VALÈNCIA. Dicen que “las primeras líneas rojas” se están sobrepasando. Las pequeñas productoras del audiovisual valenciano están haciendo llegar a sus asociaciones el malestar por los primeros retrasos en los pagos de À punt. Hace sólo una semana, el pasado miércoles 13 de marzo, la Conselleria de Hacienda tuvo que hacer un ingreso de 1,5 millones de euros para que la televisión pública autonómica pudiera pagar atrasos. La cadena no tardó ni 24 horas en girar los primeros ingresos. No han sido todos, pero algunos han empezado a cobrar y a respirar aliviados.
Aseguran desde los estudios de Burjassot que en cuanto han dispuesto de liquidez, han comenzado a abonar. Porque el retraso se ha debido a eso, explican diferentes fuentes del sector: a la falta de liquidez de la administración valenciana. No son pagos extraordinarios, ni gastos imprevistos, ni errores de cálculo; son todo recibos presupuestados y aprobados que se sabía que se tenían que pagar. Simplemente, no había dinero. Entre los afectados, las productoras de los magazines diarios, a las que se les ha llegado a deber meses.
Desde la Generalitat explican que la administración autonómica tiene los conocidos problemas de liquidez debido a la infrafinanciación. A esto se une que el Gobierno de Pedro Sánchez no está adelantando, como se había prometido, las trasferencias. En este contexto, el orden de prioridades que tiene marcado el gobierno autonómico establece que primero se pagan cuestiones relacionadas con asuntos sociales (dependencia, asistencia, educación…). Eso hace que las inyecciones de capital para los pagos a proveedores de productos audiovisuales no sean los primeros de la lista.
La situación, aseguran desde asociaciones como Avapi (Asociación Valenciana de Productores Independientes) no es todavía sistémica ni demasiado relevante, siempre según su parecer. En este sentido recuerdan que muchos de sus asociados vivieron los años de hierro de RTVV, cuando los pagos en algunos casos se aplazaban hasta un año e incluso dos. Estos atrasos de ahora, dicen, son “un tema puntual”, aseguraba uno de los representantes de esta asociación consultado por Valencia Plaza. “Por lo que sabemos es un problema de liquidez que ha ocurrido sólo ahora, y no lo vemos inquietante”, insistían.
Con todo, esta tranquilidad no es una postura unánime. Para otros productores, ya se ha señalado, se trata de un precedente muy preocupante ante el que han saltado las primeras señales de alarma. La diferencia de valoración entre productores depende, explican fuentes del sector, del músculo financiero de cada empresa. Las más grandes o que tienen ya abiertas líneas de crédito han podido afrontar esta primera marejada con tranquilidad.
Pero no es así en todos los casos. Las productoras más pequeñas, que se han visto obligadas a hacer unos primeros desembolsos importantes, están viendo como “el beneficio industrial se convierte en un gasto estructural” en apenas unos meses, relata una productora, haciendo inviable a largo plazo la empresa. La cuestión de fondo es que se está creando un ecosistema industrial que sólo prima a los más fuertes, que pueden aguantar la respiración bajo el agua y resistir meses sin recibir ingresos.
Desde una de las asociaciones empresariales valencianas han solicitado mantener una reunión con la directiva de À Punt para plantear esta cuestión junto a otras. Varios miembros de esta entidad han expresado su malestar por lo que consideran que es “fallos de comunicación” por parte de los responsables de la televisión pública autonómica. Así, criticaron que no haya unos interlocutores definidos claros y haya numerosas ocasiones en las que sus asociados no reciben siquiera “una respuesta” a los mails.
Sobre la mesa se encontrarán también estos retrasos en los pagos que han sorprendido en otras dependencias institucionales. Mientras, en À punt, oficialmente, no comentan nada al respecto. “Se paga cuando se puede pagar”, se limitaron a señalar este viernes fuentes de la cadena, sin querer darle más trascendencia.
Las dudas se plantean también para el largo plazo. Porque À punt tiene ahora un problema y es su falta de presupuesto para poder encargar las renovaciones para la próxima temporada. Ya lo advirtió en Les Corts el pasado mes de octubre la directora general de la corporación, Empar Marco: “Si nos quedamos con 55 millones tendríamos que recortar cosas puestas en marcha”. Marco propuso para 2019 un presupuesto de 69 millones de euros. Compromís estaba dispuesto a hacer una concesión, pero el PSPV no. La petición, finalmente, fue denegada. Excepción hecha de los magazines diarios, ningún otro programa de la televisión ha podido renovar desde hace meses.
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