análisis

Los partidos políticos euroescépticos se están viendo obligados a clarificar su posición

La economista de Pictet WM analiza los últimos acontecimientos políticos en Italia donde sigue sin formarse un gobierno... y lo que queda

1/06/2018 - 

MADRID. Sergio Mattarella, presidente de la República de Italia, ha concedido a Carlo Cottarelli, exfuncionario del Fondo Monetario Internacional (FMI), mandato para formar gobierno provisional antes de nuevas elecciones en diciembre o comienzos de 2019. Este gobierno provisional precisa la confianza del Parlamento, donde tienen mayoría La Liga y el movimiento 5 Estrellas M5S, cuyos líderes se han comprometido a votar en contra, así que las elecciones se pueden celebrar la primera quincena de septiembre. De todas formas las elecciones parlamentarias de marzo han tenido lugar bajo la nueva ley electoral Rosatellum bis, pero, como otras leyes electorales ha producido un Parlamento inoperativo. Si se revisara nuevamente las nuevas elecciones pueden retrasarse más allá de septiembre.

El caso es que desde finales de 2016 la economía italiana ha estado experimentando una modesta recuperación cíclica y los indicadores adelantados, como el último índice PMI y encuestas Istat sugieren que la recuperación continúa. Así que de momento no vemos razón para cambiar nuestra previsión en Italia en 2018 de crecimiento del PIB real al 1,4%. Aunque los riesgos han aumentado, lo han hecho en toda la región europea.

Ahora bien, según las últimas encuestas, La Liga ha seguido ganando apoyo desde las elecciones de marzo y el apoyo a M5S se mantiene en 32%. Es difícil decir si La Liga decidirá formar alianza con Forza Italia (como en marzo) o M5S o irá por su cuenta. En cualquier caso con M5S suma 55%, muy por delante del partido de centro-izquierda Partido Demócrata y de centro-derecha Forza Italia, que han perdido algo de terreno. De hecho una posible explicación de la insistencia de la Liga en el nombramiento de un ministro de finanzas euroescéptico es que quiere nuevas elecciones. De cualquier manera hay riesgo de nueva fragmentación política, incluso mayor, con los mismos obstáculos para formar gobierno.

Otra preocupación es que las próximas elecciones sean consideradas un referéndum sobre permanencia en el euro, a pesar de que la mayoría de partidos se han comprometido oficialmente a permanecer. Pero el riesgo inmediato no es un referéndum, que no es posible sin cambio de la Constitución, sino una salida de facto por una grave crisis financiera si el Tesoro italiano empezara a emitir alguna versión de moneda paralela (pagarés). La principal consecuencia positiva es que los partidos políticos euroescépticos se están viendo obligados a clarificar su posición de una vez por todas. La Liga, en particular, había sido altamente ambigua. De momento la mayoría de italianos está a favor del euro, según la encuesta del Eurobarómetro de la Comisión Europea.

Nadia Gharbi es economista de Pictet WM 

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