de Londres, con una lata de tomate. Pocos días después unos visitantes lanzaban puré de patata contra una obra de Monet ubicada en el Museo Barberini de Potsdam, en Berlín. En el Palacio Bonaparte de Roma era El Sembrador de Van Gogh el que 'recibía' un puré de verduras. Estas acciones llegaban meses después de que un visitante lanzara una tarta contra la Gioconda en el Louvre, que no sufrió daños al estar protegida con un cristal, una serie de ataques que han hecho que el resto de museos europeos se pongan en alerta.
Tanto es así que el propio Ministerio de Cultura, tal y como avanzó Europa Press, emitió una misiva a todos los museos nacionales para instarles a extremar las medidas de seguridad y ser exhaustivos en el cumplimiento de las normas de acceso que los visitantes deben cumplir para acceder al recinto. En este sentido, el director del Museo del Prado, Miguel Falomir, confesaba hace algunas semanas que el centro había “intensificado” la vigilancia tras el ataque a la obra de Van Gogh, unas medidas que, sin embargo, no han sido suficientes. Este fin de semana el museo español era el escenario de un nuevo ataque contra el patrimonio artístico protagonizado por dos activistas ecologistas de la organización Futuro Vegetal, quienes se pegaron a los marcos de los cuadros de La maja desnuda y de La maja vestida de Francisco de Goya. En medio de ambas pinturas escribieron el mensaje "+1,5º" para "alertar sobre la subida de temperatura mundial que provocará un clima inestable y graves consecuencias en todo el planeta", informaron.
El Prado mantuvo cerradas al público la sala donde ocurrió el hecho durante varias horas para solucionar los “ligeros desperfectos” causados en los marcos de los cuadros, unos trabajos que se desarrollaron con normalidad y que permitió al público poder volver a visitar las piezas de Goya el mismo sábado. Sin embargo, los continuos ataques al patrimonio en distintos museos de Europa y, especialmente, el reciente caso en el Museo del Prado han hecho que no pocos centros museísticos se pongan en alerta ante la posibilidad de que un caso similar pueda suceder en sus salas.
En este sentido, los museos públicos valencianos, como pudiera ser el Museu de Belles Arts, el Institut Valencià d’Art Modern (IVAM) o el Centre del Carme, mantienen sus sistemas de seguridad con normalidad aunque, tal y como han explicado a este diario, se mantienen muy pendientes de casos como el del Prado y sí extremarán la precaución para evitar ataques que pudieran afectar a las obras de arte allí expuestas. “Los servicios de seguridad de nuestros museos son conocedores de los episodios que se han producido en otros museos recientemente y por eso se está extremando la vigilancia en las salas y la observación de los visitantes”, relatan desde la Conselleria de Cultura, quienes, en cualquier caso, inciden en que existe una “adecuada” seguridad en los museos gestionados por la Generalitat.
También los centros privados están atentos ante los distintos ataques en museos que se han llevado a cabo en las últimas semanas. “No podemos estar más en contra de cualquier tipo agresión al patrimonio cultural”. En estos términos se han expresado desde Caixafòrum València, aunque han declinado dar más detalles sobre posibles nuevas acciones de protección en sus salas por cuestiones de seguridad. Por su parte, desde Fundación Bancaja apuntan a la existencia de medidas preventivas y de seguridad que “permiten vigilar las piezas expuestas sin invadir la buena experiencia expositiva de los visitantes”, un modelo que se mantiene sin cambios aunque sí admiten estar “alerta” ante “esta realidad que está afectando a algunas pinacotecas nacionales e internacionales y que esperamos que remita pronto”.
Futuro Vegetal, el movimiento autofinanciado compuesto por unas 100 personas y adscrito a Extinction Rebellion, planificó durante tres semanas la acción que llevó a cabo este sábado en el Museo del Prado, la cual consideran que ha tenido un resultado "impresionante" y "mucho mejor de lo esperado". "No intentamos caer bien, no somos de estos ecologistas simpáticos. No nos importa caer mal. Si hay que hacerlo para generar cambio, hay que hacerlo", sentencia en declaraciones a Europa Press el portavoz y confundador del movimiento, Bilbo Basaterra, en relación con las reacciones producidas tras el acto vandálico en la sala de Las Majas de Francisco de Goya.
Para seleccionar las obras, integrantes del grupo acudieron al Prado para ver la distribución de los cuadros y valorar la seguridad. Además, las dos activistas protagonistas, ahora detenidas, fueron las que propusieron la idea. En un principio se planteó "lanzar comida contra los cuadros", pero se descartó al informarse de que las obras elegidas no tenían cristal. En este sentido, Basaterra ha insistido en que Futuro Vegetal no quiere "destruir el arte ni el patrimonio" por lo que no atentaron directamente contra los cuadros, una acción que hubiera elevado la pena de prisión de las activistas detenidas, según ha advertido. También ha subrayado que las activistas involucradas recibieron asesoramiento jurídico antes de llevar a cabo la acción, eligiendo hacerla pese a las consecuencias. "Estamos dispuestos a ir la cárcel si es necesario", ha sentenciado el portavoz de Futuro Vegetal.
Sobre las periodistas detenidas, una aún estudiante, por presuntamente participar en la organización del acto vandálico, Basaterra ha asegurado que no pertenecen al movimiento, sino que se les avisó de que se llevaría a cabo una acción y citó en un "lugar próximo" al Prado. "Las recogimos y fuimos al museo. No dijimos el sitio por nuestra seguridad, tampoco nos podíamos confiar de que no digan nada a la Policía", ha señalado. A ambas se les imputan delitos por daños contra el patrimonio y alteración del orden público, según han confirmado fuentes policiales. Fueron detenidas -y más tarde puestas en libertad- tras visualizar las autoridades las imágenes de las cámaras de seguridad del museo y tomar de declaración de varios testigos, cuando se comprobó que las dos participaron en la organización del acto. Por su parte, el abogado de la periodista ha confirmado a Europa Press que tanto ella como la estudiante, se encontraban en el lugar para informar de la acción.
